Presiones, amenazas y desvío de recursos en ‘La Escuela es Nuestra’, programa con el que AMLO buscaba eliminar intermediarios
Dalila Sarabia
A finales de 2019 el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador puso en marcha el programa La Escuela Es Nuestra (LEEN) con el objetivo de transferir recursos directamente a los padres de familia para que ellos, sin intermediarios, decidieran qué obras realizar y con ello mejorar la infraestructura educativa en el país.
A casi a cinco años de implementada esta política pública y luego de que se han invertido casi 90 mil millones de pesos, las denuncias por irregularidades en el manejo de los recursos públicos han salido a la luz en todo el país.
Animal Político recabó testimonios de beneficiarios en distintos estados en los que hubo una constante: el papel de los servidores de la nación. Personas que no solo han presionado y amenazado a los padres de familia para que les entreguen los recursos del programa, sino que incluso, se han aliado con otros padres para robar el dinero.
Servidor de la nación presionó a Juana para que le entregara 600 mil pesos en efectivo
Juana vive en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas y en una junta en la primaria en donde estudia su hija se informó que se iba a conformar un comité de padres para participar en 2024 en el programa La Escuela Es Nuestra y recibir recurso público para que se atendiera el plantel educativo.
Con algunas dudas Juana levantó la mano y dijo que quería formar parte. Era noviembre de 2023.
Al tratarse de una escuela de doble turno, explicó, debía haber dos comités -uno por cada turno-. Aunque a cada comité le llegaría un apoyo, debían trabajar coordinadamente para aplicarlos en beneficio de la escuela.
Pugnas entre los directores de ambos turnos frenaron la conformación del comité del turno vespertino, por lo que Juana pensó que ya no recibirían el apoyo.
A principios del 2024 la llamaron para que ella -que sería la tesorera- y el resto de mamás que conformaron el comité fueran a la oficina de la Secretaría del Bienestar.
“Ahí el servidor de la nación que me dice ‘¿sabes que el recurso va a venir a tu nombre y no de la primaria?’”, relata la mujer quien agrega que a ella la llevaron a una oficina mientras que el resto del comité esperaba afuera.
“El que me entregó la tarjeta me decía ‘debes de tener cuidado porque como tú tienes acceso, solo tú puedes sacar el dinero (…) no necesitas que nadie te hable’, entonces yo desde ahí lo vi todo mal, sentí que me estaban calando”, señaló.
Firmó los papeles, se tomaron la fotografía en la que consta que el comité recibió la tarjeta y se retiró.
El servidor de la nación no volvió a explicarles los siguientes pasos y la presidenta del comité tampoco convocó a reuniones. Con el proceso electoral a la puerta, Juana pensó que ya no se haría nada, hasta julio pasado cuando comenzó a recibir reiteradas llamadas del servidor de la nación.
Los 600 mil pesos que le habían transferido del programa seguían intactos en la cuenta.
“El servidor de la nación me empezó a llamar y a llamar y a llamar para decirme que fuera a retirar (el dinero) y le dije ‘claro, vamos a retirar, pero tú me dijiste que una de las condiciones para retirar era que que tuviéramos un plan de trabajo, ¿para qué quieres que saque el dinero, si no sabemos ni para qué lo vamos a usar?’”, explicó.
El servidor de la nación no se dió por vencido y la madre de familia aceptó. Él le dio una fecha para que fuera a una sucursal del Banco del Bienestar a una comunidad que se ubica a una hora de Tuxtla Gutiérrez. La desconfianza de Juana crecía más y más.
Buscando desenmascararlo, al otro día tomó la tarjeta, su identificación y fue al Banco del Bienestar que está frente al palacio de gobierno en Tuxtla. Entró y preguntó si podía retirar los 600 mil pesos del apoyo de La Escuela Es Nuestra.
La respuesta fue afirmativa. Le pidieron sus documentos y le solicitaron que llamara al servidor de la nación para que autorizara el retiro del dinero -una acción que no está contemplada en las reglas de operación del programa y que es ilegal porque solo los padres de familia pueden decir cuándo y cuánto dinero sacar-.
“Me salí (del banco) y le hablé al servidor de la nación. Le dije ‘licenciado, ya tengo la autorización de parte de Bienestar (para sacar el dinero) nada más que necesito que usted llame’ y que me empieza a gritar y regañar que qué hacía en un banco de Tuxtla y en un dia que no me tocaba”, recordó la madre de familia.
“Me dijo que era una imprudente y yo bien asombrada por la manera en que me estaba hablando. Esa fue otra bandera roja. No creía cómo se había alterado porque yo había alterado sus planes porque yo pienso que ya estaba coludido con los del banco”, agregó.
El servidor de la nación le dijo que se fuera, que no sacara nada y que la veía al otro día en la sucursal del Banco del Bienestar en la comunidad de El Jobo que se ubica a una hora de Tuxtla Gutiérrez.
“Todavía me dijo ‘cuando estés en la puerta del banco me llamas’”, detalló Juana.
“Cuando vi esa cuestión agarré y llamé al Banco de Bienestar y cancelé la tarjeta (…) no quisieron cerrar la cuenta, pero al menos bloquearon la tarjeta”, informó.
Desde el primer día Juana se percató que algo estaba mal y decidió dejar congelado el recurso antes de entregarlo al servidor de la nación que la estaba presionando.
Aunque pensó que ahí terminaría todo, después de cancelar la tarjeta la directora y los maestros de la primaria comenzaron a llamarle para exigirle su presencia en la escuela para que entregara la tarjeta.
“Me hablan y me dicen ‘por favor, venga, entréguela, no se preocupe le vamos a firmar un papel en donde la directora avala que usted está entregando todo’, y luego también que si no les quiero dejar la tarjeta que saque todo el dinero y que lo entregue a la dirección para que conformen otro comité”, detalló Juana.
El servidor de la nación no volvió a buscarla, pero sí a las demás madres de familia que conformaban el comité.
De acuerdo a lo que narró la mujer, les llamó para solicitarles se reunieran con él para firmar la rendición de cuentas del programa y que ahí escribieran que todo el recurso se había aplicado correctamente.
“Y la presidenta del comité que le dice ‘¿pero cuál recurso? Si nosotros no hemos tocado nada, no se ha hecho nada’”, señaló la madre de familia.
Según le contó la presidenta del comité, aquella vez el servidor de la nación les gritó a las otras madres de familia y les pidió que no fueran cobardes.
“Imagínese que yo hubiera tenido otra actitud y hubiera realizado el retiro, él hubiera logrado su cometido y habría hecho que las señoras firmaran documentos apócrifos porque ninguna obra se hizo y se hubiera quedado con todo el dinero”, dijo Juana a manera de conclusión.
De acuerdo con las reglas de operación de La Escuela Es Nuestra, la Dirección general del programa, dependiente de la SEP, es la instancia encargada de reintegrar los recursos del programa que no hayan sido dispersados al 31 de diciembre de cada año.
“(La dirección) deberá prever con la institución financiera, previa conciliación, el reintegro de los recursos federales dispersados en las cuentas bancarias de las tesoreras(os) que en el periodo de un año no hayan sufrido movimiento alguno, es decir, que se encuentren ociosos, siempre y cuando en la cuenta bancaria se conserve la totalidad del recurso ministrado al beneficiario”, se detalla.
Tesorera dice que se le cayó la cartera y perdió 80 mil pesos de La Escuela Es Nuestra; servidoras de la nación la encubren
El kinder Tepuchtlicalli, que se ubica en Tepotzotlán, en el Estado de México, recibió en 2022 un apoyo de 200 mil pesos como parte del programa La Escuela Es Nuestra, recurso con el que fue posible rehabilitar completamente los baños, poner malla ciclónica en una zona que resultaba peligrosa para los niños y otras obras menores.
En total, informó Mary, una de las madres de familia que participó en el comité, se gastaron poco más de 100 mil pesos y aún les quedaban unos 80 mil pesos para que hicieran otras intervenciones.
Sin embargo, una mañana los padres de familia recibieron una llamada de la tesorera de comité quien solicitaba verlos.
“Nos cita a mí, a una de las vocales y a la presidenta del comité en su casa y nos dice ‘oigan, pues para avisarles que nos robaron el dinero’”, recordó la madre de familia.
No les dio mayores detalles, solo dijo que le habían robado todo el dinero, por lo que el comité buscó a las servidoras de la nación para informarles lo sucedido. Y aunque en un inicio presionaron a la tesorera, conforme pasaron los días notaron que la encubrían.
Meses antes, recordó Mary, cuando había llegado el dinero, la tesorera los había sorprendido un día al informarles que había retirado 100 mil pesos en efectivo. Su argumento fue que así sería más fácil pagar las obras y materiales, además de que el dinero estaría seguro en su casa.
“Al principio las muchachas del programa la empezaron a presionar de que tenía que recuperar el dinero y ella llorando dijo que iba a vender unas cosas que tenía, pero después las servidoras de la nación se pusieron en contacto con ella y como que se pusieron de acuerdo -así nos pareció a nosotros- porque nos reunieron a los padres de familia para informarnos que habían levantado una denuncia”, compartió Mary.
De ahí no se volvió a saber más. Las servidoras de la nación se lavaron las manos y no volvieron a dar alguna actualización del caso.
“Encubrieron a la tesorera porque ya jamás la presionaron ni nada, así quedó todo y nos quedamos ya sin el recurso… era la mitad del recurso que nos habían dado”, lamentó la madre de familia.
La comunidad, en búsqueda de respuestas, encaró a la tesorera y exigió que les dijera la verdad, pero ella se limitó a decir que llevaba el dinero en efectivo en su bolsa y que se le cayó.
“No repuso nada y después cambió a su niña de escuela, se fue (…) ya no nos quiso dar la cara ni nada porque se sintió muy apoyada por las del programa.”, insistió Mary.
Los otros miembros del comité acudieron a la oficina de la Secretaría del Bienestar a poner una queja pero nunca recibieron una respuesta. Le pidieron a las servidoras de la nación la copia de la denuncia para sumarla a su reporte, pero no se las entregaron.
De hecho, hace unos meses la servidora de la nación volvió a aparecer para solicitar las facturas y notas de los arreglos hechos a la escuela. Aunque los padres no quisieron dar la documentación porque falta el dinero que la tesorera se llevó, la servidora les arrebató la carpeta y se fue sin más.
“Yo la verdad siento que están involucradas las servidoras de la nación con las tesorera y siento que se van casi a mitad (…) porque hemos sabido de varias escuelas en donde pasa esto de que se roban el dinero, o sea, si es algo que se presenta mucho”, reprobó Mary.
Amenaza servidora de la nación a madre de familia con 6 años a la cárcel por no entregarle sobrante de La Escuela Es Nuestra
Claudia formó parte del comité de padres de familia de la telesecundaria en donde estudiaba su hijo en 2023, cuando el plantel educativo recibió su primer apoyo por 600 mil pesos.
Ella fungía como tesorera y durante todo el tiempo de aplicación de los recursos no hubo ningún problema con la comunidad educativa ni con la servidora de la nación. Se construyeron, desde cero, cinco baños para hombres y cinco baños para mujeres.
En noviembre pasado, Claudia recibió un mensaje en el que le informaba que la telesecundaria había vuelto a ser beneficiada, por lo que requería que el comité se pusiera a trabajar de nuevo.
Aunque se trataba de un nuevo apoyo, la servidora de la nación aseguró que no era necesario convocar a una junta para elegir a un nuevo comité. Incluso en ningún momento se informó a la comunidad educativa que recibirían otro apoyo.
Con ese dinero se decidió que aunque ya se habían hecho unos baños nuevos, los antiguos podían ser reparados y así habría mejores instalaciones en beneficio de los estudiantes y sus maestros, al tiempo que se compró una cisterna de 10 mil litros, bombas y otros equipamientos.
Sin embargo, aunque las labores se desarrollaron conforme lo previsto y el albañil concluyó todo el trabajo, no se le pudo pagar porque era periodo electoral y la servidora de la nación les explicó que no se podía retirar dinero de los Bancos del Bienestar.
Como se había firmado un contrato previamente, el retraso del pago por no tomar en cuenta las elecciones, generó una multa.
“El señor entregó el trabajo desde abril y se le pagó hasta julio”, detalló Claudia.
Una vez pasadas las elecciones se pagaron los trabajos y la multa generada por el retraso y que se estipulaba en el contrato que se firmó y del cual este medio tiene copia. El pago fue de 180 mil pesos.
Decirle a la servidora de la nación que ya había hecho los pagos, dijo Claudia, fue lo peor. Se enojó, le gritó y en una reunión con padres de familia y autoridades de la escuela la acusó de haberse robado el dinero, específicamente por pagar la multa estipulada en el contrato.
“Tu lo sacaste y lo transferiste a una cuenta personal”, recuerda Claudia que le reclamó. Incluso, en esa reunión le arrebató la carpeta con todas las facturas, notas y contratos firmados a fin de que la madre de familia no tuviera forma de comprobar no solo el pago de 180 mil pesos, sino los 380 mil adicionales que ya se habían gastado.
“Me dijo ‘te voy a demandar y te voy a meter a la cárcel, son cinco o seis años’”, narró la mujer.
De hecho, la servidora de la nación también buscó al albañil y lo amenazó por haber cobrado la multa que se estipulaba en el contrato.
“El albañil me buscó y me dijo que no me preocupara, que si era necesario él me hacía de nuevo las notas de los pagos para que no fuera yo a tener problemas”, compartió Claudia.
Cansada de las amenazas y el acoso, la madre de familia decidió presentarse en el Ministerio Público para denunciar a la servidora de la nación, pero desestimaron su queja porque no había firmado los formatos que acreditaban su carácter formal de tesorera, pues la servidora de la nación le dijo que no era necesario formar un nuevo comité.
También acudió a la oficina del Bienestar de Guadalajara en donde entregó un oficio escrito por su puño en donde denunció a la servidora de la nación. Le firmaron de recibido y a la fecha no ha recibido ninguna respuesta.
“Terminé por depositar 7 mil 200 pesos que me sobraron cuando le pagué al albañil y fui a cancelar la tarjeta, ya no quiero más problemas, fue un desastre, de verdad, yo creo que si nos preguntas a las que fuimos tesoreras fue un dolor de cabeza, te metes en puros problemas”, subrayó Claudia.
La tesorera se robó 45 mil pesos y las obras de la escuela quedaron inconclusas
En 2021, en plena pandemia por el Covid-19, la escuela primaria Lázaro Cardenas, en Coatzacoalcos, Veracruz, fue seleccionada para recibir por primer año el apoyo del programa La Escuela Es Nuestra (LEEN). Fueron beneficiados con 500 mil pesos.
Los requerimientos de este plantel escolar que atiende a unos 300 alumnos eran variados, pero después de conversar, los padres y madres decidieron que lo primero que harían serían baños nuevos y cambiarían los pisos de todos los salones.
“El director por ahí quería meter mano, pero nosotros decidimos qué se iba a hacer”, subrayó el padre de familia, Cristian Castillo.
Como expresidente de la asociación de padres de familia y del comité de La Escuela Es Nuestra, explicó que en algunos salones el piso ya se había levantado hasta 30 centímetros y parecía que flotaban porque la estructura se había separado a causa de las continuas filtraciones, por lo que era urgente atender la situación.
Delinearon el plan de trabajo, hicieron cálculos y compraron todo el material por volumen “porque así nos daban un precio mejor”.
Todo fue excelente. Las obras se realizaban conforme a lo previsto, una comitiva de padres supervisaba y de cuando en cuando -por la pandemia- se reunían para revisar avances, pendientes y confirmar que las cuentas estaban en orden, hasta que la tesorera dejó de entregar el dinero para pagar al albañil que trabajaba en la escuela.
Los padres de familia no entendían por qué la tesorera ya no daba dinero para pagar si de acuerdo con el registro que llevaban aún había recurso en la tarjeta, así que decidieron ir al Banco del Bienestar a pedir un estado de cuenta.
Al ver con atención el estado de cuenta confirmaron que la madre de familia había estado sacando dinero a espaldas de la comunidad escolar.
“Quedaron cuatro salones inconclusos. Se quedó el material, la loseta, el pegazulejo, los dejamos en piso rústico porque esta señora tomó 45 mil pesos”, reprochó el padre de familia.
Ante la comunidad escolar la mujer aceptó que había tomado el dinero argumentando que estaba enferma. Y aunque dijo que lo repondría para terminar los trabajos, eso nunca pasó.
“Hasta la fecha de hoy nunca lo pagó, ni lo regresó. Se habló en ese tiempo con la persona encargada del programa (el servidor de la nación) e hicimos unos escritos que según le iba a dar seguimiento la Federación, pero creo que nunca hicieron nada”, lamentó el padre de familia.
Al momento de entregar la rendición de cuentas el comité logró justificar hasta el último peso que ellos invirtieron en las mejoras escolares, con excepción de los 45 mil pesos que la madre de familia tomó. Como resultado, para el siguiente año la primaria fue castigada y no recibió un segundo apoyo, sino hasta el 2023.
“Me deja un sentimiento de molestia porque muchas veces nos quejamos por el tema de de que no se apoyan las escuelas (…) y ahora que nos dan el dinero a los papás en lugar de que le demos un buen uso, algunos se aprovechan y andan tomando algo que no les pertenece”, opinó Cristian.
Con información de Animal Político