México requiere respuesta estratégica ante aranceles, no guerra comercial: analistas

Marco Martínez y Jorge Cisneros
Ante la imposición de aranceles generalizados de 25 por ciento a los productos que México vende a Estados Unidos, nuestro país debe ser cauteloso y no embarcarse en una represalia de la misma magnitud, sino que debe buscar una respuesta estratégica.
La valoración es de Sergio Alcocer, investigador de la UNAM y profesor de la Universidad de Texas en San Antonio, quien fue subsecretario de Relaciones Exteriores durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.
“Quizá (la respuesta) sea imponer algunos aranceles en aquellos puntos en que pueda afectar más a Estados Unidos. México ya lo ha hecho en el pasado cuando se impusieron aranceles de manera recíproca en aquellos sectores en los que había elecciones y podría haber presiones hacia los senadores e integrantes de la Cámara de Representantes. Por ejemplo, en sectores agrícolas en los que se pueda afectar a los electores de ciertos distritos y que, eventualmente, ellos puedan presionar a su representante”.
Debe aprenderse de las consecuencias de la contestación del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, quien advirtió que todos los productos de EU que se vendan en su país serán castigados con un impuesto de 25%, dijo el académico, ya que de inmediato Donald Trump dijo que doblaría la apuesta con una tasa de 50%.
A los países no les conviene caer en la tentación de una guerra comercial porque el impacto a largo plazo de una medida así será muy duro para una economía como la mexicana.

El TMEC sigue vivo
Alcocer, quien fue secretario general de la UNAM y fue responsable de las relaciones con América del Norte en la SRE, considera que la estrategia de los aranceles no necesariamente significa que la destrucción del bloque comercial formado hace 30 años entre México, Canadá y Estados Unidos.
“Hay quienes ya avizoran el término del TMEC, creo que hay que ver cómo progresa el tema de los aranceles. Pero hay que anotar que habría sido muy sencillo para el presidente Trump haber denunciado el TMEC, salido del Tratado como lo hizo del Acuerdo de París, y al salir simplemente imponer los aranceles. No lo ha hecho porque creo que entiende que hay un efecto económico mucho mayor, que sería un camino sin retorno”.
Las barreras comerciales que Trump ha puesto en marcha se parecen a un elemento de negociación y le dan margen de maniobra al presidente.
El investigador subraya que la decisión de Trump no tiene una motivación geopolítica, como sucede en el caso de China, sino que es un elemento de negociación.
“Poner los aranceles siempre permite echarse atrás o disminuirlos en cualquier momento. Tan es así que su secretario de Comercio anunció que se podían reducir o eliminar si tanto México como Canadá hicieran lo que les corresponde en materia de fentanilo”.
Algo se está perdiendo de vista en este caso, concluye. Que la medida no tiene una motivación comercial sino que responde a un tema fundamental para el presidente, el tráfico de drogas desde México hacia su país.
“No es el arancel en sí mismo, sino la inseguridad y las drogas. Los hubieras no existen, pero la pregunta que habría que hacer es si no tuviésemos el problema de drogas que estamos enfrentando, particularmente con el fentanilo, ¿se hubiesen impuesto los aranceles, como en su momento fue el argumento de imponer los aranceles por la falta de cooperación en materia migratoria?”.
Dilema para Trump
Si el presidente de Estados Unidos no cambia de opinión pronto se encontrará con un acertijo complicado de resolver: ¿castiga con impuestos de 25% a los autos hechos en México y Canadá, sus socios, mientras los que llegan de Europa y Corea pagan uno de 2.5?
Ildefonso Guajardo, secretario de Economía en el gobierno de Peña Nieto, quien encabezó la negociación del TMEC, cree que los aranceles de Trump facilitarán que China aumente su presencia en la economía de EU, aunque sea indirectamente a través de la mercancía que hacen otros países con componentes chinos.
En entrevista para el noticiero de Carmen Aristegui, Guajardo consideró la opción de aumentar el comercio con China no es viable para México porque EU representa el 85% de nuestras exportaciones.
En años anteriores, se negoció un tratado de libre comercio con la Unión Europea, pero la administración de Andrés Manuel López Obrador no se interesó en concretarlo.
“Habíamos abierto el mercado europeo como una opción de exportaciones. El tratado europeo del año 2000 estaba muy limitado para poderles vender productos frescos, jugo de naranja, plátano. Una buena parte de la negociación que hicimos es que los europeos aceptaran muchísimo más exportaciones mexicanas, pero como a López Obrador no le gustaba el capítulo energético que se acordó con Europa pues lo pateó y hoy no tenemos el tratado modernizado. Si lo tuviéramos en lugar de pagarle el 25% para exportar jugo de naranja a Estados Unidos se lo podíamos haber exportado a Europa”.
Empleo y crecimiento en México, afectados
Es cierto que los impuestos especiales afectarían a Estados Unidos en términos de inflación por el costo más alto de los productos, señala José Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios.
Sin embargo, el daño a la economía mexicana podría ser mayor ya que menores ventas de productos redundarían en menos ingresos para el país y menos empleos en un entorno de reducido crecimiento.
“La economía mexicana está totalmente expuesta, no hay crecimiento en el producto interno bruto, hay desinversión en la inversión fija bruta, que se define como la reducción o venta de activos fijos, tal como son la maquinaria, los edificios, vehículos y otros bienes de capital que una empresa o entidad ha adquirido previamente, por la necesidad de liquidez o por su reestructuración”.
Martínez Cortés advierte que si México impone impuestos a manufacturas de EU, afectará a los consumidores nacionales ya que el 83% de bienes de manufactura importados son de Estados Unidos, entonces eso afectaría a los importadores mexicanos.
Este martes, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció que tomaría medidas tanto arancelarias como de otro tipo, para responder al gobierno de Trump.
En materia no arancelaria, el también profesor del Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM propone que el gobierno de tome una posición fuerte y enérgica, y retire a los 10 mil efectivos de la Guardia Nacional desplegados en la frontera norte, con lo que provocaría que aumenten los gastos migratorios de Estados Unidos en la frontera sur.
Con información de La Silla Rota