El ruido del Twitter y la megamarcha del silencio
Álvaro Aragón Ayala
Fue un Twitter aparentemente falso el que desató la locura. De repente todos se volvieron periodistas plurales, víctimas de la difamación. El periodismo oficial o gubernamental sufrió una sacudida. La megamarcha por La Paz y la Concordia, monitoreada por organismos nacionales e internacionales, detonó la polémica por su reducida cobertura noticiosa que puso en jaque a algunos medios de comunicación que reciben dinero y “línea” del gobernador Rubén Rocha Moya.
La megamovilización ciudadana por la tranquilidad y por la unidad de los sinaloenses ante la desgracia provocada por un mal gobierno sirvió, entonces, de parteaguas y llamó a la reflexión para saber qué clase de medios de comunicación ofrecen información veraz y oportuna y análisis objetivos, y cuales son la que los que tuercen el diagnóstico. Para entender quienes se dejan mangonear por el gobernador Rubén Moya y quienes están del lado de la sociedad.
Desencadenó, sí, pues, la paranoia en algunos medios de comunicación la fotocopia de un Twitter con punto de origen “Prensa Sinaloa RRM” -hipotéticamente falso bajo la percepción de los involucrados-, en el que se leía las instrucciones giradas por Adriana Ochoa del Toro a los medios con los que el gobierno del estado tiene contratos millonarios de publicidad, para no cubrir o no darle NINGUNA cobertura a la marcha por La Paz y la Concordia.
Hay que reconocer que al autor de esta columna (Alvaro Aragón Ayala), ni a los espacios de Proyecto 3 ni a Voces Nacionales, les llegó el mencionado Twitter, pero, en la perversidad se nos relaciona. El mensaje telefónico digital fue atribuido por NOROESTE al político y analista José Luis López Duarte, quien hasta carece de un buen celular, pero que mantiene un diferendo con Manuel Clouthier Carrillo y Adrián López Ortiz, copropietario y director de ese periódico, respectivamente. El “chivo expiatorio” es López Duarte, entonces.
La marcha por La Paz y la Concordia molestó al gobierno de Rubén Rocha Moya. En el Tercer Piso se intentó desarticularla. En las diferentes mesas de análisis radiofónicas se insistía en que la movilización era convocada por Héctor Melesio Cuén Ojeda, dirigente del Partido Sinaloense, creyendo que eso amainaría la inquietud de los ciudadanos por participar; por el contrario, la ubicación de Cuén en el centro de la organización de la megamarcha motivó más a la ciudadanía.
El gobierno estatal había calculado que la marcha, que se convirtió en megamarcha, a pie de la iglesia de La Lomita a Catedral, participarían unos 500 ciudadanos, pero ¡oh sorpresa!, de acuerdo a observadores de organismos ciudadanos, embajadas extranjeras en México, la Organización de las Naciones Unidas que mantiene bajo “vigilancia” a Sinaloa por sus altos índices de violencia; la Secretaría de Gobernación, la Sedena y la Marina, acudieron alrededor de 20 mil ciudadanos a protestar en silencio contra el gobierno de Rocha Moya.
Sin trasmisiones en vivo en las plataformas digitales de los medios de comunicación acostumbrados a escandalizar, no tanto por la ola de violencia que azota Sinaloa sino por los atropellados en las motos o los choques que hay en los céntricos cruceros, apareció pues, de un Twitter de Dios sabe dónde en el que se leía que Adriana Ochoa del Toro, o quien se hizo pasar por ella, convocaba a los suyos, a los que están en la nómina del gobierno estatal a no darle NINGUNA cobertura informativa a la megamarcha por la Paz y la Violencia.
De inmediato, al saber del Twitter, NOROESTE puso el grito en el cielo. Pasó al rango de víctima. En “Detrás de la Página”, publicó que “de nuevo nos acusan de manipular información, de confabular con otros medios y actores políticos…”, y bla, bla. Y es que NOROESTE está en medio de acusaciones de aceptar “chorros” de millones de pesos de parte del gobernador Rubén Rocha por medio de contratos publicitarios para atacar al dirigente del PAS, Héctor Melesio Cuén Ojeda y a funcionarios de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
En los juicios penales que libran los funcionarios de la UAS contra el gobierno del estado (Fiscalía General de Justicia), los contratos de publicidad de Rocha Moya con los medios serán utilizados por la defensa universitaria para interrelacionar al gobernador con los ataques a la UAS y sus funcionarios. Los abogados poseen copias de pagos realizados por el gobierno estatal a NOROESTE y a otros más por montos que superan los 15 millones de pesos al año por medio de comunicación.
De la difusión del Twitter se desprenden varias hipótesis: de que sí, si se dictó consigna para que no se difundiera la megamarcha por La Paz y la Concordia o de que es falso y fue “distribuido” de mala leche, o de que servirá como distractor para centrar el análisis en ese mensaje y no en las repercusiones políticas de la megamanifestación. O bien de que se quiere victimizar a Adriana Ochoa por la circulación de otro Twitter en donde se señala que ya tiene días estrenando finca en el fraccionamiento La Primavera.
Lo que si es una realidad innegable es que alrededor de 20 mil ciudadanos hartos de los nulos resultados de Rubén Rocha en materia de seguridad y justicia participaron el viernes en la megamarcha silenciosa.
De que la población tomó la calle, la plaza pública, en repudio al gobierno rochista rebasado por la ola criminal, por los asesinatos, por los secuestros, levantones, desaparecidos, hallazgos de fosas clandestinas, robo de vehículos, hurtos domiciliarios, etc. La megamarcha reflejó el alto grado de inconformidad del pueblo de Sinaloa.