El rapaz alcalde de Mazatlán y el “lavado de dinero” público

Álvaro Aragón Ayala 

La compra ilícita de luminarias por 400 millones 800 mil pesos es tan solo el hilo de una maraña  de corrupción tejida por Guillermo -El Químico- Benítez y sus cómplices con quienes comparte el saqueo del ayuntamiento de Mazatlán. La Unidad de Inteligencia Financiera checa ya posibles “inversiones” personales del alcalde.   

Protegido durante tres años por el gobierno de Quirino Ordaz Coppel, tiempo en que trabó una red de complicidades que se extendió indefinidamente, el alcalde Guillermo -El Químico-Benítez Torres apuesta a sus confabulaciones para escapar una vez más del brazo de la ley por los actos de corrupción y el saqueo de las finanzas del ayuntamiento de Mazatlán.   

En el rapiñaje municipal “El Químico” Benítez cometió un crimen de cálculo, con errores matemáticos y contables, a sabiendas de que es arropado por el “poder” y la influencia de sus cómplices con quienes comparte espacios en la administración municipal. Del futuro del alcalde depende el trayecto de negocios triangulados con dinero público. 

Del 2018 al 2021, en su primera gestión municipal, fue acusado de uso irregular del presupuesto municipal, violencia de género, atropellos laborales y nepotismo, pero fue protegido por Quirino Ordaz y la Auditoría Superior del Estado y la creencia política de que su “amistad” con el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, lo validaba para atracar el ayuntamiento.  

En la línea de investigación que por presión social y política es sometido el presidente municipal no se incluyen todavía elementos para procesarlo por enriquecimiento ilícito, pese al evidente cambio en su tren de vida y al crecimiento de sus laboratorios químicos operados o “heredados” a su estirpe. “El Químico” Benítez es el nuevo millonario de Mazatlán amparado por especialistas en “lavado de dinero” o en la “desaparición” de dinero robado al erario público.   

LAS LICITACIONES CORRUPTAS 

La ASE cubrió las raterías de “El Químico” Benítez del 2019. En los hallazgos irregulares del ejercicio 2020 del alcalde sobresale un incremento de sus pasivos sin fuente de pago en un 746.8 por ciento, registrando una insuficiencia financiera por 160 millones 985 mil 687 pesos. 

La “nueva” ASE determinó que en el 2020 el ayuntamiento de Mazatlán no privilegió la licitación de la obra pública; el 64.29 por ciento fue adjudicada directamente y el 35.71 por ciento mediante el procedimiento de invitación a cuando menos tres personas, pero no realizó ninguna contratación por licitación pública. 

El gobierno municipal excedió el límite máximo de la asignación global de recursos para Servicios Personales que se aprobó en el Presupuesto de Egresos 2020, por un importe de siete millones, doscientos veintiséis mil, ciento setenta y cuatro pesos. 

Realizó pagos por 14 millones 988 mil 358 pesos concepto de anticipo a proveedores por adquisición de bienes y prestación de servicios a corto plazo para aportaciones extraordinarias a eventos, aportaciones para pago de quincenas del mes de noviembre del 2020, aportaciones extraordinarias, así como préstamo a cuenta de aportaciones del 2021, que no se han recuperado ni aplicado al cierre del ejercicio fiscal 2020. 

MÁS PODREDUMBRE MUNICIPAL 

En el 2020, el Ayuntamiento de Mazatlán efectuó pagos por 5 millones 734 mil 800 pesos bajo los conceptos de nómina especial de apoyo para vehículos y de apoyo para pago de asesores para el Síndico Procurador y Regidores, los cuales se consideran sobresueldos u obvenciones. 

No reintegró la cantidad de 3 millones 072 mil 800 pesos a la Tesorería de la Federación de los recursos del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de los Municipios y de las Demarcaciones Territoriales del Distrito Federal que, al 31 de diciembre de 2020, no fueron devengados ni vinculados a compromisos y obligaciones formales de pago”. 

Tampoco reintegró 2 millones 059 mil 750 pesos a la Tesorería de la Federación, recursos del FORTASEG, que, al 31 de diciembre de 2020, no fueron devengados ni vinculados a compromisos y obligaciones formales de pago. 

LE “LAVAN” EL DINERO ROBADO 

Antes de tomar posesión de alcalde, Guillermo -El Químico- Benítez vivía en la medianía, con problemas económicos cíclicos; sus ingresos provenían de un laboratorio de análisis químicos de aspecto rústico. Escondía un pasado de violencia intrafamiliar. 

La relación de “El Químico” Benítez con su esposa, Catalina “N”, se rompió por el acercamiento sentimental con la química Brenda Karina “N”, quien después lo demandó por una pensión por alimentos para sostener a la hija que procrearon. 

El alcalde Benítez Torres cedió los negocios turbios de los espectáculos y la celebración del Carnaval a su hijo Yazid Yahave Benítez Ocaranza, dotándolo de autoridad para que opere el Instituto de Cultura, Turismo y Arte y el presupuesto que se le asigna anualmente. La dependencia exhibe a Mazatlán como la capital del vicio. 

El munícipe gobierna de mano de los hermanos Juan José y Erik Arellano Hernández, del Grupo Arhe, con quien cuajó el saqueo de 141 millones 802 mil pesos por un litigio “cerrado” por la no apertura de una gasolinera y cocina otros negocios con dinero público bajo la figura de accionista de empresas que ya rastrea la Unidad de Inteligencia Financiera. 

“El Químico” Benítez trató de llevarse una “mochada” de más de 60 millones de pesos por la compra directa de 2 mil 139 luminarias tipo UFO con una “inversión” de 400 millones 800 mil pesos. El negocio se cayó. El caso de las lámparas cocinado con la empresa Azteca Lighting, recomendada por Quirino Ordaz, lo mantiene en el filo de la destitución y de un proceso penal que sería histórico en la vida política-administrativa de Mazatlán.   

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