Gobierno usa criminales para amenazar de muerte y doblar a los opositores
Juan Manuel Partida Valdez
Desde dentro mismo del movimiento de productores agrícolas nos llega la noticia que confirma que el gobierno usa criminales para amenazar de muerte y “resolver” problemas.
Así doblaron a los agricultores. Vestido de policía, un enmascarado se plantó ante varios productores.
Se bajó la capucha y les dijo su apodo, el de un criminal con fama de ser un gatillero desalmado.
La advertencia fue contundente: si no se alinean con el gobernador, se los carga la ver… a ustedes y a sus familias.
Por eso el cambio repentino en las protestas. Habían asegurado que se quedarían en el aeropuerto.
Que de ninguna manera irían a palacio de gobierno para reunirse con Rubén Rocha Moya, y que además tomarían casetas de carreteras.
Como sabemos, terminaron con la toma, fueron a la oficina del gobernador para recibir atoles en cantidades industriales… y prometieron portarse muy bien.
Los agricultores negarán que fueron amenazados, porque están advertidos y el miedo no anda en burro.
Rechazará también el gobierno que envíe gente a dejar sentencias de muerte.
Sin embargo, tenemos en Sinaloa un gobierno amafiado con criminales.
El gatillero que amenazó a los productores trabaja para la cuarta transformación sinaloense.
Aunque tiene su centro de operaciones en Guasave y Salvador Alvarado, cumple órdenes también en Culiacán y se le ha visto en patrullas de la policía municipal.
Llega a manifestaciones disfrazado como agente policial o cadete.
Nos lo han reportado en algunos desalojos y despojos de terrenos y propiedades que vemos hoy aquí, allá y acullá, identificándose con su apodo y mostrando las armas que lleva.
Esos robos que opera el secretario general de gobierno, Enrique Inzunza Cázarez, en complicidad con jueces corruptos, notarios públicos deshonestos y falsos abogados.
Señalamos anteriormente en Altoparlante la participación del crimen organizado, que se confirma con lo sucedido en el aeropuerto.
El gobernador Rubén Rocha Moya ordenó las amenazas de muerte, se lo brincan o le vale.
¿Usted qué cree?