No se pasen de vivos, advierte AMLO

Juan Manuel Asai

El método de la encuesta le salió mal a Morena en Coahuila. Puede salirle mal en el 2024. Por eso el presidente anda nervioso y tiene razones para estarlo. En Coahuila el presidente estuvo durante meses apoyando a un aspirante, el subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía, a quien le abrió un espacio enorme en las mañaneras para que se luciera dando noticias positivas de seguridad. No solo eso, le permitió ir a Coahuila cada ocho días a hacer campaña y montar arreglos con diversos grupos de poder, como empresarios, maestros, organizaciones del campo.

Pero cuando llegó el momento de la encuesta, el ganador fue el senador Guadiana, un hombre conocido en el estado, pero no respetado, de quien se dice hace negocios sucios con el carbón poniendo en peligro no solo a los trabajadores de las minas, sino a la humanidad en su conjunto por tratarse de una de las fuentes de energía más sucias. Ante el resultado de la encuesta nadie podía creerlo, mucho menos Mejía y los suyos que ya estaban comiendo el pastel antes de que lo partieran. Mejía, colérico, descalificó las encuestas diciendo que es un error que solo se mida la popularidad, porque lo que se está eligiendo es un candidato a gobernador, un hombre con experiencia en el servicio público y con la costumbre de dar buenos resultados. En eso, me parece, tiene razón.

Parecía que el subsecretario rompería con el gobierno y buscaría su propio camino, pero se paró en seco y siguió acompañando al presidente en las mañaneras haciendo como si nada pasaba, pero era una percepción falsa porque sí pasaba y mucho. El presidente cayó en el error de hacerle el juego y nombró a Mejía su representante personal para La Laguna, lo que le dio el pretexto de seguir viajando cada fin de semana a la entidad y emprender una movilización para intentar bajar a Guadiana, quitarle a la mala la candidatura.

Guadiana resintió el golpe y se preguntó. ¿Qué quiere el presidente? Después dijo que con todas sus letras que no bajará de la candidatura pase lo que pase. El Consejo Nacional de Morena en la entidad se partido por la mitad. Una parte apoya a Mejía y la otra a Guadiana. El resultado es que el partido está fracturado mientras que la oposición sigue adelante y toma ventaja en la salida formal de las campañas. El año cierra con la señal de que el PRI se quedará otros seis años en el poder, sin transición.

Es irremediable preguntarse cómo le hará Morena para evitar una sorpresa en la elección presidencial y que la ganadora no sea Claudia Sheinbaum sino otro aspirante. La verdad todo puede pasar y no sería raro que a la hora buena la cambiarán por otro método. En la encuesta puedes controlar algunas cosas, pero no todas, por ejemplo, puedes limitar el número de aspirantes que puedan ser considerados: puedes meter una candidata fuerte y dos débiles, o puedes elegir preguntas que sabes que beneficiarán a tu candidata, pero si solo es una encuesta de popularidad, de recordar el nombre, pues no es raro que las corcholatas hagan todo lo posible por darse a conocer en todo el país, aunque eso supongo violar las reglas electorales.

Si como ocurrió en Coahuila a Morena le sale mal la encuesta presidencial a nivel nacional, el partido está condenado a ser ave de paso en la política nacional. Si el presidente quiere que Claudia sea su sucesora la tiene que blindar porque está demasiado expuesta.

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