Inegi revela el nivel de estrés financiero al que se enfrentan desde ejecutivos, hasta comerciantes

Gabriel Nava

Gracias al mal manejo de las finanzas personales, la falta de educación sobre el tema y hasta los ingresos insuficientes, el aspecto económico de la vida diaria es un tema que genera un impacto negativo en diversos componentes de la salud y sentimientos de millones de mexicanos, sin importar su nivel socioeconómico o el lugar donde radiquen.

Desde ejecutivos que viven en lomas de Chapultepec, hasta comerciantes de la sierra de Guerrero; sin importar sus ingresos o nivel educativo, millones de personas en el país se enfrentan a las consecuencias del estrés financiero, un padecimiento que trastoca desde el bienestar físico, hasta el mental.

Y es que, de los 92.8 millones de personas con 18 años y más que hay actualmente en el país, 36.9 por ciento han registrado un estado de preocupación y ansiedad elevados ante una situación financiera compleja, de acuerdo con la información expuesta en la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (ENSAFI) 2023, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

“El estrés financiero es producido por tres factores esenciales, desempleo, bajos ingresos (también entendido como precariedad laboral), y la cuestión conductual; variables que dejan claro que es una situación que rebasa a temas como la simple elaboración de un presupuesto, el ahorro o la inversión, y plantea la necesidad de revisar cómo se encuentra el consumo si se vive más allá de las posibilidades económicas  de cada persona”, explica a Reporte Índigo, Oscar Rosado, presidente  de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

De tal modo que, no llevar un sano equilibrio entre el recurso económico que se percibe y el que se gasta, o incurrir en un endeudamiento alto o excesivo, como lo hacen  dos de cada 10 mayores de edad en el país, acorde a los datos de la ENSAFI, no solo generan  compromisos económicos, sino toda una serie de consecuencias de diversas escalas.

Por ejemplo, ansiedad, tristeza, frustración y hasta irritabilidad son algunas de las emociones que el estrés financiero puede llegar a generar; además de síntomas como dolor de cabeza, falta de sueñoproblemas gastrointestinales, cambios en la presión arterialproblemas alimenticios y en los casos más complicados, hasta dificultades con familiaresamistades y compañeros del trabajo, advierte Inegi.

“Del 37 por ciento que vive con alto estrés financiero, siempre se ha tenido la creencia de que son personas con bajos ingresos o en situación de desempleo, sin embargo, la sorpresa dentro del estudio fue que, dentro de ese porcentaje, un tercio de ellos ganan más de 22 mil pesos mensuales netos, de ahí que el fenómeno apunte más allá de simplemente una cuestión de ingresos”, destaca Rosado.

Una mirada al interior del estrés financiero que se vive en México

Más allá de los grandes factores que generan un estado de preocupación y ansiedad elevados ante una situación financiera compleja, las acciones concretas y hábitos que lo detonan se han vuelto la normalidad para una gran cantidad de mexicanos, una cuestión que incluso se ha vuelto parte del imaginario mexicano.

Al respecto, resalta que ante la imposibilidad de “llegar a fin de mes”, 9.7 por ciento de los adultos consultados por Inegi ha tenido que vender o empeñar algún bien, y 10 por ciento incluso tuvo que retrasarse en el pago de un crédito o préstamo para poder afrontar sus gastos.

Lo anterior toma mayor sentido si se observa que la conducta de consumo con mayor aceptación de las personas que sí logran cubrir todos sus gastos es realizar compras pendientes o darse gustos, que en la mitad de los casos, no reflexiona ni modifica su conducta de consumo; lo que abre la posibilidad de un deterioro de las finanzas personales.

El bienestar económico también es posible

Más allá de los efectos negativos que puede llegar a generar el estrés financiero, su contraparte, que deriva de conductas positivas en el aspecto económico de la vida diaria ha generado que, por lo menos, dos de cada 10 mexicanos mayores de edad  puedan experimentar un alto nivel de bienestar económico.

“El ahorro, el endeudamiento, la suficiencia de ingresos, el manejo del presupuesto, la planificación financiera y la inversión, entre otros, son parte de los comportamientos y prácticas financieras que inciden en el bienestar financiero de las personas”, puntualiza Inegi al respecto.

Con información de Reporte Índigo

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