Estados de fuerza policiales siguen desdeñados
Alfonso Carlos Ontiveros Salas
Los hechos violentos que ocurren en el País y no solo en Sinaloa, ponen de manifiesto el grave error de carecer de una policía civil capacitada, funcional y profesional.
No es posible seguir aferrados en el uso indiscriminado de la fuerza armada militar para combatir la inseguridad que se ha desplazado por toda la geografía nacional. Hoy que se requiere del uso del soldado para cumplir con pactos internacionales como la custodia de la frontera mexicana con Estados Unidos, se siente la necesidad de tener policías confiables y profesionales en los estados y municipios.
Si se cumplieran las recomendaciones internacionales en la conformación de las policías y garantizar paz y tranquilidad en los núcleos sociales, seguro que no se estarían cometiendo tantas atrocidades en la geografía nacional sin que los culpables enfrenten juicios de castigo con la debida oportunidad.
Es tiempo que se reconsideren las políticas del uso excesivo de la fuerza armada militar en asuntos de policía que son propias de la autoridad civil. Es un imperativo constitucional que los estados y municipios hagan suya la responsabilidad de tener su propia policía que sea eficiente y capaz de enfrentar la inseguridad, independientemente de quienes la puedan estar generando.
La inseguridad es consecuencia de las complicidades gubernamentales con la delincuencia organizada. Hay que cortar esos hilos entre gobernantes y delincuentes, para que las policías no sean utilizadas para encubrir esas complicidades.
Para que el gobierno responda a esa obligación que apremia, las organizaciones empresariales, las de la sociedad civil y las profesionales, deben manifestarse y exigir que las autoridades de los diversos ordenes de gobierno cumplan con esa misión constitucional.
La inseguridad rebasa a las fuerzas armadas. El soldado, debemos seguir diciendo, que no está hecho para sustituir a la policía civil y mandarlos a perseguir delincuentes. La capacitación continua del soldado lo obliga a tener las más probadas capacidades para responder a provocaciones o intervenciones como en estos momentos la norteamericana.
Orden y organización en las obligaciones como nación republicana. Ya basta que manden soldados a montones a combatir la inseguridad y tratar de pescar a los delincuentes. El objetivo debe ser atraparlos y recluirlos en celdas de castigo, protegiendo en todos los casos los derechos humanos, aunque sean delincuentes.
Sinaloa requiere de una considerable fuerza policial, solo que la Universidad de la Policía se a echado la cola al hombro, y se le olvidó realizar un trabajo continuo y permanente en el reclutamiento, formación y capacitación de policías. Se ocupa de convocar a posgrados olvidándose de lo demás.
Se ve presentable y hasta impone la policía dependiente de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, en vehículos y presentación policial uniformada ¿Es cuestión de creer que esa policía que se utiliza en Culiacán y en Sinaloa es dependiente de dicha Secretaría? es dudoso porque la policía que dependía de la referida Secretaría del gobierno federal era la Guardia Nacional, pero dejó de serlo porque fue anexada a la Secretaria de la Defensa Nacional porque nació militar y la ratificaron mandándola a la SEDENA ¿Por tal motivo, de donde surge la policía federal que utiliza la Secretaría de Harfuch? La conexión constitucional y legal no aparece por ninguna parte a menos que sea policía militar de la Guardia nacional con otros vehículos y uniformes ¿Qué ocurre y nadie dice nada?
Esas son las debilidades que tiene el gobierno y que la delincuencia lo sabe muy bien. Ojalá lleguemos a tener policías confiables y profesionalizadas dotadas de todas las herramientas que requieren para su función y construir ese escudo que repela cualquier manifestación delincuencial. Voluntad política señores y apoyo presupuestal para que opere.