La capitalización política y electoral del crimen

Álvaro Aragón Ayala

La crisis de seguridad, la falta de garantías para ejercer un periodismo a salvo de agresiones y la apertura de insólitas coyunturas políticas, obligó a una buena parte del gremio de la comunicación sinaloense a reflexionar sobre el quehacer informativo y dar un paso lateral para poder abrir nuevos canales de información y recurrir a un necesario impasse para no caer en el atropello en el ejercicio de la crítica o en la acusación dolosa, sin fundamento, en contra del gobernador Rubén Rocha Moya.

Porque hay intereses de por medio, ya hay quienes califican de criminales o malagradecidos a los periodistas que ya no son tan insistentes en exigir el esclarecimiento del asesinato Héctor Melesio Cuén Ojeda, quien fue Rector de la UAS, y enojados también lanzan insultos y groserías porque no culpan del crimen a Rubén Rocha. Caray: no existen las pruebas forenses, las evidencias científicas, para determinar culpabilidades ni decretar inocencias.

A leguas se palpa la intencionalidad, rumbo a las elecciones del 2027, de usar el crimen de Héctor Melesio Cuén como un instrumento mediático contra Rubén Rocha, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, y Morena. Quienes intentan capitalizar política y electoralmente el asesinato no dan la cara. Se ocultan entre las notas informativas, falsas investigaciones y apócrifos análisis que aparecen en periódicos o plataformas digitales con marca registrada en la capital del país.

Para no ser arrastrados por esos intereses obscuros, para no incurrir en abusos y no repartir culpas a diestra y siniestra, un grupo de periodistas -algunos amigos de Héctor Melesio Cuén-tomó la decisión de abordar el homicidio al mismo ritmo que cursan las investigaciones de la Fiscalía General de la República y en sintonía con las demandas de justicia de la familia Cuén Diaz, y de los dirigentes herederos del Partido Sinaloense, creado por el ex Rector.

Sobre el gobernador Rubén Rocha cae como losa la vulgarización de la comunicación periodística, degradación que se refleja en el uso de una lexicología indecente, propia de rufianes y de personas con escasa formación intelectual y cultural, porque la difusión de groserías, berrinches y el pronunciamiento de insultos calan y llaman más la atención que la comunicación de forma educada y con profundidad conceptual.

Es cotidiano, ya, leer y escuchar expresiones como el de asesino, narcogobernador, delincuente, mafioso, malparido, desgraciado, pendejo, ladrón, delincuente, estúpido o asqueroso,  vocablos que reflejan una mentalidad colérica y enferma y un nuevo tipo de agresión política y social. Las ofensas parece que provocan un placer emocional a quienes las liberan y tienen el propósito de hacer el mayor daño posible. Se trata de intentar “desinflar” al gobernador rumbo al 2027.

Los periodistas que no siguen la temática o la narrativa para criminalizar a Rubén Rocha son calificados de criminales, cómplices, malagradecidos, perversos, vendidos, chaqueteros, rochistas, chairos, expresiones que intentan ocultar que ya “hay línea” política e informativa para denostar al gobernador y aquellos que no se presten a la manipulación, al perverso juego informativo electorero, que no se ajusten a la consigna, serán también blanco de difamaciones y calumnias.

También te podría gustar...