El estado sin reaccionar contra la inseguridad
Alfonso Carlos Ontiveros Salas
Homicidios y muchos otros delitos se registran en el Estado. Las fuerzas policiales destinadas a combatir la inseguridad andan extraviadas y sin saber qué hacer. La Universidad del Policía es un proyecto fracasado. Hacen faltan más agentes en materia de seguridad y persecución de delitos, pero nadie hace nada para solucionar este problema
La impunidad sigue siendo la asignatura de mayor peso para las autoridades estatales. La facilidad con que los delincuentes cometen sus fechorías y las nulas dificultades que les impone a las autoridades porque sabe bien que no lo aprehenderán.
Los soldados habilitados de policías andan muy desorientados porque parece ser que no saben que en el combate a la delincuencia la prioridad es la detención del delincuente y no solo asegurar el producto ilícito con el que trabajan.
Se exalta mucho que en Sinaloa se llevan a cabo aseguramientos de droga, pero en ninguna información aparece que se haya detenido a los propietarios o poseedores de ese producto ilícito.
El fentanilo es la droga de actualidad. Es un potente opioide que su consumo es altamente toxico para la salud de quien lo consume. Que bien que se estén destruyendo laboratorios de producción de dicha droga porque así se evita que muchos jóvenes no queden atrapados en la adicción a dicha droga.
El mercado por lo que se ve, es muy demandante y lucrativo. Las autoridades no son lo suficientemente eficaces para limpiar esa fuente productora de contaminación en las juventudes de Sinaloa. Parece que los acuerdos son que destruyan laboratorios para que parezca que se está trabajando, pero los productores organizados no son tocados para mandarlos a la cárcel.
Bastante impunidad porque el delincuente comete delitos y no es detenido. Las carpetas de investigación parece que tienen fuego porque el calor les llega al iniciar la carpeta de investigación cuando advierten que en el delito cometido aparecen armas de las que utiliza la delincuencia organizada, o por las víctimas del delito. Le sacan la vuelta y la declinan a las autoridades federales donde terminarán de dormir el sueño eterno.
Sinaloa no tiene suficientes policías. El Gobernador lo sabe, pero no se hace nada para resolver la insuficiencia policial. La inseguridad crece y la milicia sin producir en detenciones. Asegurar droga impone menos riesgos. Detener a los que la producen pueden lastimar acuerdos y complicidades. La Universidad de la Policía es un proyecto fracasado.
Una arista de problemas que deben ser prioridad de las autoridades del gobierno, no le hacen frente porque los acuerdos fueron evitar los balazos y promocionar los abrazos. La crisis de inseguridad es tan evidente que hasta en el hecho donde perdió la vida la jovencita de Agua Caliente de Gárate en el Municipio de Concordia, Aimé Johana, se cometieron diversas desatinadas en la información oficial de la propia Fiscal General, que pusieron a dudar a toda la sociedad si fue accidente o feminicidio ¿La duda va más allá, a quien se pretende proteger?
Mientras las autoridades evidencian su total incapacidad en el combate al crimen, intentan distraer la atención social encaramándose en un conflicto contra la Universidad Autónoma de Sinaloa, en el que han sobrado las descalificaciones en contra del Rector y del Abogado General por el Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso de Sinaloa Feliciano Castro y por el mismo Gobernador del Estado en diversas declaraciones en medios de comunicación y en sus semaneras. Combatir la inseguridad quema y el delincuente seguirá dañando el tejido social, por eso es preferible agarrar pleito contra la UAS porque les da tribuna y discurso mediático descarriado. Las balas hieren o matan, prefieren enronquecerse con el micrófono en mano atacando a las instituciones que producen educación.
La Universidad Autónoma de Sinaloa saldrá airosa en este conflicto que enfrenta contra el Gobierno del Estado. La lucha legal sigue su curso y con buenos resultados. La lucha política será más interesante y lo saben muy bien.
La UAS no se toca, la autonomía se respeta.