Berdegué y Rocha. La CEDH y narcotráfico. La lengua de Merary y la discreción de Oscar Rentería
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Álvaro Aragón Ayala
LA VOZ DEL CAMPO: Cuando menos por unas horas fuera de los reflectores espacio/tiempo del escenario pintado por tirios y algunos troyanos de catastrófico, el secretario de Agricultura, Julio Berdegué Sacristán, y el gobernador Rubén Rocha Moya inauguraron la edición número 33 de la Expoagro Sinaloa 2025.
En el evento, el presidente de la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa, Marte Vega Román, casi llora por la crisis por la que atraviesa el campo principalmente en materia de la baja disponibilidad de agua para riesgo, la caída de los precios de los granos y los altos costos que -dijo- “ha limitado los niveles de producción y rentabilidad”.
Berdegué Sacristán, a contrapelo de quienes desde la movilización social, la trinchera política o la posición crítica al quehacer del gobernador Rubén Rocha dibujan a Sinaloa como un narcoestado, resaltó la importancia del estado como un pilar en la producción de alimentos a nivel nacional e internacional.
El funcionario federal destacó que la ExpoAgro Sinaloa, con más de tres décadas de trayectoria, se ha consolidado como un espacio fundamental para la innovación y el desarrollo del sector agrícola y señaló que el abasto de maíz está garantizado para este año y reiteró la postura del gobierno federal de cerrar las fronteras a la importación de maíz transgénico
Julio Berdegué hizo un público reconocimiento al gobernador Rubén Rocha por su preocupación permanente por los asuntos del campo, y destacó que es el principal abogado que tienen los productores. “Es la voz del campo sinaloense el señor gobernador”, dijo. En la inauguración de la ExpoAgro no se mandaron señales de muestreos políticos, aunque algunos productores agrícolas del norte intentaban colgársele del cogote al secretario de Agricultura.
GOLPE MEDIÁTICO: El nuevo presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Oscar Loza Ochoa, que le sabe a eso del manejo de su imagen, le asestó un duro golpe mediático/periodístico a las “fuerzas federales del orden” que participaron en el impresionante operativo en el poblado de Jesús María, considerado por la DEA como un “santuario del narco”, dispositivo que culminó con la detención de un piloto, al que apodan “El Jando”, a quien las autoridades federales vinculan con una célula delictiva.
Los moradores que se dicen afectados por la incursión militar narraron a una comitiva de comunicadores que acompañaron a Oscar Loza Ochoa a la comunidad serrana a “testificar”, para la denuncia pública, los atropellos a los derechos humanos y el horror que vivieron, entre ellos menores de edad, durante el operativo.
Por la tarea que desplegó el activista social y defensor “de los jodidos” y lesionados por el Estado Mexicano, Oscar Loza mandó la señal de que le imprimirá la dinámica de la transparencia periodística a sus actividades al frente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Será el recoja y de cause a las denuncias de las consecuencias de la militarización de las tareas antinarco en la región, pero no se equivoquen, pues, aquellos que, para efectos de desacreditar a la CEDH, tratan ya de sembrar la percepción de que la Comisión podría ser la trinchera sólo para la defensa de personajes buscados por narcotráfico y de los poblados donde se refugian, Loza Ochoa pagó sus gastos de la “gira en busca de la verdad” a Jesús María y los periodistas también cubrieron los suyos. No hubo narcoviáticos.
En el desempeño de su trabajo, los periodistas de Sinaloa tratan a toda costa de no ser alcanzados por la sentencia, con olor a maldición, que dejó plasmada, para la historia de la comunicación del país, el periodista y escritor, Javier Valdez Cárdenas, cofundador del semanario Río Doce.
Días antes de ser asesinado, Javier Valdez afirmó: “el narco manda en las redacciones”, en una entrevista que concedió a Deyanira Morán del programa Prisma RU con Radio UNAM durante una de las ediciones de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. En aquella ocasión platicó sobre su reciente trabajo de investigación, su libro “El Narcoperiodismo”.
LA CONSPIRACION: la diputada federal Merary Villegas desplegó un doble juego perverso en sus relaciones con Rubén Rocha Moya. La dirigente estatal de Morena sigue pegada a Tatiana Clouthier, quien alineó un frente de mujeres contra el gobernador y el secretario general de Gobierno y actual senador Enrique Inzunza Castro ¿En qué cancha patea entonces la bola la Merary si cuando está en Sinaloa ofrece la lectura de pertenecer al grupo rochista, aunque ella sabe que lo ha desafiado cuando menos en dos ocasiones? En la ciudad de México, eso sí, filtra “pruebas” contra el gobernador para empujar su salida. Allá, en la capital del país, es la opositora que se mueven en los sótanos, en las cañerías de Morena, con Los Duros, y acá en Sinaloa apoya, dice, el proyecto rochista.
EXPERTOS EN IMAGEN: Antes de asumir el cargo de secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, el General Óscar Rentería Schazarino recibió instrucción sobre estrategias en manejo de prensa e imagen pública en materia de seguridad, y analizó los errores en que incurrieron algunos secretarios de Seguridad estatal que fueron echados a la calle en medio del escándalo y el descrédito pagando las consecuencias de haberse dejado “enganchar” por los periodistas.
“El pez por su boca muere”, le expresaron los especialistas, y le explicaron que la mejor demostración de su trabajo no será ofrecer discursos ni conferencias de prensa en donde pueda expresar frases u oraciones que a la postre le pueden complicar la vida o su trabajo institucional, sino obtener y ofrecer resultados.
“Van a buscar como doblarte”, le dijeron y le explicaron que el mejor trabajo policial en ciernes, el que realmente se coordina con el Ejército Nacional, la Guardia Nacional y la Marina, es el que no se divulga previamente. Como una detención puede llegar a otra, “tampoco es prudente estar dando datos a la prensa que puedan sobrealertar a los delincuentes. La discreción es un arma indispensable en todo trabajo de investigación”, le expusieron.
Oscar Rentería ha dado mejores resultados que Cristóbal Camarillo, quien en Sinaloa nunca realizó ninguna detención excelente o sorprendente, pero que sí se dedicó a dar atole con el dedo a la sociedad en materia de seguridad. También ha superado con creces al General parlanchín Gerardo Mérida Sánchez, renunciado por el gobernador Rubén Rocha.
En Palacio Nacional el análisis del trabajo del General Oscar Rentería es positivo y atribuyen que los resultados no se palpan en Sinaloa al mal manejo del área de comunicación estatal quien opera la información de las detenciones y decomisos a la manera vieja o tradicional, esa que que no concientiza ni impacta en la regeneración de la imagen pública de Culiacán y otros municipios.