México. De la retórica a la acción en sostenibilidad corporativa

Mauricio Coindreau

Cambio climático, sustentabilidad, greenwashing, criterios ESG, bonos verdes, sostenibilidad corporativa y economía circular son algunos de los tópicos que, más allá de estar en el imaginario colectivo, hoy forman parte esencial de las grandes decisiones de una empresa.

México tiene un potencial enorme para liderar una revolución verde con condiciones climáticas ideales para generar energías limpias, recursos naturales abundantes, una creciente conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad y una ubicación geográfica estratégica. No me refiero sólo a la cercanía con Estados Unidos, que si bien es clave en materia comercial, ya que las energías limpias son parte de la agenda de muchas empresas que están pensando en el nearshoring, al sur también hay oportunidades, con muchos países deseosos de adquirir estas tecnologías.

Pero la falta de infraestructura adecuada, incentivos económicos y políticas gubernamentales claras ha dificultado el avance de una agenda sostenible. México se encuentra rezagado en comparación con otras naciones desarrolladas. Sin embargo, el país tiene la capacidad de aprender de lo que otros países ya han implementado, de sus errores y aciertos, para generar mejores prácticas.

El mundo corporativo ha sido ferozmente criticado cuando se habla de sostenibilidad, pero es también el que más ha buscado incorporar estas prácticas, incluso más allá de sus operaciones. No obstante, se topan con pared cuando buscan tener un impacto mayor, y muchas veces es porque la falta de apoyos y dirección federal genera mayor riesgo que oportunidad en decisiones de materia sostenible.

Pero para hablar el lenguaje universal de la sostenibilidad, primero es necesario que las empresas muestren apertura ante este cambio de paradigma. Y para ir más allá:

1. Hacer un análisis exhaustivo de su impacto real

Es común que las empresas busquen implementar iniciativas sin un análisis de su impacto real a su industria y mercado. Este enfoque puede resultar en recursos desperdiciados, expectativas no cumplidas y, en última instancia, un detrimento en la confianza de los stakeholders.

Es esencial identificar las iniciativas y alianzas estratégicas que realmente contribuirán de manera positiva al modelo de negocio particular. No todas las alianzas o proyectos de sostenibilidad son adecuados para cada empresa; la clave está en seleccionar aquellas que se alineen con los objetivos estratégicos y los valores corporativos. Una organización comprometida con la sostenibilidad debe priorizar alianzas con compañías que puedan aportar experiencia y recursos en esa área.

2. Plantear un plan de descarbonización claro

Este proceso comienza con el establecimiento de metas claras en áreas críticas como la descarbonización, el ahorro de agua y la gestión de desechos. Dichos parámetros deben ser coherentes con los estándares internacionales y estar alineados con los compromisos globales, como los Science Based Target Initiatives 1.5 (SBTi) y el Acuerdo de París.

Una vez definidos los objetivos, el siguiente paso es implementarlos de manera efectiva. Esto requiere la creación de estrategias detalladas y la asignación de recursos adecuados. Para ello son necesarios planes de acción específicos que incluyan pasos concretos, plazos y responsabilidades.

Es fundamental involucrar a todas las áreas de la organización y asegurar que todos los empleados comprendan y se comprometan con estas metas. Además, para respaldar estas metas y asegurar su cumplimiento, es esencial contar con datos verificables para evitar el greenwashing.

3. Integrar a la sostenibilidad en el ADN Corporativo

Esto implica que la sostenibilidad debe ser una parte intrínseca del propósito, misión, visión y valores de la empresa. Y se traduce en la adopción de prácticas sostenibles en todas las áreas de operación, desde la cadena de suministro hasta la gestión de residuos, pasando por la eficiencia energética y el uso responsable de los recursos naturales.

4. Adoptar un enfoque integral

Para que México avance en sostenibilidad, es fundamental adoptar un enfoque integral. Las acciones aisladas no son suficientes; es necesario un plan estratégico a nivel federal que clarifique metas y prioridades, e incluya a la iniciativa privada y a las empresas que ofrecen soluciones sostenibles. Solo a través de una economía circular y colaborativa podremos maximizar los beneficios de la sostenibilidad.

México tiene una oportunidad histórica para incorporarse a la revolución de la sostenibilidad y liderar en un mercado que se estima valdrá trillones de dólares. La entrada de un nuevo gobierno ofrece la posibilidad de que la sostenibilidad, lejos de ser una carga, se convierta en una ventaja competitiva y una responsabilidad compartida. El momento de actuar es ahora.

Con información de Expansión Política

También te podría gustar...