Hasta Pulgarcito nos pega
Rafael Cardona
La república de El Salvador es la más pequeña de América Central. Sin embargo, es la más poblada. Sus movimientos migratorios son intensos y sólo en Estados Unidos hay 1,3 millones de salvadoreños, lo cual es abrumador para una nación con seis millones de habitantes.
Pero todos ellos, o la mayoría, al menos, pasaron por México antes de asentarse en la nación del norte. Algunos de ellos murieron aquí en el intento de llegar a la frontera americana.
Hoy, después de la hornaza de Ciudad Juárez, a la cual el, gobierno mexicano ha respondido sin respuesta y ha alzado los hombros en señal de incompetencia, el régimen de ese pequeño país alza la voz. Quizá porque no puede alzar ninguna otra cosa.
“EFE.- La viceministra de Diáspora y Movilidad Humana de la Cancillería de El Salvador, Cindy Portal, dijo este domingo que el gobierno del país centroamericano exige la renuncia de los responsables de las políticas migratorias de nuestro país tras la muerte de siete salvadoreños en un incendio en una estación migratoria.
“Sobre todo, estamos exigiendo también la renuncia de las personas que son responsables de la política migratoria de México”, dijo la funcionaria en una conferencia de prensa en la que se informó de la entrega de los cuerpos de las víctimas a sus familiares en territorio salvadoreño.
“La noche del 27 de marzo un incendio en el centro del Instituto Nacional de Migración, en Cd, Juárez, Chihuahua, mató a 40 migrantes, entre ellos seis hondureños, siete salvadoreños, 18 guatemaltecos, siete venezolanos y un colombiano, incidente que el gobierno salvadoreño califica de ser un “crimen de Estado”.
“Portal subrayó que desde el Gobierno salvadoreño “estamos exigiendo que los culpables de este crimen puedan pagar con cárcel, que la Fiscalía (mexicana) haga el trabajo que le corresponde de hacer una investigación exhaustiva”.
Pero esto solamente nos exhibe en la verdadera dimensión de nuestra imagen en el extranjero. Los Estados Unidos nos apalean por la distribución del fentanilo mortal; los chinos desprecian el intento de correspondencia del presidente con Xi Ying Pin y los centroamericanos nos exigen un castigo al fiasco inmoral del Instituto Nacional de Migración al cual el gobierno se niega porque los amigos (como Garduño), no se tocan.
Esto no es nuevo, por otra parte. Hace diez años esto se publicaba:
“Colectivos, asociaciones, entes y organizaciones en favor de familiares de migrantes desaparecidos y ejecutados pidieron a Guatemala y México no ser indiferentes al caso de los 72 migrantes asesinados el 22 de agosto de 2010 en el estado de Tamaulipas.
“Durante un encuentro celebrado este sábado, la procuradora adjunta de la Procuraduría de Derechos Humanos de Guatemala, Miriam Roquel, dijo que ambos Estados “no pueden seguir siendo indiferentes” con las víctimas de esa masacre”.
MANOLO, MANOLO Y YA…
Con ese grito los taurinos consagraron al gran matador Manolo Martínez. Ahora así corean a Manolo Jiménez en la campaña política por el gobierno de Coahuila.
¿Y él, cómo responde?
“Aquí en Coahuila vivimos seguros y en paz, por eso en esta elección hay dos caminos: el camino de los que quieren venir a transformarnos en un lugar violento e inseguro como ya lo han hecho en otros estados, o el camino que llevamos hasta ahora y en el que seguiremos blindado a Coahuila… se trabajará en cuatro estrategias prioritarias de prevención, proximidad, inteligencia y fuerza, siempre en coordinación con el Ejército Mexicano, la Guardia Nacional, las fiscalías, la policía estatal y las municipales.
“Con la Proximidad haremos de nuestras policías corporaciones más humanas, más cercanas a la gente, además que se les otorgarán mejores prestaciones y salarios a los elementos, para que hagan su trabajo confiando en que serán bien recompensados por ello”.
“Como gobernador voy a defender con todo la paz y tranquilidad de nuestras familias; aquí la seguridad va pa´delante, porque para atrás ni pa´agarrar vuelo.”