Necedad patológica de Feliciano Castro

Alfonso Carlos Ontiveros Salas

El conflicto Estado-UAS, es más de la actitud patológica del dirigente de la Comisión de Coordinación Política del Congreso del Estado.

Su discurso se ha necrosado porque no obstante que las suspensiones definitivas concedidas a la Universidad Autónoma de Sinaloa y a los diversos consejeros Universitarios amparistas, sigue empeñado en pretender intimidar a las autoridades universitarias con sus desplantes de soberbia política.

Se le permite utilizar a la Auditoría Superior del Estado y también a la Fiscalía general para seguir amedrentando con realizar actos de investigación no obstante que los motivos que han propiciado que se presente una denuncia por la ASE son los hechos que han sido parte de las suspensiones concedidas.

Los actos de provocación se siguen dando, las autoridades de la UAS, seguirán tolerando con un comportamiento paciente.

Se presentaron supuestos investigadores de la Fiscalía General a las instalaciones de la Universidad Autónoma de Sinaloa en el Campus Rafael Buelna pretendiendo tomar fotografías de las instalaciones comedidamente se les expulsó de ese centro de labores.

Poco después, en actos de plena provocación se presentan supuestos miembros de la Unidad de Inteligencia Patrimonial y Económica dependiente de la propia Fiscalía y de igual forma se les pidió que se retiraran del lugar.

Unos y otros mencionaron a la persona que los atendió que su presencia en ese lugar obedecía a la orden que les había dado la Fiscal General porque requerían tomas fotografías del lugar donde supuestamente se había cometido un delito. Así como llegaron se fueron.

Son actos que se relacionan con la auditoría que ha pretendido llevar a cabo la Auditoría Superior del Estado ordenada por el Congreso del Estado y por Feliciano Castro, porque Ricardo Madrid se ha convertido en un auténtico bulto en este asunto que tiene a Sinaloa al borde de que se desencadenen consecuencias no deseadas para nadie.

La Fiscalía General se ha convertido en una dependencia promotora de la ilegalidad. La Universidad Autónoma de Sinaloa ha sido y es agraviada por actos que lesionan bienes jurídicos que deben ser objeto de denuncia ante el Ministerio Público, pero sorpresivamente la Fiscal ha ordenado que la denuncia universitaria no sea reciba.

Las acciones legales seguirán y se llevarán a las autoridades competentes, confiamos en un Poder Judicial Estatal imparcial que se inspire en el más alto compromiso de justicia para que cualquier intromisión que pretenda desviar su misión constitucional sea rechazada y resuelvan como legítimo derecho de la Universidad Autónoma de Sinaloa que su denuncia será legalmente recibida.

Esa podría no ser la única instancia a la que se tenga que recurrir, porque el escenario de opciones y de autoridades es amplio.

La defensa legal seguirá su curso. La sociedad debe estar enterada de lo que ocurre y el tipo de autoridades que tenemos en Sinaloa.

La inseguridad es una realidad que no se combate, la impunidad es otras más que tampoco se hace nada por erradicarla. Prefieren el conflicto con la Universidad Autónoma de Sinaloa, que quebrantar compromisos con quien ya saben quién.

Las declaraciones de Feliciano Castro de que la ley orgánica de la UAS se tendrá que reformar, eso es incuestionable.

Pero no tendrá el gusto de ser él y sus esbirros los que lleven a cabo una consulta que es a todas luces inconstitucional y violatoria a la autonomía de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

El tiempo es el mejor aliado y él se encargará de dictar el veredicto final en este asunto. La obsesión patológica de Feliciano anuncia su fracaso político y del repudio total de los universitarios.

La UAS no se toca, la autonomía universitaria se respeta.
¿Usted qué opina?

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