Debates electorales, una mirada al Proceso Electoral 2023-2024
Norma Irene de la Cruz Magaña
Hoy en día, en el marco de toda elección, los debates son una pieza fundamental para contrastar propuestas políticas en un ambiente de intercambio directo de ideas entre las candidaturas contendientes. Este año en México se renueva la Presidencia de la República, estos foros no solo se erigen como herramientas de información para la toma de decisión al momento de acudir a las urnas, permite “conocer” las habilidades de las personas candidatas para exponer e interactuar bajo presión.
Los debates también son ejercicios que concentran información, promueven la transparencia y estimulan la participación ciudadana. Su finalidad es la presentación y contraste de propuestas, visiones y soluciones a los problemas que aquejan a la sociedad y que demostrarán si lo ofertado se materializa por quienes ganen la elección, accedan al cargo y lo ejerzan.
En este proceso electoral, la organización de debates presidenciales es una función más del Instituto Nacional Electoral (INE), por mandato legal debe garantizar que estos eventos se realicen de manera equitativa, transparente y con la máxima difusión posible. El objetivo es claro: que la ciudadanía tenga la oportunidad de evaluar la presentación de las diferentes opciones políticas.
El pasado mes de enero, desde el Consejo General del INE, se aprobó el formato y las sedes de cada uno de los debates. El primero será el 7 de abril en sus instalaciones centrales; el segundo se llevará a cabo el 28 de abril en los Estudios Churubusco; mientras que el tercero será el 19 de mayo en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco.
La planificación de estos debates no se circunscribe a definir fechas, formatos y reglas, sino también asegurar que sea accesible para toda la población. Esto incluye la transmisión a través de diversos medios, tanto tradicionales como digitales, garantizando así que nadie quede excluido de este ejercicio democrático. En un país marcado por la diversidad, tanto cultural como socioeconómica, este desafío no es menor.
El seguimiento y análisis de los debates por parte de la ciudadanía fomenta un ambiente de exigencia que impulsa a las candidaturas a elevar la calidad de sus propuestas y discursos. Asimismo, es un insumo en el ejercicio de un voto más informado, donde se evalúa el comportamiento y la capacidad de las candidaturas para exponer sus propuestas, responder a cuestionamientos o señalamientos y para analizar su desenvolvimiento en escenarios no controlados, ya que, en la campaña se privilegia la exposición de propuestas en escenarios y ambientes controlados, en campañas publicitarias y en entrevistas directas ausentes de la confronta de ideas.
Por lo tanto, invito a la ciudadanía a: observar, cuestionar y participar activamente en este proceso electoral, pero también durante la construcción de los propios debates, pues uno de ellos, contará con preguntas formuladas desde la ciudadanía. De igual forma, hago un respetuoso llamado a todas las candidaturas que sean postuladas, a las representaciones partidistas y los futuros equipos de campaña, a participar activamente en los debates organizados, con el fin de, en su caso, se optimicen los recursos técnicos, humanos y metodológicos que se implementarán para la celebración de los mismos.
El INE reafirma su compromiso con la democracia y la promoción de un proceso electoral inclusivo, transparente y participativo, donde la voz de cada ciudadana y ciudadano sea escuchada y respetada; donde contrasten las propuestas de quienes aspirarán a la Presidencia de la República en los tres debates a celebrarse.