El “huevo de la serpiente”: Jaime Palacios, factótum de María, la “defensora pública”

Álvaro Aragón Ayala

Al romperse el “huevo de la serpiente” salió a la luz el entramado perverso tejido por el gobernador Rubén Rocha Moya y el exsecretario general de Gobierno, Enrique Inzunza Cázarez, para colonizar, morenizar, el Instituto de la Defensoría Pública del Estado de Sinaloa y para poder determinar a quien defender y a quien no y para usarlo, también, como herramienta política-jurídica contra los opositores políticos a quienes les ha fabricado demandas penales.

En la confección siniestra salta a la vez la paradoja: el Instituto de la Defensoría Pública fue cedido a María Obdulia Fernández Germán en pago al “apoyo político” dado a Rubén Rocha por la familia Palacios-Fernández que, en el pasado reciente, renegó del presidente Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, la imposición, ahí, de esa directora, levantó el coraje, la indignación, del personal del organismo obligado a trabajar bajo presión o amenaza de despido.

María Obdulia Fernández es esposa de Jaime Palacios Barreda, ex dirigente estatal de Morena, expulsado de ese partido y enemigo declarado López Obrador, pero amigo fiel, incondicional, de Rubén Rocha, quien lo usa como arma de ataque contra los directivos de la Universidad Autónoma de Sinaloa. En el colmo de los colmos, el gobernador convirtió a Palacios en director de Estudios Sobre Criminalidad y Violencia de la Universidad del Policía.

El contrasentido en la colonización del Instituto de la Defensoría Pública es que se intenta morenizar su estructura, o cuando menos mantener el dominio de ese organismo, con una directora, cuyo factótum y alter ego es Jaime Palacios Barreda, quien, luego de su “graciosa deserción”, sostuvo que en Morena existe “un centralismo perverso, empezando por el presidente de la República…”.

Con todo y estos antecedentes, la familia Palacios-Fernández fue premiada por Rubén Rocha bajo el argumento de que lo “apoyaron en su campaña”, pero la realidad es que la usa: a María Obdulia Fernández ya le ordenó que se involucre en la simulación de la defensa de las autoridades universitarias, y a Jaime Palacios lo mueve desde la UNIPOL a las “tribunas periodísticas” para que ataque a la UAS y a los líderes del Partido Sinaloense.

Efectivamente, en la nueva patraña rochista contra los directivos de la UAS sobresale el nombre de María Obdulia Fernández Germán, directora del Instituto, pero el romperse el “huevo de la serpiente”, salta el nombre de Jaime Palacios conocido por su lengua suelta. En fin, conforme se abría el cascaron afloraba la conspiración de Rubén Rocha Moya enhuevada en el Instituto de la Defensoría de Oficio.

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