Rocío Nahle tendrá que explicar

Horoshi Takajashi

Dentro de la búsqueda del legado de la Cuarta Transformación, el proyecto de la Refinería Olmeca en Dos Bocas, Tabasco, se consideraba uno de los pilares fundamentales. No obstante, los retrasos y controversias que rodean este mega proyecto han generado preocupación en el presidente Andrés Manuel López Obrador. En Palacio Nacional, el disgusto del mandatario se hizo evidente cuando se conoció que Rocío Nahle, en su papel de secretaria de Energía, podría haber cometido errores en la gestión de esta obra. Se ha señalado que otorgó contratos a Juan Carlos Tapia Vargas, un empresario controvertido y cercano a su círculo de confianza, así como con conexiones con figuras del PRI.

La figura de Tapia Vargas no es ajena a la polémica. Su presunta participación en la campaña de José Antonio Meade en 2018 ya generaba desconfianza, y su vinculación con el caso Odebrecht y Emilio Lozoya Austin, que llevó a la inhabilitación de Citapia por parte de la Secretaría de la Función Pública en 2019, debería preocupar a la Cuarta Transformación.

Adicionalmente, enfrenta acusaciones por robo de combustible desde 2017, cuando la entonces Procuraduría General de la República inició una investigación en su contra por huachicol en el poliducto Tula-Salamanca de Petróleos Mexicanos (Pemex), según consta en la carpeta FED/HGO/TULA/0000397/2017.

Dada esta trayectoria, podría sorprender que este empresario haya obtenido contratos en el proyecto de Dos Bocas. Sin embargo, a través de diversas empresas, algunas de reciente creación y otras reconfiguradas, se presume que Tapia Vargas logró asegurarse al menos seis contratos durante esta administración. Ejemplos de estas empresas son Mexicana de Recipientes a Presión y Manufactura Especial y Proyectos Industriales (Mepi), que obtuvieron contratos para la fabricación de tanques de almacenamiento a través de PTI Infraestructura de Desarrollo, una filial de Pemex.

La pregunta que se plantea es cómo un empresario con un historial controvertido ha conseguido contratos en un proyecto tan importante como Dos Bocas. Las empresas vinculadas a él no solo comparten lazos corporativos evidentes, sino que también presentan similitudes notables en sus sitios web, lo que ha llevado a algunas fuentes a especular que esto podría haber ocurrido sin el conocimiento y, posiblemente, la aprobación de ciertos actores gubernamentales.

Sin embargo, la trama se complica aún más. Se ha sugerido que Tapia Vargas, en lugar de mantenerse al margen, estaría involucrado en un juego de doble filo: filtrando información sobre los retrasos en Dos Bocas a operadores del PRI y PAN, posiblemente con la intención de socavar la carrera política de Rocío Nahle en Veracruz. En medio de la turbulencia que rodea a Dos Bocas, persiste la incógnita sobre las verdaderas intenciones de Juan Carlos Tapia Vargas, una incógnita que solo el tiempo podrá desvelar.

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