Papa Francisco llamó a Comunión y Liberación a preservar la unidad
Hannah Brockhaus
El Papa Francisco instó este sábado a los miembros del movimiento Comunión y Liberación a fomentar la unidad y el amor por la Iglesia, pues permitir que la fraternidad sea herida con las divisiones es hacer el juego del diablo.
“Amen siempre a la Iglesia. Amen y preserven la unidad de su ‘comunión’. No dejen que su fraternidad sea herida por divisiones y oposiciones, que le hacen el juego al maligno”, dijo el Papa este sábado a los miembros de Comunión y Liberación que llegaron al Vaticano para celebrar los cien años del nacimiento de su fundador, el P. Luigi Giussani.
El Pontífice tuvo este encuentro en la Plaza de San Pedro, en la que se congregaron más de 50 mil miembros de este movimiento, provenientes de unos 60 países.
El P. Giussani, teólogo e intelectual, nació el 15 de octubre de 1922 en Milán (Italia) y fundó Comunión y Liberación en 1954. El sacerdote falleció en 2005 y su causa de beatificación fue abierta en 2012.
El encuentro de hoy comenzó con el saludo del presidente de Comunión y Liberación, Davide Prosperi, y los testimonios de dos miembros del movimiento.
Prosperi sucedió en noviembre de 2021 al P. Julián Carrón, quien renunció como presidente de Comunión y Liberación luego de los cambios del Vaticano que establecieron límites en los mandatos de las asociaciones internacionales de fieles.
El P. Carrón, de 72 años, se había desempeñado como presidente de este movimiento internacional desde 2005, tras la muerte de su fundador.
En su discurso, el Papa Francisco reconoció que el movimiento ha estado en un período de transición “nada fácil” tras la muerte del P. Giussani.
“Tenemos que agradecer al P. Julián Carrón por su servicio al frente del movimiento durante este período y por mantener firme el timón de la comunión con el pontificado”, dijo el Santo Padre.
“Sin embargo –prosiguió– no han faltado graves problemas, divisiones y ciertamente hasta un empobrecimiento ante un movimiento eclesial tan importante como Comunión y Liberación, del cual la Iglesia y yo mismo esperamos más, mucho más.”
En septiembre de 2021, el Vaticano nombró un delegado especial para supervisar Memores Domini, la rama laica consagrada de Comunión y Liberación, a raíz de las preocupaciones sobre la gobernanza.
“Los tiempos de crisis son tiempos de recapitulación de su extraordinaria historia de caridad, cultura y misión; son tiempos de discernimiento crítico de lo que ha limitado el potencial fructífero del carisma de don Giussani”, dijo el Papa.
“Son tiempos de renovación y de relanzamiento misionero a la luz del momento eclesial actual, así como de las necesidades, sufrimientos y esperanzas de la humanidad contemporánea”.
Asimismo, el Papa, afirmó que “incluso los tiempos difíciles pueden ser tiempos de gracia y de renacimiento”. “La crisis”, subrayó, “hace crecer. No debe reducirse al conflicto, que deshace”.
El Santo Padre también animó al movimiento a fomentar la unidad en medio de la diversidad y a no perder el tiempo con “chismes, desconfianza y oposición”.
El Papa Francisco también reflexionó sobre tres aspectos del fundador del movimiento: su carisma, su vocación de educador y su amor por la Iglesia.
Recordó las palabras de Benedicto XVI –entonces Cardenal Joseph Ratzinger–, en el funeral del P. Giussani.
El hoy Papa Emérito afirmó que el fundador de Comunión y Liberación “mantuvo siempre la mirada de su vida y de su corazón fija en Cristo. Comprendió así que el cristianismo no es un sistema intelectual, un paquete de dogmas, un moralismo, sino que el cristianismo es un encuentro; una historia de amor; es un evento.”
“Ustedes saben bien –indicó el Papa Francisco– que el descubrimiento de un carisma pasa siempre por el encuentro con personas concretas. Estas personas son testigos que nos permiten acercarnos a una realidad mayor, que es la comunidad cristiana, la Iglesia”.
“Es en la Iglesia donde permanece vivo el encuentro con Cristo. Es la Iglesia el lugar donde se guardan, nutren y profundizan todos los carismas”, dijo. “Todos estamos llamados a esto: a ser mediadores para los demás del encuentro con Cristo, y luego dejarlos ir por su propio camino, sin vincularlos a nosotros”.
Traducido y adaptado por Eduardo Berdejo. Publicado originalmente en CNA.