Morenos presumen pobreza, pero están “forrados” de dinero lícito y “negro”
Yo Campesino / ¿Y la lana?
• Morenos presumen pobreza, pero están “forrados” de dinero lícito y “negro”
Miguel A. Rocha Valencia
A la serie de fracasos y mentiras del ganso, de los cuales tienen culpa los periodistas, incluyendo la violencia desatada en Tabasco, Chiapas, Veracruz, Guerrero, Michoacán, Sonora, Estado de México y más, se suma la hipocresía de navegar con banderas de pobreza republicana o franciscana, pero están cargados de dinero, del bien habido y del otro.
Enumerar fracasos no dejaría espacio al comentario, pero bueno es señalar que en corrupción basta señalar a Segalmex; en justicia, el uso de las fiscalías general y locales para amenazar y perseguir a competidores y discordantes, en seguridad, los más de 175 mil asesinados y 47 mil desaparecidos, casi todos víctimas del crimen organizado; en salud, los 800 mil difuntos por falta de atención tanto en Covid-19 como en crónico degenerativas y en lo social, la confrontación que todos los días se siembra desde Palacio Nacional.
Pero el fondo del comentario de hoy es ¿Dónde está el dinero? Porque todos los cuatroteros presumen de pobreza, hasta el mugroso que desde Europa manda sus fotos, o las de los hijos del tlatoani, las joyas, afeites y vestidos que muchos de ellos nos muestran en sus presentaciones.
El mismo ganso nos muestra sus trajecitos a la medida aunque no los sepa o pueda vestir por falta de percha, con corbatas que envidiaría un coleccionista de Vitaliano Pancaldi o por lo menos de Scappino o Pineda Covalin, eso sin contar los zapatitos que cuestan una lana, ni hablar de su pareja que usa trapos de diseñador y así las cosas con un salario republicano que no pasa de los 150 mil pesos, los cuales seguramente no se gastan pues el mantenimiento de su palacio corre a cargo de los contribuyentes a razón de seis millones mensuales, lo mismo que menajes, viandas, paseos y colegiaturas. Los 200 pesotes en la cartera son para no olvidarse del dinero corriente.
Es decir que, junto con regalías de sus laureados libros, el tlatoani no se deja caer por menos de tres milloncitos al año sin contar prestaciones propias a la “investidura” como bonos, vacaciones, aguinaldos y demás.
El tema es ¿Dónde está el dinero atesorado durante tantos años de fructífero trabajo? Y ¿Dónde están todos los recursos que el pueblo bueno y sabio, especialmente de gobiernos morenistas le hacían llegar a cuentas de Banorte y que no pasan por Hacienda? Las malas lenguas dicen, algunas cercanas a Dolores Padierna y su marido el “Señor de las Ligas” que en cada envío de “ayuda” a Cuba, se van maletas de efectivo básicamente en dólares y que es en la isla caribeña donde está el guardadito del mesías tropical para mantenerse una vez que decida retirarse y se vaya a la Chingada.
Lo mismo sucede con otros destacados cuatroteros como la corcholata de quien nadie se explica por qué debe presumir de austeridad si a lo largo de su carrera ha acumulado buenos ingresos lícitos más otros que se dice le llegan de manera “negra” como los de las cárceles de la ciudad de México o del comercio informal que en esta capital supera a la formalidad y se convierte en un “río” de recursos.
Ni hablar de los subejercicios de los “regalos” o transferencias de organizamos autónomos a quienes se les aplicaron recortes como sucedió con 400 millones al Congreso de la CDMX y cuyo destino nadie supo explicar como tampoco los diezmos que transfirieron delegaciones morenistas.
Hablamos de muchos miles de dinero que se extrajeron de los bolsillos de los mexicanos incluyendo empleados de gobierno ya sea por el recorte de prestaciones o aportaciones “voluntarias” a cambio de prebendas o perdones para los dirigentes.
Total, si no hay nada vergonzante o ilegal, si en verdad esos personajes que presumen tanto honorabilidad y honradez, que no son como los de antes ¿por qué ocultan sus bienes, cuentas bancarias o “marranitos” y sólo declaran lo que se les da la gana sin que Hacienda o la Función Pública les exija transparentar toooooodo lo que tienen y ganan honradamente?
Todo esto viene a colación porque ya el mesías prepara una reforma a las pensiones donde de seguro a él le va a tocar una por los años entregados al servicio de la patria, pero con eso no le va a alcanzar para mantener la finca que tiene en Chiapas, las de Tabasco y las de la CDMX, que están a nombre de incondicionales o comadres. O sea, lo mismo que Bartlett y otros expriistas, nada del otro mundo, ni siquiera nos sorprende, es inherente a la función pública, entonces ¿Para qué presumir de impolutos y de pobres? Si ya sé, para que digan que viven como el pueblo bueno, en la pobreza franciscana. ¡Hipócritas!