Bartlett, el zar de la electricidad 

Luis Carriles

La 4T usa el modelo más neoliberal que tiene el gobierno para la compra hostil de las 13 centrales eléctricas que tiene Iberdrola en país: el Fondo Nacional de Infraestructura o Fonadin, creado por Felipe Calderón de la mano de Juan Camilo Mouriño y Agustín Carstens; pagará unos 6 mil millones de dólares por los activos de la empresa eléctrica privada más grande del país.

Los activos como tal pasan a manos de la CFE, que maneja Manuel Bartlett, y eliminan de tajo cualquier capacidad de competencia privada, literalmente toman el mercado construido a partir de 1995 con los modelos de generación privada de Rogelio Gasca Neri y luego en 1999, con una mayor apertura negociada con Alfredo Elías Ayub que se mantuvo en el cargo en los gobiernos de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón.

El director de la paraestatal ahora controla todo, desde la generación, los precios, la transmisión y no hay planes para crecer. El plan quinquenal de la CFE ya no existe y la perspectiva eléctrica fue olvidada por la Secretaría de Energía, de facto, la paraestatal mexicana se vuelve la única entidad con capacidad de control realmente todo el país, cualquier gobierno opositor, empresa o empresario que se ponga rebelde puede, súbitamente, quedarse sin luz.

Porque además de la energía lo que se va a perder también es el control del agua, las centrales eléctricas necesitan agua para sus calderas y al ser parte del Sistema Eléctrico Nacional tienen prioridad por encima del sector privado. Iberdrola se atuvo a las reglas del mercado, las reglas del juego cambiaron y ahora pone tierra de por medio ante la presión de la 4T, pero sobre todo del presidente que fue azuzado por el bloque radical del gobierno encabezado por Manuel Bartlett.

El mercado eléctrico mayorista, que se cierra con la adquisición de las plantas eléctricas, fue construido a partir de la reforma de 2014, negociada en ese entonces por el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell; y palomeada por el titular de la SHCP, Luis Videgaray.

Esta compra de Iberdrola le permite hoy a la CFE controlar el mercado de generación en México y en el caso de la empresa española implica perder su capacidad instalada más grande fuera de España.

En España, Iberdrola tiene 29,013 MW de capacidad instalada y en México tiene 11,197 MW, en Estados Unidos tiene 9,542 MW y en Brasil 5,100 MW y es un gran negocio para el gobierno porque usa un vehículo financiero que se mantiene lejos de aprobaciones presupuestales, en teoría, el Fonadin es para poder hacer bancables los proyectos de infraestructura en el largo plazo.

En los hechos, es darle a Manuel Bartlett la oportunidad de controlar el flujo eléctrico en cualquier lugar, por ejemplo, si quiere generar una crisis a los empresarios de Monterrey o en general del Golfo de México ahora puede hacerlo, puede apagar el sistema a propósito.

Sin embargo, el problema de fondo con la compra es que es una de las empresas más acosadas por el gobierno y el hecho de que sea una compra hostil, forzada por la presión del gobierno, no resuelve los problemas de fondo.

Más allá de que sea comprada como negocio en marcha o activos, le permitirá a la CFE llegar al corazón de la oposición, de por sí los superintendentes de la CFE son virreyes en los estados, son la presencia del Estado Mexicano en el estado en cuestión. Es tener a las empresas privadas sujetas a los cambios de humor del presidente o del director de CFE.

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