La nómina de la UAS
Álvaro Aragón Ayala
Por indicaciones de Rubén Rocha Moya el tema de la nómina de la Universidad Autónoma de Sinaloa fue metida a la agenda periodística no para su análisis profesional, razonado y juicioso, sino para atacar a los funcionarios de la Casa Rosalina. Obvio: la “nueva estrategia” es usada para justificar la intromisión del gobernador y los diputados de Morena en los asuntos de la UAS.
Pero la narrativa es muy rudimentaria. El encargado en una primera instancia de sembrar ruido en torno a la nómina es Adrián Ortiz López, director de NOROESTE y director del Consejo en México del Artículo 19, para efectos de que sea retomado por los otros medios de comunicación que sostienen contratos de publicidad con el gobierno del Estado. Los diputados Feliciano Castro Meléndrez, presidente de la JuCoPo, y Manuel Luque Rojas, ya replican el nuevo sonsonete.
Se trata pues de no dejar morir el “Caso UAS”. El gobierno de Rubén Rocha y los diputados de Morena del Congreso recibieron un duro revés al ser emitida una sentencia federal que declara inconstitucional la Ley de Educación Superior del Estado en materia de autonomía universitaria. La ley de marras servía como instrumento para levantar alharaca contra la máxima casa de estudios y criminalizar a sus autoridades.
Bien. Contra los inventos de Adrián López Ortiz, la nómina de la UAS crece por dos motivos: por cada trabajador que se jubila, la UAS se ve en la necesidad de contratar uno nuevo y así el número de universitarios se incrementa, porque el jubilado sigue cobrando como activo, no se desprende de la nómina de la institución; por cada académico que recibe su Tiempo Completo, se contrata otro profesor para que se haga cargo de las asignaturas que quedan libres.
La “jubilación dinámica” nació cuando los grupos de izquierda en los que militaban Rubén Rocha Moya, Feliciano Castro Meléndrez, Manuel Luque Rojas, y otros diputados de Morena y funcionarios públicos del gobierno del Estado, tenían el control de la UAS. En esa época se creó la prestación de retiro que consiste en el pago del salario completo, como si estuvieran en activo, a los trabajadores jubilados, quienes no desaparecen de la nómina y tienen que ser suplidos por otros que realice las actividades que tenía encomendadas en la Casa Rosalina.
Los ataques a la UAS por el tema de su número de trabajadores se le encargó a Adrián López, un neófito en materia de administración de recursos humanos, de contabilidad y otras yerbas, pues quebró NOROESTE, el cual sólo pudo ser rescatado con dinero público, con el apoyo de contratos millonarios “de publicidad” otorgados por el gobierno de Rubén Rocha. NOROESTE no es un pues un dechado de virtudes en el pago de los salarios a sus trabajadores.
En mayo del 2018, un total de casi 70 trabajadores del periódico NOROESTE, entre reporteros, fotógrafos, editores, publicistas, administrativos, publicaron una carta dirigida a Manuel Clouthier Carrillo, en el que le exigen el pago de salarios y prestaciones y respeto a sus derechos humanos y laborales. El periódico había caído en quiebra. Muchos trabajadores fueron despedidos y otros se fueron por su cuenta. NOROESTE ahora es financiado por el gobierno de Rubén Rocha Moya.