Carnaval de Mazatlán, botín de pillos
Luis Antonio Aguilar Colado
El carnaval mazatleco de siempre ha sido motivo para el latrocinio impulsado y aprovechado por el gobernante municipal en turno y ésta ocasión no podía ser la excepción. El gobierno anterior qué encabezó el cabeza de calabaza, menos conocido como Luis Guillermo Benítez torres, se caracterizó por la frivolidad y el dispendio y puso para que administrara los festejos a un monigote qué sólo atendiera y administrará sus caprichos excéntricos. Uno de los filones económicos son las contrataciones, pues ahí las mochadas por contrato son millonarias y ese negocio lo manejo su hijo con el respaldo de la banda “El Recodo”. Todo lo que correspondía a lo cultural y lo carnavalero, pasó a la historia como uno de los capítulos más negros y, hasta ésta fecha, llenos de impunidad. Y llegó el rosarense Edgar Augusto González, hijo predilecto de Cacalotan, del ex minero municipio rosarense; por cierto hay que decir que no se encuentra a un solo mazatleco qué haya vivido el saqueado trienio de Edgar González qué no condene su administración y lamente qué aquí nos lo hayan impuesto. Pero vamos al tema: para el desarrollo de las fiestas carnestolendas, al municipio, vía cultura, le cuesta toda la parnefalia qué hace que el puerto viva el ambiente de la fiesta de la carne y en ese marco, pues, se desarrollan todos los eventos que son tradición y gloria de los porteños, todo pagado con nuestros impuestos, así y en ese marco, Edgar Augusto entrega en charola de plata la fiesta de coronación del rey de la alegría a una empresa que lidera Julión Álvarez, la cual sólo gasta en armar la parafernalia de su equipo de trabajo, pero todo lo que corresponde a publicidad y marco carnavalero, nos costó a los mazatlecos. ¡¡Ah!! Pero graciosa y generosamente le dará al municipio algo así como el 10 o 15 por ciento del boleta je, de las entradas pues; valgase decir, que cualquier evento público de paga qué haga cualquier empresario, ejemplo, la lucha libre, el ayuntamiento por concepto impuesto, cobra el 15 por ciento del boletaje qué pudiera ser en la cancha Germán Everst, entonces, ¿dónde esta el beneficio obtenido? Bueno, las malas lenguas qué ya califican a este evento como el mayor atraco carnavalero, corren en el sentido de que don Edgar se llevó el 30 por ciento, de las utidades y, desde el Rosario, su ciudad natal, solo alcanzan a decir ,¡¡! y lo que les falta,!!! Alguien se puede imaginar lo que nos pasaría con tres años más si se queda como alcalde. Como dice un amigo mío, ¡¡Hay nanita!!! Total, yo digo, yo solamente digo….