Béisbol y jueves negro 2.0

Álvaro Aragón Ayala 

Como si se trataran de una terapia masiva, todavía más que un distractor político, usada para borrar de la mente colectiva el jueves negro 2.0, los encuentros entre los Cañeros de Los Mochis y los Algodoneros de Guasave se convirtieron en una prioridad en materia de difusión social o la panacea para olvidar temporalmente los problemas de violencia en Sinaloa. 

Hablar de béisbol profesional, de paga, se trocó en el instrumento prioritario de los políticos y funcionarios de todos los niveles. Es usado como un potente somnífero y estrategia de reingeniería cerebral-mediática para intentar darle vuelta a la hoja de los sucesos que convirtieron en un infierno el poblado de Jesús María y la ciudad de Culiacán    

Jean Marie Brohm, filósofo francés marxista, se enfocó en pensar en el deporte desde su función de adoctrinamiento. “De entrada, el deporte no es una institución homogénea sino una práctica de clase. El deporte tiene una significación diferente según las clases sociales. Mientras que la burguesía concibe al deporte como ocio, como una forma de pasatiempo, el proletariado lo necesita como un medio de recuperación física”, decía.  

Durante la dictadura de 40 años, Francisco Franco Bahamonde, usó al Real Madrid, equipo favorito del dictador en su mejor época con Distéfano, Puskas y Kubala en el Barcelona en los años 50 y 60. Hugo Chávez siempre manifestó ser un gran fanático del béisbol y de los Navegantes del Magallanes, Nicolás Maduro alude que jugó béisbol, pero realmente no se sabe a ciencia cierta si es o no fanático de los Leones del Caracas o sigue una tendencia a la imitación del Comandante Supremo. 

En el noroeste de México, los juegos de béisbol de la Liga Mexicana del Pacífico son una especie de la “droga del pueblo”, potencializada por el ejercicio periodístico y las declaraciones de políticos y funcionarios que le entienden a la perfección al asunto de los distractores políticos. Quienes estudian la psicopatología de los asesinos del Dios Cronos aseguran que el béisbol es el mata tiempo de moda en la época invernal. 

No sorprende, pues, que los deportes sean utilizados como elementos distractores y de manipulación de masas por la utilidad para higienizar imágenes personales o cambiar la percepción de los escenarios sociales. La distracción a través de los deportes sofoca la masa poblacional crítica y ayuda a reprogramas agendas hacia lo positivo. Así ocurre con el béisbol de la Liga Mexicana del Pacífico, útil para pretender borrar los vestigios del jueves negro 2.0. O algo así como querer tapar el sol con un dedo 

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