Propuestas en seguridad
Flor Yañez
La inseguridad es un tema que ha aquedado al país por décadas y este sexenio, no ha sido la excepción, al contrario, vamos preocupantemente mal. En tan sólo unas semanas tendremos un nuevo gobierno por lo que las candidatas y el “candidatito mal tercio” a la presidencia, han comenzado a exponer sus propuestas de campaña en temas de seguridad. Estamos en la etapa conocida como “prometer” y es prematuro saber si efectivamente habrá estrategias contundentes para lograr sus objetivos.
Xóchitl propone un “México sin Miedo” y construir prisiones especiales, o mega cárceles con tecnología de punta para los delincuentes. Resulta un tanto lógico proponer esto ya que el 60% de los mexicanos tiene la percepción de que no hay justicia, el 47% de que la impunidad va en aumento y el 86%, están de acuerdo en que todos los delitos se sancionen con cárcel. El efecto represivo de excepción de Bukele en El Salvador, también ha sido un aliciente para votar por esta propuesta para acabar con la violencia. Construir más reclusorios por más “nice” que sean, no parará el crimen, a menos de que se arme de “valor Bukele” y meta a diestra y siniestra a las personas a la cárcel, sin importar qué hicieron. ¿Puede funcionar? Si, ¿pero a qué costo? ¿Al de violar todos los derechos humanos de las personas? Luego “rectificó” a que a lo que se refería era que las cárceles fueran verdaderos centros de rehabilitación y reinserción social, pero de nuevo, esto no acaba con la inseguridad, que va más allá de los asesinatos.
Claudia Sheinbaum se enfoca en las causas de la violencia y contrarrestarla con programas sociales. ¿Qué tan innovadoras son sus principales propuestas? Es claro que están en los dos extremos. Es necesario aumentar el estado de la fuerza, pero con eso no se va a combatir la violencia más grande que es estructural. Con perpetuar los “abrazos no balazos” de AMLO, Claudia quizá podrá neutralizar la violencia, pero a muy, muy, muy largo plazo, con mucho dinero, mucha coordinación y estrategias contundentes. Es una utopía lo que propone, porque para llegar a eso, el Estado tiene que tener la capacidad de solventar las necesitades de la población y a la fecha no hay ni aspirinas en los hospitales, los trabajos son mal pagados, la educación es mediocre, no se puede comprar una vivienda diga, el precio de la canasta básica está por los cielos y los servicios, cada vez menos costeables.
Ahí van las dos candidatas prometiendo, pero del dicho al hecho hay mucho dinero, personas, reestructuras, tiempo, voluntad, justicia, cultura, educación y todo aquello más en lo que se le pueda ocurrir. Esperemos la fase II de aterrizar el enamoramiento y trabajar en el amor, que ese sí está canijo.