Previo a reunión AMLO-Biden, acusan a México por médicos cubanos

Pablo Hiriart

El personal médico cubano que llegó a la Ciudad de México en abril de 2020, le podría costar al país mucho más que los 255 millones de pesos que pagó por sus servicios. Ayer se presentó aquí una solicitud de investigación de esa práctica, por posible violación del T-MEC.

La sustancia de la acusación consiste en que México “está involucrado en el tráfico internacional de personas, al utilizar médicos cubanos que se ven obligados a realizar misiones” en el extranjero.

Nada bien va a caer esa solicitud, justo antes de la reunión de los presidentes de México y Estados Unidos, programada para realizarse, de manera virtual, este viernes 29.

La acusación se presentó en paralelo a las declaraciones del canciller Marcelo Ebrard, en el sentido de que se dará prioridad a la compra de vacunas latinoamericanas (cubanas) contra el Covid, para niños mexicanos que recibirán las dosis.

No es asunto menor, toda vez que la acusación y solicitud de investigación formulada a Samantha Tate, jefa de la División de Monitoreo y Cumplimiento del Tratado Estados Unidos-México-Canadá, fue formulada por congresistas de peso, y por escrito.

La firman el senador Marco Rubio, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara alta de Estados Unidos, junto con los representantes (diputados) María Elvira Salazar, Mario Díaz-Balart y Carlos Giménez, republicanos de Florida.

El primer párrafo de la carta es demoledor:

“Le escribimos para solicitar su consideración de una investigación formal sobre la cooperación de México con el régimen cubano en la promoción de la trata de personas. Específicamente, el uso oficial de personal médico extranjero cubano por parte de México viola las disposiciones laborales y contra la trata de personas del Capítulo 23 del Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC). Por lo tanto, creemos que este esquema de tráfico debe ser examinado para mantener la integridad de este acuerdo histórico”.

Los congresistas fundamentan su demanda en que el Departamento de Estado de Estados Unidos señala a las misiones médicas internacionales de Cuba como una forma de trata de personas y esclavitud moderna.

Actualmente, dice la carta dirigida a Samantha Tate, Cuba ocupa el nivel 3 en el Informe sobre trata de personas de 2021 del Departamento de Estado, la clasificación más baja posible reservada para aquellos países que violan los acuerdos internacionales de trata sin intención de mejorar.

El informe cita explícitamente la exportación de trabajos forzados por parte del régimen cubano, a través de acuerdos de intercambio de profesionales médicos como una violación de las normas de trata.

A los médicos cubanos, señala la carta, “se les paga centavos en comparación con los médicos de cualquier otro país, se les obliga a firmar contratos en contra de su voluntad y sus familias pueden correr peligro si no cumplen”.

En un comunicado, la congresista María Elvira Salazar afirma que el gobierno de “México está involucrado en el tráfico internacional de personas”, con la contratación de médicos, hecha por medio del gobierno de Cuba.

Señala que “el régimen (de Díaz-Canel) les roba el salario a los médicos cubanos, quienes se ven obligados a firmar contratos en contra de su voluntad”.

Los congresistas firmantes manifiestan su extrañeza, pues en el T-MEC hay disposiciones sólidas para defender los derechos humanos y los estándares laborales.

María Elvira Salazar se recargó en la herida: “La esclavitud todavía existe y está sucediendo al otro lado de la frontera, con la aprobación del gobierno de México. La aceptación de mano de obra explotada, y la trata de personas, es censurable y menoscaba la integridad del T-MEC”.

Difícil panorama para Biden en la reunión del viernes.

Además de la contratación de médicos cubanos, sin su consentimiento, en una práctica calificada por el gobierno de Estados Unidos como esclavitud moderna, está el anuncio de la prioridad a las vacunas “latinoamericanas”.

Para ello, dijo el canciller Ebrard, ya se está trabajando de la mano con Cuba para vacunar a los mexicanos menores de edad.

Será difícil explicar esa compra de vacunas cubanas, no aprobadas por las autoridades sanitarias de nuestros socios comerciales.

Más aún cuando Estados Unidos había regalado al gobierno mexicano, hasta octubre del año pasado, 10 millones 900 mil vacunas contra el Covid.

Vienen elecciones en este país, para renovar toda la Cámara de Representantes y la mitad del Senado, más gubernaturas. Aquí en Florida, Marco Rubio se juega su escaño.

Y el partido del presidente Biden tendrá que responder a situaciones engorrosas derivadas de las acciones del gobierno del vecino del sur, como la descrita por los congresistas en la carta enviada ayer.

La pregunta es si Biden va a salir en defensa de López Obrador por realizar prácticas violatorias a los derechos humanos y laborales, cuando, para mayor desazón, el Presidente de México es devoto de Donald Trump.

Con información de El Financiero

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