Cerrar filas, apremia AMLO la víspera del Consejo de Morena

Alonso Urrutia

En vísperas de definiciones en el Consejo Nacional de Morena para acordar el proceso de sucesión, el presidente Andrés Manuel López Obrador continuó su intensa gira por la Huasteca para rencontrarse con las masas. Eligió la plaza pública para dejar claro las pautas y prioridades en la selección de su sucesor: “una vez que ya esté la encuesta, que se sepa quién está mejor posicionado, a cerrar filas, a unirnos. Nada de divisiones”.

Los potosinos escucharon su arenga: “ya no hay tapado, ni destapes; ¡ya no hay cargada!”, lanzó el Presidente. Tiempos de sucesión y agitación política. Su condena a la cargada como recriminación a las prácticas del pasado la hizo mientras casi simultáneamente desaparecían de sus redes sociales los mensajes de un puñado de gobernadores morenistas que respaldaron a Claudia Sheinbaum en una efímera cargada virtual a su favor.

Obstinado en que nada se salga de control, López Obrador reiteró su visión del proceso de sucesión: “todavía hay algunos que están esperando una señal, cuál es la línea. Se van a quedar esperando, la señal es la que va a dar el pueblo”.

Pero eso sí, advirtió, en cuanto salga la encuesta “ahí sí voy a pronunciarme a favor del que gane. Así voy a actuar”.

Más allá de sus definiciones políticas, sus discursos en el intenso recorrido de ayer (San Luis Potosí, Hidalgo y Veracruz) fueron un balance del viraje a la política social que ha caracterizado a su gobierno. Sin incrementar los impuestos, sin gasolinazos ni endeudamiento, el presupuesto ha rendido para fortalecer los apoyos a sectores populares.

“La clave está en no permitir la corrupción. Eso es lo que tiene enojado a Fox porque recibía 5 millones de pesos mensuales. ¡Se acabó!, ya vendimos el avión presidencial, ya no hay Estado Mayor”. López Obrador retomó las reivindicaciones de las acciones para desmontar los privilegios de la élite política del pasado.

Cuando el sexenio se enfila hacia la última etapa, retomó la línea discursiva para diferenciar los modelos de gobierno; recordar que se destinarán 600 mil millones de pesos para programas sociales e insistir en que continuarán en el futuro.

Ofreció una cascada de cifras de las partidas y los beneficiarios de las pensiones de adultos mayores y discapacitados, las becas para estudiantes, Sembrando Vida, Jóvenes Construyendo el Futuro y un largo etcétera que midió en miles de millones de pesos dirigidos a sectores populares.

Una síntesis de la herencia que dejará para enfrentar el rezago social.

El viraje discursivo fue retomado también por sus subalternos que participaron en las concentraciones para diferenciar los modelos de gobierno.

En encendida intervención propia de un mitin político, el subsecretario de Agricultura, Víctor Suárez, cuestionó: “¿cuándo se iba a pensar que en los gobiernos neoliberales, neoporfiristas, corruptos se iban a acordar de que las comunidades nahuas de la Huasteca también tienen derecho a los servicios financieros?” Fue el preámbulo para resaltar el modelo de apoyos sociales a través de la tarjeta y el Banco del Bienestar.

En medio de la ponderación de su política social, López Obrador abrió espacio para la autocrítica y la necesidad de acelerar el paso en el último tramo. Se han construido ya 2 mil 200 sucursales del Banco del Bienestar y se edificarán 500 más. “Este año tienen que estar operando las casi 3 mil sucursales, llevamos mil 500 operando. Necesitamos aplicarnos más para eso”.

En su incursión por la Huasteca, constató también el lento avance del programa Internet para Todos y expresó su inconformidad porque, a lo largo de su trayecto, muchas zonas carecían de señal de teléfono celular e Internet. Ha estado “cañón” lograrlo, dijo.

El Presidente narró que ante la falta de señal, instruyó a comunicarse con el coordinador de Estrategia Digital Nacional (Emiliano Calderón) para preguntarle qué pasaba: “si dice ‘es que es una zona muy montañosa’ (le mandó decir) ¿y qué no todo México está lleno de montañas? ¿Qué no se puede resolver? Vamos a seguir con eso para que toda la gente pueda escuchar la conferencia mañanera”.

En la gira de ayer, que abarcó Tamazunchale, Huejutla (Hidalgo) y Álamo Temapache, López Obrador fue sorprendido en su discurso final en esta comunidad veracruzana por un joven que se subió al estrado. Portaba una manta con las fotos del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y del diputado Sergio Gutiérrez Luna, quien aspira a la gubernatura de la entidad.

De forma infructuosa pretendió que el mandatario tomara la pancarta, pues éste rápidamente declinó.

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