Periodismo moderno frente a mapa de censura y odio
Daimarelys Pérez
La Habana, Cuba. La intrepidez del universo periodístico rompe barreras, levantadas muchas veces por el silencio, y es lo que hace posible recordar al checoslovaco Julius Fucik, ejecutado por los nazis en 1943.
Cada 8 de septiembre se celebra el Día Internacional del Periodista en homenaje a quien con arrojo escribió, al pie del cadalso, páginas perturbadoras sobre la tortura de un ser humano.
Paradigma en el auténtico ejercicio de la verdad, Fucik, nacido en 1903 en Praga, integró las filas del Partido Comunista de su país y se destacó, además, como crítico literario y teatral.
Tras ser detenido por la Gestapo (Policía secreta oficial de la Alemania nazi), no dejó de trabajar en la cárcel ni de escribir valiosos artículos. Su obra póstuma Reportaje al pie de la horca, de tres capítulos, fue escrita en tiritas de papel higiénico y extraída hoja por hoja mientras estaba en prisión.
La resistencia checa sacó los manuscritos del presidio para hacérselos llegar después de la guerra a la esposa, digna sobreviviente del campo de concentración de Ravensbrück.
El volumen se publicó al término de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y fue traducida a más de 80 idiomas.
Esta fecha es recordada orgullosamente por quienes nos dedicamos a esta profesión, frente a un escenario convulso y un mundo tan competitivo sobre el cual se perfilan batallas decisivas en defensa de lo auténtico y contra las falsas noticias.
Más que encerrarlo en su propia definición, el periodismo constituye una misión osada, riesgosa, pero hermosa; tantas veces vapuleado, soporta vientos adversos de todo calibre y origen. En ocasiones, muy escasamente ensalzado, se yergue altivo y adquiere en estos tiempos un rol de primer nivel.
Intentos de silenciar la verdad
El Día Internacional del Periodista fue establecido a raíz del Primer Congreso Nacional del medio, celebrado en 1938 en Córdoba, Argentina.
La historia alude al 7 de junio de 1810 cuando el doctor en leyes, periodista y político rioplatense Mariano Moreno fundó la Gazeta de Buenos Aires, primer periódico de la etapa independentista del país austral.
En ese entonces, la Primera Junta indicó por decreto su fundación por ser necesario anunciar al público los actos oficiales, y las noticias exteriores y locales.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la efeméride se pasó para el 8 de septiembre con el objetivo de rendirle tributo al joven Fucik, a quien se le conoció también con el seudónimo de J F Pavlov.
No sólo el caso del periodista y escritor checoslovaco trascendió como ejemplo de valentía frente a los intentos de silenciar la verdad. Miles obreros de la palabra engrosan las listas de asesinados.
En vísperas de la celebración del 8 de septiembre y de este trabajo dedicado a la noble labor, ocurrió en Paraguay otro hecho mortal asestado contra el periodista radial Humberto Coronel.
La Policía de la nación suramericana anunció el despliegue de fuerzas especiales en la búsqueda del presunto asesino de Coronel, ultimado en las inmediaciones de Radio Amambay, donde trabajaba.
La Fiscalía aseguró que investigará a dos agentes de la Policía Nacional, quienes estaban cerca en el momento del crimen y ya están a disposición del Ministerio Público para dar cuentas por qué no reaccionaron para defender a la víctima.
Medios internacionales difundieron un video del último programa grabado por el reportero paraguayo, quien criticó y denunció al gobierno minutos antes de su asesinato por un sicario.
Hasta teclear algunos nombres de periodistas desaparecidos y asesinados duele, y aunque esta profesión puede costar la vida en países tan dispares como Paraguay, Chad o Haití, México continúa siendo el territorio donde más corresponsales (16) murieron en lo que va de 2022.
Prensa Latina