Recesión anticipada, ¿Qué tan grande?
Rodolfo Campuzano Meza
Muchos indicadores recientes han intensificado la posibilidad de una recesión en Estados Unidos en los siguientes trimestres. Por lo visto, en los últimos días, el factor más importante vuelve a ser la situación del sector bancario regional en donde han vuelto las presiones.
Solo una caída fuerte de la actividad económica justifica lo que vemos en los mercados, en donde las tasas de plazos largo se mantienen en niveles bajos y las bolsas se sostienen sólo por la influencia de un pequeño grupo de empresas relevantes.
La información reciente muestra un debilitamiento marcado del crecimiento. De acuerdo con el Beige Book de la Reserva Federal (Fed), es probable observar un freno en la actividad económica de los próximos meses. Se reportó un crecimiento nulo o ligeramente negativo tanto en el gasto en consumo privado y principalmente en la producción manufacturera, tal como lo sugerían algunos indicadores adelantados de este sector.
Por otra parte, se volvió a destacar cierta debilidad en la actividad residencial. Asimismo, se detectó una menor holgura en el mercado laboral: un número reducido de empresas reportó despidos masivos. Las solicitudes iniciales del seguro de desempleo aumentaron a 245,000 (240,000, cifra semana previa), reforzando la expectativa de un deterioro del mercado laboral. El índice de la encuesta manufacturera de Philadelphia se ubicó en (-)31.3 puntos (vs. -19.2 puntos esperado). En el sector residencial, las ventas de casas existentes de marzo retrocedieron 2.4% m/m, mientras el mercado esperaba un aumento de 5% mensual.
Por si esto fuera poco, en las últimas semanas ha crecido la evidencia de un freno en el otorgamiento de crédito, por una menor demanda de préstamos por parte de consumidores y empresas, probablemente ante las elevadas tasas de interés; así como por restricciones de oferta y sobre todo, después de la quiebra de Silicon Valley Bank, los bancos restringieron las condiciones para obtener créditos.
En los últimos dos días, a pesar de reportes de buen desempeño de firmas importantes como Microsoft o Alphabet, los mercados ajustaron ante el reporte de First Republic (FR) y el desplome de su acción. Básicamente el banco reportó una caída de más de 50% en el monto de depósitos. El precio de FR ha caído 86% desde el primer evento de Sillicon Valley Bank.
Sólo una recesión de tamaño considerable puede justificar lo que hacen los mercados hoy en día. Los inversionistas descuentan que la tasa de referencia que establece la Fed podría subir quizás 25 puntos base más y después permanecer en el mismo nivel el resto del año; sin embargo, las cotizaciones de futuros de dicha tasa asumen que en 2024 que puede bajar hacia un nivel incluso inferior al 3 por ciento.
Me parece que esta expectativa intenta cuadrar dos supuestos; uno, que hay una reducción fuerte en el crecimiento y por ende de la inflación en el futuro previsible; el otro, que la Fed no va a reducir la tasa de corto plazo por lo menos en lo que resta de este año.
La cuadratura en los niveles de las tasas entre lo que hacen las de largo plazo (ayer la tasa del bono del Tesoro a 10 años cerró en un nivel de 3.44%) y las de corto plazo (la tasa a dos meses se ubicó en 4.95%) sólo podría ser explicada por un escenario en donde el crecimiento se reduce fuertemente de manera veloz y las autoridades reaccionan en consecuencia volviendo a un mundo en donde el costo del dinero cae para paliar los efectos de tal recesión.
Si se viene una baja dura de crecimiento no hay manera de explicar la solidez actual de las bolsas. Más bien éstas deberían ajustarse, a menos que las tasas desciendan a niveles no congruentes con el escenario actual de inflación. Es explicable el nivel que anticipan las tasas, posiblemente sí, pero no hay que dejar de pensar que éste responde a una situación muy poco deseable de debilidad de la economía.
La política monetaria sufre de nuevo un entorno muy retador y complicado de leer. La posibilidad de errores que generen distorsiones en los mercados se mantiene viva. Ahora todos pendientes del descenso de crecimiento, vamos a ver si es verdaderamente tan duro como anticipan los participantes en el mercado.
*Rodolfo Campuzano Meza es director general de Invex Operadora de Sociedades de Inversión.