La agitación estudiantil… 

Álvaro Aragón Ayala 

El adoctrinamiento y la agitación de estudiantes universitarios es una estrategia de los dirigentes locales de Morena, legisladores del Congreso Local de este partido y funcionarios estatales, para anarquizar y tomar por asalto la Universidad Autónoma de Sinaloa bajo la falsedad de la gestación de un movimiento de “democratización” de la Casa Rosalina que generaría desestabilización del orden jerárquico que coloca al maestro como líder del proceso académico. 

Por ser personas en su etapa de evolución-formación y por ser mayoría, los alumnos serían proclives, de acuerdo al plan morenista, a ser usados como “punta de lanza” contra las autoridades de la institución. El propósito es azuzarlos para que, en una supuesta igualdad de derechos, midan su fuerza enfrentándolos a la planta de académicos y administrativos de la institución para quitarles el estatus de autoridad.   

La arenga que se basa en el ofrecimiento a los estudiantes de la “liberación” de la UAS mediante la “democratización” de las elecciones de los directores y el Rector de la Casa Rosalina con la introducción del voto directo al alumnado con un valor igual al de los maestros y trabajadores administrativos, es un método que ya se usó y generó desorden en el campus rosalino. Los procesos electivos rayaron en el desmadre. 

En la época de la vieja UAS, por ser mayoría, en forma individual o masiva, los alumnos constituían el botín político-comicial de los aspirantes a directores de preparatorias, escuelas y facultades y de los precandidatos a la posición de Rector. El control estudiantil se ejerció mediante el “regalo” de dinero, carnes asadas, fiestas en playas, borracheras por doquier, la cesión de calificaciones y el relajamiento disciplinario de los planteles educativos usados en ocasiones como verdaderos lupanares.    

Los estudiantes son el fuego que atizan los dirigentes de Morena, los diputados locales y funcionarios estatales que antes abrevaban en el PCM, PSUM o en el viejo PRD, y que hoy le apuestan a que sean los alumnos controlados desde afuera de la Casa Rosalina quienes destruyan las estructuras de la universidad para dar paso a nuevos modelos de control institucional y de enseñanza-aprendizaje que permitan la ideologización y la implantación de un sistema de pensamiento único.  

En el pasado universitario, el empoderamiento estudiantil sin conciencia política derivó en agresiones físicas directas contra los maestros y administrativos de parte de los propios alumnos que constantemente actuaban por encima de las autoridades bajo el argumento de que por su voto habían escalado a puestos de directores y de Rectores. Manifestaciones, plantones y huelgas fue el distintivo de la Universidad Autónoma de Sinaloa. 

Fue común que estudiantes, la mayoría de las veces manipulados por profesores “grillos” o inconformes, evitaran los medios institucionales de expresión. La explosividad del alumnado fue su fuerza, pero a su vez su debilidad, pues una vez disipada la euforia, los movimientos decayeron, siempre con un ganador oculto en las catacumbas del PCM, PSUM o el arcaico PRD, cuya especialidad fue y es el manipuleo y el dominio perverso del alumnado. 

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