Juez Adán Alberto Salazar, es el “instrumento divino” de Rocha

Álvaro Aragón Ayala

El Juez de Control Adán Alberto Salazar Gastélum que vinculó a proceso, pese a su inocencia, al Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Jesús Madueña Molina, pregona en sus sermones que fue tocado por “la divinidad”, dícese también ser cristiano, no católico, y socio y encargado de una Iglesia en la que lanzan alabanzas a Jehová. La feligresía es el negocio soterrado del Juez de Control.

Es más, el Juez, responsable desde el 2014 de la Iglesia Cristiana Manantial de Vida ubicada por la avenida Constituyentes, en Culiacán, es una especie de “curandero espiritual” o cuando menos finge serlo para atraen a los devotos a ese “culto” que ya agarró fama por el cobro del diezmo y por pedir otros apoyos económicos para rescatar a las “almas descarriadas”.

En un reporte especial difundido en Primero Noticias, el periodista Bernardino Chávez, desnudó, quitó el ropaje al Juez de Control, Adán Alberto Salazar, de quien dice es el “instrumento divino” del gobierno de Rubén Rocha Moya y su aparato persecutor para encauzar penalmente a los enemigos políticos del mandatario estatal.

“No ha habido caso político que no le caiga en sus manos (en las de Adán Alberto Salazar) desde que entró Rocha al poder, lo que le permitió a Enrique Inzunza Cazarez manejar el poder atrás del trono y los hilos del Supremo Tribunal de Justicia y la Fiscalía General de Justicia”, precisó Bernardino.

El Juez de Control “cura” con la palabra de Dios, pregona tener el “Don Divino” y es un “iluminado”, según cuentan los feligreses, quienes cada vez que acuden a la Iglesia Cristiana Manantial de Vida depositan su diezmo “para ayudar” al sostenimiento del “culto” en el que se les niega el acceso a los católicos.

La agrupación Cristiana Manantial de Vida en el papel tiene como propósitos o bases fundamentales de su doctrina pregonada a través de sus ministros de “culto” y sus representantes “promover la vida espiritual en unidad por medio de reuniones de oración, cultos cristianos, campañas evangelizadoras y otras actividades que fortalezcan el Cuerpo de Cristo”.

En la vida diaria, Adán Alberto Salazar Gastélum, descarga el mazo para sentenciar y encarcelar sin piedad a quienes han incurrido en desviaciones en su vida. No los rescata, los hunde. En el caso del Rector, lo vinculó a proceso, sin ninguna prueba plena o de peso, y reveló, como juez, su apareamiento criminal con la estructura mafiosa del gobierno de Rubén Rocha Moya.

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