Presidenciables
Alejandro Moreno
La encuesta sobre presidenciables rumbo a 2024 que publicó El Financiero este martes 11 de abril revela tres aspectos sobre las tendencias de apoyo político observadas en marzo: 1) se amplió la brecha de Morena sobre la oposición; 2) se amplió la ventaja de Claudia Sheinbaum sobre el resto de las corcholatas de Morena, y 3) no ha despuntado ninguna figura de oposición.
Permítame agregar en este espacio de hoy una lectura adicional de la encuesta sobre el tipo de electores que apoya a cada una de las figuras presidenciables.
Si hacemos un mapa de competencia con base en la identidad ideológica de izquierda-derecha de los entrevistados en un eje, y la postura a favor o en contra hacia la cuarta transformación en otro eje, la ubicación promedio de quienes prefieren a cada una de las figuras presidenciables en su respectivo careo intrapartidista resulta fascinante:
Quienes prefieren a Claudia Sheinbaum como candidata de Morena son el segmento del electorado que se ubica más a la izquierda y que está más a favor de la 4T.
Los seguidores de Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal están un poco más cargados al centro y apoyan ligeramente menos a la 4T. Los seguidores del petista Gerardo Fernández Noroña toman una postura intermedia entre Sheinbaum y las otras tres corcholatas morenistas.
Del lado de la oposición se observa una mayor dispersión en las posiciones: en el extremo más distante se ubican los seguidores de Lilly Téllez y de Claudia Ruiz Massieu, con posturas relativamente más a la derecha y expresando un mayor rechazo a la 4T.
Los seguidores de Santiago Creel y Enrique de la Madrid muestran posiciones de centro y más neutrales hacia la 4T. Por otra parte, los seguidores de Beatriz Paredes y Miguel Ángel Mancera comparten el espacio de los morenistas, con una postura promedio más de izquierda y más favorable a la 4T que el resto de quienes apoyan a las figuras de oposición.
Faltan nombres, pero estos son los que se incluyeron en la encuesta de marzo.
Quizá lo más revelador es que las aspirantes punteras en cada lado político, todas ellas mujeres, tanto de Morena como de la oposición, marcan los extremos del espacio de competencia.
En la esquina más izquierdista y pro-4T está el elector promedio de Sheinbaum, mientras que, en la esquina contraria, más a la derecha y anti-4T, se ubica el elector promedio de Téllez y de Ruiz Massieu.
Esas posiciones marcan una contienda polarizada, un ordenamiento de preferencias donde rigen los extremos y no el voto moderado. Esta es otra faceta de la polarización política actual.
También es evidente que el eje de actitudes hacia la 4T polariza más que el de izquierda y derecha. En el eje ideológico, a los extremos los separan dos puntos de la escala, mientras que en el eje de actitud hacia la 4T a los extremos los separan cuatro puntos, el doble. La postura hacia la 4T es el eje que predomina en este mapa de competencia, y muy probablemente será uno de los ejes rectores de las elecciones de 2024.
Esto es un claro indicio de que las elecciones de 2024 tendrán como uno de sus temas centrales el proyecto de la 4T y su continuidad o rechazo por parte del electorado.
AMLO no estará en la boleta, pero su proyecto transformador sí. Quienes aspiran a una candidatura presidencial estarán marcados por esa línea de conflicto. Y la contienda luce, desde ya, polarizada, con mayor fuerza de las posiciones extremas que de las moderadas.