Se le borró la sonrisa a Máynez
Raymundo Sánchez
Al desnudo quedó la inmadurez emocional del candidato presidencial de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, durante la tragedia ocurrida el pasado miércoles, cuando una ráfaga provocó el desplome del escenario en el que acompañaba a la abanderada de su partido a la alcaldía de San Pedro Garza García, Lorenia Canavati.
Al verse en riesgo, Máynez salió corriendo para salvarse del colapso que dejó nueve personas muertas, entre ellas un menor, y más de cien heridas, entre las que se encontraba Laura Ballesteros, su jefa de campaña, quien debió someterse a una cirugía por una fractura doble en el tobillo que la tendrá tres meses en recuperación.
Sin embargo, la reacción del candidato Máynez de ninguna forma es condenable ni reprochable. Amigos estudiosos de la psicología me comentan que ante una situación de peligro, lo natural en todas las especies, incluida la humana, es huir, por instinto de supervivencia.
Pero, en individuos que han alcanzado madurez emocional, este instinto pasa a segundo plano, pues sobreponen el “deber moral” de protección. https://d-2739960266389154740.ampproject.net/2405101652000/frame.html
Ante una emergencia, una persona madura emocionalmente, detallan, ubica en su entorno más cercano, en automático, a los más vulnerables, sean niños, ancianos, mujeres (como en el caso de Máynez, quien tenía a una mujer a lado y prefirió correr y dejarla a su suerte), discapacitados, etcétera.
Sus primeros reflejos se dirigen a proteger a ese tipo de personas, por lo que buscan abrazarlas o tomarlas de los brazos para intentar alejarlas del riesgo, incluso cuando la razón les indica que eso no las exentará de daños.https://d-2739960266389154740.ampproject.net/2405101652000/frame.html
Como dijimos, es un reflejo, como el de las madres, de todas las especies, al percibir alguna amenaza hacia sus hijos. Y si bien no es requisito para ser aspirante presidencial, sí es una característica que los electores buscan en un líder y, más todavía, en un jefe de Estado.
Ni aun así es condenable la reacción de Máynez, toda vez que no hay edad para alcanzar esa madurez emocional que lleva a una persona a “poner delante el pecho” para salvar a otros de una tragedia.
Pero también exhibió el emecista su carente sentido de solidaridad inmediata, ese impulso de ayudar a otros en momentos de desgracia, sin importar si son su familia, amigos o desconocidos.
Porque después de “poner pies en polvorosa” cuando colapsó el escenario del mitin, Máynez se fue directo al hospital San José. No se quedó en el lugar en que se desarrollaba la tragedia, ni aparece en ningún video levantando fierros y escombros para rescatar víctimas.
Haber apoyado en las labores de auxilio lo hubiera mostrado como una persona empática, sensible, con dotes de líder y, principalmente, con el temple emocional esperado en alguien que pretende ser Presidente. No lo hizo.
Y sí podía saberse lo de su inmadurez emocional, al menos desde el 9 de enero pasado, día en que el gobernador de Nuevo León, Samuel “El Fosfo” García, le entregó “la estafeta” para que se convirtiera en la carta presidencial de MC.
Aquel día difundieron un video: ambos desparpajados, sentados junto con Mariana Rodríguez ante una mesa con tragos, chelas y “bowls” botaneros. Engallados, Samuel y Jorge brindaban, como mozalbetes en un antro, mientras Máynez mostraba esa sonrisa que quiso convertir en sello de su campaña.
Pero se le borró con la tragedia de San Pedro.
Con información de El Heraldo de México