Aguinaldos en la UAS: de Luciano Concheiro la respuesta a Rocha

Álvaro Aragón Ayala

En los últimos tres lustros, once universidades públicas estatales autónomas han enfrentado, cada mes de diciembre, problemas para el pago de los aguinaldos y algunas de ellas carencia de recursos incluso para pagar las dos últimas quincenas del año académico ¿Desvían los recursos? No ¿Aplican los presupuestos universitarios en otras áreas y no les alcanzan para pagar la prestación navideña? No. Entonces ¿Qué sucede?

El subsecretario de Educación Superior de la Secretaría de Educación Pública, Luciano Concheiro Bórquez, y la directora de Educación Superior de la SEP, Carmen Enedina Rodríguez, describieron el problema con precisión: las universidades atraviesan por problemas financieros derivados del pago de las “jubilaciones dinámicas”. Ya, en una primera instancia, legisladores de Morena plantearon la cancelación de la prestación de retiro para resolver la crisis financiera en las instituciones.

El tema volvió a la mesa de la discusión, porque Rubén Rocha Moya, quien intenta secuestrar o tomar por asalto a la Universidad Autónoma de Sinaloa, la atacó de nuevo en su conferencia La Mañanera, aprovechando la falta de recursos de la Casa Rosalina para pagar el aguinaldo a más de 17 mil trabajadores y 5 mil 571 jubilados, entre los que se encuentra el propio gobernador.

Furibundo porque los funcionarios de la UAS le rechazaron su Ley de Educación Superior, violatoria a la autonomía universitaria, y porque el grupo morenista que él usa para agitar e intentar penetrar a la Casa Rosalina es obstaculizado por la comunidad uaseña, Rocha Moya descargó, como ya es su costumbre, una mentira mayúscula: que el dinero de los aguinaldos fue desviado y gastado en otras cosas.

La declaración del gobernador no se apega a la verdad. Es una mentira fenomenal. Obedece al propósito de intentar despertar el repudio hacia las autoridades de la UAS. Esa es la estrategia de su insultante y grosera perorata vertida contra los funcionarios uaseños, en la que destacó otra falsedad en su pretensión de ser visto como “el salvador” de la Casa Rosalina: que él y nada más que él solucionará el pago de la prestación navideña.

Lo cierto es que por indicaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, la Secretaría de Educación Pública (Federal) echó a funcionar, en el cierre del 2023, el programa pari pasuu no sólo para beneficiar a la UAS, sino a todas las universidades públicas del país que tienen el problema de pago de los aguinaldos. Así, bajo este sistema, el gobierno federal aportará el 50 por ciento para el pago de esta prestación, y los gobiernos de los estados el otro 50, pero con recursos federalizados, no propios.

Rubén Rocha buscó (y aún busca) no cumplir con el apoyo a la Universidad Autónoma de Sinaloa para generar un clima de animadversión. El plan original era acusar a los funcionarios de la Casa Rosalina de la falta del pago del aguinaldo. Sin embargo, les falló el “cálculo político”, pero obvio, el gobernador siguió con lo trazado: decir que la UAS no tiene dinero para los aguinaldos porque lo gastaron, lo desviaron.

La respuesta a la mentira de Rubén Rocha viene de Luciano Concheiro y Carmen Enedina Rodríguez de la SEP: la verdad es que la UAS, al igual que otras diez universidades públicas estatales autónomas, entran cada año en crisis financiera porque su sistema de jubilaciones les devora parte de su presupuesto, en algunos casos hasta el 50 por ciento de los dineros otorgados por la federación y los estados, y hasta los que captan de manera directa las instituciones. En la Casa Rosalina la “jubilación dinámica” absorbe 2 mil millones 300 mil pesos anuales, de los 7 mil millones de pesos de su presupuesto.

LAS SOLUCIONES VIABLES

Al principio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, algunos diputados y senadores de Morena plantearon una solución drástica para acabar el cíclico problema anual del pago de los aguinaldos y de los salarios de fin de año en las universidades: cancelar de tajo las “jubilaciones dinámicas”. La propuesta fue desechada ya que generaría el levantamiento de miles de universitarios jubilados del país que reciben esta prestación de retiro.

Por su lado, el subsecretario de Educación Superior, Luciano Concheiro plantea tres salidas para solucionar el problema que anualmente genera el pago de las jubilaciones a las universidades públicas estatales: la creación de Fondos o Fideicomisos Pro-jubilación, la elaboración y aprobación de una Ley General de Jubilaciones para las Universidades Públicas o el regreso del Programa U081 de Apoyos para el Saneamiento de los Problemas Estructurales de las Universidades Públicas, el cual fue desaparecido por el gobierno de Morena, y que poseía recursos a los que accedían las universidades con los problemas de la “jubilación dinámica”.

La Universidad Autónoma de Sinaloa ya contaba con el Fideicomiso Pro-Jubilación que garantizaba el pago de la prestación laboral jubilatoria por los próximos 30 años sin dañar las finanzas de la Universidad, pero fue “reventado” por los rochistas María Teresa Guerra Ochoa, Manuel Luque, Marco Antonio Medrado, Feliciano Castro Meléndrez y Sergio Mario Arredondo Salas, entre otros más, que agitaron al interior de la UAS y recurrieron a los tribunales para impedir que los universitarios en activo y jubilados aportaran un porcentaje de su ingresos universitarios para sostener económicamente el Fondo.

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