La escuela como núcleo para promover las nuevas tendencias educativas
Ulises Lara López
En los recientes dos años, a través de los diversos medios de comunicación, la población mexicana ha sido testigo de desalentadores encabezados periodísticos sobre resultados y perspectivas educativas, entre ellos: “Un millón 423 mil alumnos de los ciclos escolares 20-21 y 21-22, siguen sin regresar a la escuela, la abandonaron durante la pandemia, y la Secretaría de Educación Pública (SEP) es responsable de esto”; “40% de maestros rechazan capacitación en estrategia educativa”; “Mayoría de egresados de primaria no comprenden textos sencillos”; “México no será capaz de enfrentar la agenda si no pone énfasis en temas que permiten una formación ciudadana mundial”; “Maestros reprobados: no aprobaron el 40% de maestros las capacitaciones sobre nueva estrategia educativa”; “Esfuerzos de la SEP son insuficientes: expertas”.
En ese contexto, hace unos días, un nuevo informe del Banco Mundial reveló que en México, Brasil, Etiopía, Pakistán, Sudáfrica y Vietnam, 25 por ciento del total de las y los jóvenes no recibió educación, empleo ni capacitación durante 2021 y tras la pandemia global de Covid-19. Ello, de acuerdo con el organismo mundial, “asestó un duro golpe al empleo juvenil”.
En el estudio se destaca que la pandemia afectó a, por lo menos, unos 40 millones de jóvenes en su desarrollo cognitivo y, derivado de esas deficiencias, sus ingresos económicos se ponen en riesgo a lo largo de la vida. En consecuencia, se pone en peligro su bienestar, el crecimiento de las economías y aumenta el riesgo de perder una generación entera.
En nuestro país, frente a un mercado que sigue con la paradoja de la escasez de talento y, al mismo tiempo, ante la falta de oportunidades para empleos menos calificados, en días previos se dio a conocer la última Encuesta de Expectativas de Empleo para 2023, realizada por el Grupo Manpower.
De acuerdo con los resultados de la encuesta, las y los empleadores en México prevén una demanda de talento en sectores clave, entre los más solicitados están: Finanzas y Bienes Raíces, 39%; Servicios de Comunicación, 36%; Energía y Servicios Públicos, 35%; Tecnologías de la Información, 30%; Ciencias de la Vida y la Salud, 29%; Manufactura, 28%; Bienes y Servicios de Consumo, 24%; y, el 22% en Transporte, Logística y Automotriz.
Ante las tendencias y las transformaciones sociales, como sociedad estamos en la obligación de contribuir para cambiar las realidades que afectan a la vida cotidiana de la población en edad escolar, ya que ello será determinante en los siguientes años de su vida formativa.
El simple acto de revisión y apego a la Ley General de Educación, promulgada por este Gobierno Federal, sin afanes políticos mas que la defensa del interés superior de niñas, niños, adolescentes y jóvenes del país a su derecho a una educación de calidad, podría convertirnos en sujetos activos de las políticas educativas en el país.
Lo anterior permitirá que la Sociedad participe de manera corresponsable en el diseño de un modelo educativo que garantice una educación universal, inclusiva, científica y de calidad como lo establece la Constitución.
Con el objetivo que la educación promueva el máximo logro de aprendizaje de las y los educandos en igualdad de oportunidades, según los contextos y las condiciones individuales, desde este espacio anhelamos que las tendencias educativas en México, den cabida a que:
- La educación sea reforzada en promover las modalidades híbridas. Es decir, la tecnología debe adaptarse a la presencialidad y desde ahí sacarle provecho.
- Que la convivencia sea la oportunidad de valorar la importancia de la educación presencial y establecer la coexistencia estrecha entre la escuela y la comunidad.
- Se avizora un futuro de sistemas inteligentes en la educación, por tanto, el impacto y uso de la Inteligencia Artificial son cada vez más prometedores.
- A nivel internacional se realizan diversos esfuerzos a favor de la educación digital, en los cuales cualquier interesado puede unirse, porque el propósito es enriquecer y construir juntos el futuro.
- Que se atienda de manera presencial la educación socioemocional, ya que en todo el mundo, la pandemia desató consecuencias que la UNESCO describió como un aumento significativo en las tasas de estrés, ansiedad y otros problemas de salud mental, difíciles de atender por medios tecnológicos.
- Que el aprendizaje puede ser individualizado y flexible, pues existen estudiantes cada vez más diversos, cuyas necesidades involucran diferentes estilos para aprender, entre muchas otras características que les definen.
- La coordinación entre autoridades educativas y escolares es una condición necesaria para que los programas educativos y el desarrollo profesional docente logren su propósito.
Por lo tanto, ante las nuevas tendencias educativas, la escuela es el punto de encuentro donde se relacionan los seres humanos con sus lenguas, costumbres, hábitos, identidades, apegos y expectativas. Es el lugar donde alumnado, familias y docentes construyen relaciones pedagógicas y, en consecuencia, deben trabajar en conjunto en una tarea común teniendo en cuenta su diversidad y pluralidad.