El momento de las IMMEX

David Ordaz
Hace unos días, la Secretaría de Economía e importantes organismos empresariales realizaron el encuentro “B2B Conectando la Industria Textil Mexicana con el Mundo”, donde se concretaron más de 200 citas de negocios y se aterrizaron inversiones por 55 millones de dólares.
Al respecto, Marcelo Ebrard externó su optimismo sobre el futuro del país y la integración regional, animando a los presentes a seguir en la vanguardia y a aprovechar las oportunidades que se avecinan, al tiempo que subrayó la importancia de la voluntad para lograr resultados positivos.
“Viene una época en donde va a crecer la integración regional por necesidad estratégica. Si antes era importante, ahora va a ser el doble de importante. Por lo que tenemos muchas oportunidades. Muchas. Van a venir, lo van a ver. Paso al tiempo. Y luego van a ver hacia atrás y van a decir, pues sí, así fue. Y en buena medida también por su trabajo. Pero son oportunidades que se vienen para nuestro país muy importantes. De manera que, pues vamos a estar listos, listas, para que cuando lleguen esas oportunidades, que sean pronto, pues ya estemos en la línea de producción que debemos estar, de creación, de crecimiento”, dijo.
Si bien es cierto que el sector textil es clave para la industria nacional, con un potencial para crecer y expandirse alrededor del mundo, este se debe al crecimiento de las maquiladoras y empresas manufactureras que se han visto favorecidas por la implementación del programa IMMEX.
Para quien lo desconozca aún, IMMEX es el programa de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación, que, con la firma del TLCAN, se facilitó la producción de una gran cantidad de bienes manufacturados básicamente con insumos importados de Estados Unidos y ensamblados por fuerza de trabajo mexicana, aumentando así su valor agregado y posteriormente reexportados.
Sin la existencia de IMMEX, nuestro país difícilmente habría podido experimentar tasas sostenidas de crecimiento (2.4% promedio entre los 80´s) gracias al aprovechamiento de las ventajas que da el tratado, tales como los costos laborales, ubicación geográfica, adaptación de producción, entre otras.
Remontándonos al pasado, las primeras maquiladoras, bien sabemos, comenzaron en el norte del país como ensambladoras de televisores de bulbos, plásticos, equipo de transporte y sus accesorios, prendas de vestir y otros productos confeccionados con textiles. Tiempo después, se reconocieron también como maquiladoras a las compañías especializadas denominadas agroindustriales, y a las compañías involucradas en la explotación de recursos minerales, pesqueros y forestales, y a las de servicios.
La inclusión de estas actividades en el marco legal que regula a las empresas maquiladoras ciertamente significó la apertura a nuevas actividades, particularmente en el área de servicios tales como la contabilidad, el pago de impuestos, el procesamiento de cheques, servicios de tarjetas de crédito, telemarketing, serigrafía y maquila de datos, entre otros.
Pero las cosas cambiaron, lo mismo que los requerimientos de las IMMEX. La diversificación de las maquiladoras se muestra también al observar que, además del procesamiento de productos tradicionales, también han incursionado en:
- La industria aeronáutica, con maquinado de precisión de componentes para turbinas, motores, cajas de radios de comunicación y sistemas de seguridad de aviones;
- La industria aeroespacial, fabricando sellos metálicos y de carbono de alta precisión para equipos aeroespaciales y generadores de energía;
- La industria de telecomunicaciones, al ensamblar teléfonos inalámbricos portátiles, cables coaxiales y fibra óptica;
- Reparación de partes de equipos americanos perjudicados durante su funcionamiento.
ncluso, dentro de las ramas de actividad tradicionales de la maquiladora, como la de artículos eléctricos-electrónicos, la diversificación es evidente, pues no sólo fabrican ya televisores sino también aparatos de transmisión para radiotelefonía, radiotelegrafía, radio-transmisión; cámaras de video y grabadoras de imagen fija; transformadores eléctricos, convertidores estáticos e inductores; fuentes de potencia para máquinas o unidades y partes de las mismas; computadoras y partes para computadoras, entre muchos otros artículos.
Las IMMEX ya no son sólo de Estados Unidos, también las hay de Canadá, Japón, Corea, Tailandia, China, Taiwán, Singapur, Alemania y Holanda, entre otros. No obstante, la mayoría siguen siendo del vecino país del norte, como lo muestran los montos de IED provenientes de aquel país.
Las empresas IMMEX son un elemento relevante por la importancia en las cadenas globales de valor. Ante la dinámica presente en los avances tecnológicos y laborales, este sector quiere en 2024 consolidarse como la industria de la mente-factura, promoviendo el desarrollo de capital humano, la formación y el impulso en la educación para elevar la productividad, jugando un papel relevante para las cadenas de valor nacionales y globales.
Hoy por hoy nos encontramos en la era del conocimiento y de la mentefactura, donde el factor clave de producción es el capital intelectual. Pese a el actual escenario, México y Estados Unidos continúan construyendo alianzas para generar una competitividad sistémica donde las empresas y los mercados dominan la dinámica del cambio.
Las principales características que rigen a todas las actividades económicas y que son, al mismo tiempo, causa y consecuencia de los cambios estructurales y de las transformaciones en la organización y operación del mismo capitalismo global son: la globalización, la interdependencia y la incertidumbre.
Actualmente, ante el fenómeno de la relocalización, INDEX y las IMMEX, son un actor clave ante el nearshoring, donde se estima la llegada de importantes inversiones, de las cuales, la mayoría se enfocarán en las manufacturas.
Con información de Aristegui Noticias