Sindicalismo en los medios públicos digitales
Jorge Bravo
¿Cuál es el papel del sindicalismo en los medios públicos en el actual contexto de comunicación, periodismo, plataformas y redes digitales?
Los sindicatos agrupan a periodistas, reporteros, fotógrafos, camarógrafos, editores, productores, técnicos, administrativos y otros empleados. Cumplen la función de representar y defender a los trabajadores de estos medios públicos, como Radio Educación, el Imer o Notimex, y negociar ante las autoridades su contrato colectivo de trabajo, mejores salarios y prestaciones para salvaguardar sus derechos laborales y garantizar condiciones de trabajo justas.
Sin embargo, por tratarse de empresas de comunicación del Estado que prestan el servicio público de radiodifusión, deben garantizar el derecho a la información, la libertad de expresión, la pluralidad de voces, la representación de todos los sectores sociales, el respeto a la cláusula de conciencia, el compromiso con la verdad y los derechos de las audiencias conforme lo ordena la Constitución, las leyes y sus respectivos estatutos. Los sindicatos también tienen la responsabilidad social de contribuir a la independencia editorial, la ética informativa y la calidad del periodismo.
Deben impulsar una comunicación al servicio del interés público, que contribuya a la salvaguarda de los derechos fundamentales, el desarrollo humano, la educación ciudadana, la diversidad cultural, la participación social y hasta la salud mental de la población.
Los medios de comunicación son estratégicos para la sociedad porque cumplen una función informativa, educativa, de identidad/cohesión cultural y de entretenimiento. Pero también pueden resultar disfuncionales: desinformar, maleducar, ideologizar/polarizar y enajenar. ¿De qué lado se quieren colocar los sindicatos?.
Desde luego, los medios públicos y sus sindicatos también son un espacio de disputa política, económica e ideológica que enfrentan diferentes intereses y visiones del mundo. No obstante, el sindicalismo debe defender el fortalecimiento de los medios públicos como plataformas de la libertad de expresión, comunicación democrática, participativa e independiente.
Pero estas funciones son problemáticas por sí mismas en un entorno donde los medios públicos son instrumentos del poder para transmitir contenidos oficialistas y propagandísticos, por lo cual los sindicatos enfrentan diversos desafíos no sólo en México.
El primero de ellos son las presiones políticas. Los medios públicos están bajo la influencia política e ideológica del gobierno en turno; esto los lleva a conflictos de interés entre la dirección de los medios y los sindicatos que buscan proteger, primero, la autonomía sindical y, posteriormente, la independencia editorial del medio de comunicación.
El otro problema son los recortes presupuestales, cada vez mayores, los cuales afectan negativamente las condiciones de trabajo y la calidad de los contenidos.
Un tercer desafío es la transformación digital de los medios públicos. La digitalización de los medios de comunicación -normal en los medios privados que realizan inversiones para estar a la vanguardia tecnológica- ha llevado a cambios significativos en la forma como se produce, distribuye y consume la información, lo cual requiere adaptaciones y cambios profundos en la cultura sindical.
Un cuarto desafío es hacer entender a los medios públicos y sus sindicatos que forman parte de una industria (no sólo los medios privados), por lo que debieran tener administraciones modernas, formas de financiamiento alternativas, representación y defensa de sus intereses más robusta dentro de la industria de la comunicación, el periodismo y el entretenimiento.
Estos cuatro desafíos se interrelacionan. Las presiones políticas permean la línea editorial y los sindicatos callan y/o legitiman los contenidos cuando se desvían de la independencia editorial por coincidencias ideológicas con el régimen a cambio de privilegios.
Las disminuciones del presupuesto afectan la producción de contenidos de calidad, la operación diaria de los medios, la inversión en infraestructura y la actualización tecnológica, además de las condiciones laborales.
La digitalización transforma los procesos productivos a los cuales están habituados los trabajadores agremiados a algún sindicato, carecen de los conocimientos y la capacitación suficientes para enfrentarse a las vertiginosas rutinas del mundo digital y exhibe rápidamente la información tendenciosa que producen los medios públicos inclinados al oficialismo.
Por último, al no aceptarse como empresas que deben ser eficientes y modernas dentro de una industria, los medios públicos se aíslan no sólo de los debates y la toma de decisiones, también de las tendencias tecnológicas mediáticas y de sus audiencias.
Y es que la materia de trabajo en un medio público digital se transforma: la producción, realización, edición y difusión de contenidos informativos y de ficción en diversos formatos y plataformas; investigación; presentación y conducción; diseño multimedia; uso de la tecnología y operaciones técnicas; relaciones públicas y comunicación institucional; gestión y administración; educación y capacitación, entre otras.
Si estos son los retos, cuáles son las oportunidades para el sindicalismo. Difícil, pero necesaria participación en la gestión. Los sindicatos pueden buscar la representación en los órganos de dirección de los medios públicos para influir en las decisiones estratégicas. Lo anterior les permite participar, pero también comprometerse.
Los sindicatos deben ser parte de la promoción de la alfabetización mediática en la era digital y desempeñar un papel en la educación pública sobre el periodismo y la verificación de hechos para promover la información precisa y confiable, tan necesaria en los actuales tiempos de desinformación y noticias falsas. Para ello, los trabajadores sindicalizados deben pasar por un proceso de formación, capacitación, reconocimiento y aceptación de las ventajas y beneficios de las tecnologías, antes de combatirlas u obstruir su adopción.
Los sindicatos deben colaborar y abogar por la modernización de las instalaciones, las redacciones y sobre todo los procesos productivos, siendo los primeros en promover y exigir la capacitación en tecnología y la adaptación a las plataformas digitales como nuevas formas de distribución de contenidos y relación con las audiencias, comunidades y usuarios.
En un entorno de comunicación digital cambiante, donde se rompen los controles tradicionales y emerge la innovación, los sindicatos de los medios públicos deben adaptarse y mantenerse relevantes. Deben reconocer que su propia existencia está en duda por ciertos sectores, por lo cual el sindicalismo debe apropiarse de un discurso moderno, tecnológico, a favor de las distintas audiencias y usuarios y de los principios y valores imperecederos que mencioné al principio.
Lo anterior incluye abrazar con convicción la transformación digital. Nada de lo que se hacía, producía, distribuía y consumía antes en los medios tradicionales ocurre igual en la era digital. ¿Por qué el sindicalismo quiere perpetuar formas de organización, negociación y producción de la revolución industrial cuando estamos en la revolución digital? La respuesta es sencilla: por miedo a lo desconocido, pero también por desconocimiento y porque así conviene a algunas estructuras que están crujiendo, pero se niegan al cambio.
La evolución también incluye la transición hacia plataformas en línea, la adopción de narrativas multi y transmedia y la promoción de la diversidad y la inclusión en la cobertura de noticias.
Los sindicatos pueden desempeñar un papel fundamental en asegurar que esta transición se realice de manera justa y que la misión de servir al interés público se cumpla. La pregunta es si quieren cambiar su mentalidad, hacerlo y ser auténticos protagonistas de los medios públicos en la era digital.