La cloaca: el rochismo exhibió como criminal y traidor a Feliciano Castro
Álvaro Aragón Ayala
Ciudad de México.- El sinaloense Feliciano Castro Meléndrez fue “tronado” políticamente por el rochismo para impedir que lo convirtieran en candidato al Senado de la República al exhibir en el Comité Ejecutivo Nacional de Morena y a Claudia Sheinbaum Pardo, abanderada presidencial, el expediente negro que revela su proclividad a la traición y su vinculación a dos asesinatos; en cambio, se presentó a Enrique Inzunza Cázares como un dechado de virtudes sin incluir su habilidad sexual con la mano derecha.
Así, con nuevas revelaciones extraídas de las catacumbas de Morena-Nacional se despeja la duda del porqué Feliciano Castro fue sacado de la jugada cuando en el hándicap político-electoral aparecía como el mejor posicionado para la candidatura al Senado, por encima de Enrique Inzunza, y contaba con las cartas credenciales de servidumbre al gobierno de Rubén Rocha Moya a quien le opera las jugadas sucias en el Congreso de Sinaloa, en el que, además, fue pieza clave para aprobar la inconstitucional Ley Estatal de Educación Superior o “Ley Rocha”.
El legislador local nunca figuró entre los preferidos de Rubén Rocha quien lo sacó de la lista de prioritarios o necesarios de su equipo y para evitar reclamos airados designó a Graciela Domínguez Nava, factótum y alter ego de Feliciano, como candidata a diputada federal quitándole todo el control de las Secretaría de Educación Pública y Cultura, la cual está convertida en una verdadera cloaca y en donde los hijos del gobernador de apellido Rocha Ruiz –cartelrocharuiz.com– cocinan jugosos negocios que se extienden al área de construcción y proveeduría y que se consolida en el Instituto de Infraestructura Educativa.
En el expediente entregado a Morena-Nacional y a Sheinbaum Pardo aparece la detención de Feliciano Castro Meléndrez, junto con otros “estudiantes”, en enero de 1974. La Policía Judicial del Estado capturó a Feliciano Castro Meléndrez, Víctor Joel Armenta Osuna, Vicente Armenta Atondo, Ramón Martínez Huerta y Enrique Nevárez Peña por estar involucrados en los asesinatos del velador Marciano García Esparza y del agente judicial Jesús Zavala Rocha, a quien el 16 de enero de 1974 torturaron y remataron a balazos en el interior de la preparatoria central de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Feliciano Castro es también considerado “el eslabón perdido” en el asesinato a balazos de Octavio Atilano Román Tirado, líder de los desplazados de la presa Picachos, crimen que ocurrió en el 2014, cuando se encontraba en la cabina de la estación de radio del Sol de Mazatlán luego de pelearse con Feliciano Castro quien traicionó el movimiento de los desplazados de la obra hidráulica que demandaban indemnización por las casas y los terrenos que fueron inundados por el agua del vaso de la presa.
El líder de la Picachos había denunciado la “sustracción” y el cobro de cheques de manera ilegal. Los documentos bancarios eran propiedad de los desplazados de la presa a quienes Castro Meléndrez “jugaba el dedo en la boca” con una solución inmediata del problema. Atilano Román Tirado comenzó a desconfiar de Feliciano y lo señaló públicamente.
Román Tirado acusó a Feliciano Castro y a funcionarios de Banamex de haberse robado cheques por el orden de los 40 millones de pesos de una partida de 250 millones de pesos destinados al pago de los terrenos expropiados para la construcción de la obra hidráulica (VER NOTA: DENUNCIAN PRESUNTO FRAUDE EN PAGO A DESPLAZADOS DE LA PRESA PICACHOS)
Luego de la denuncia contra Feliciano Castro, días después, dos hombres armados atacaron a balazos a Atilano Román cuando transmitía “al aire” un programa de radio en la estación de El Sol de Mazatlán referente a los desalojados de la presa y el regateo en el pago de las indemnizaciones. El líder de los comuneros murió minutos después en un hospital de Mazatlán.
Los antecedentes fueron usados por el rochismo para deshacerse parcialmente de Feliciano Castro y argumentar que no pasaba las “encuestas” para ser nominado candidato cuando la realidad Rubén Rocha tenía ya planeado impulsar a Enrique Inzunza, pese a las denuncias que pesan sobre él de acoso, hostigamiento sexual y amenazas, su jubilación ilegal del Supremo Tribunal de Justicia para obtener una pensión mensual de más de 100 mil pesos, los trinquetes que realizó en el Fondo para la Administración de Justicia y el video en el que se le ve dándole rienda suelta a la mano derecha masturbándose.