La espada desenvainada, no tiene filo
Rafael Cardona
Seguramente en el amplio catálogo de dislates del desatinado aldeanismo durante los tiempos de oro del primer piso de la Cuarta Transformación, cuya condición inacabada obliga a su continuadora a plantear una segunda temporada, sobresalen la miopía y el desplante nacionalista cuya voz tremolante, como bandera vocal, declina cuando llegan los duros momentos de la verdad geopolítica y le toca turno a la cerviz doblada, como ha ocurrido en tiempos no lejanos con la política migratoria impuesta por los Estados Unidos.
Evasivo, jabonoso y taimado, el presidente de la República ha fingido fidelidad a principios no practicados y con la mano en la cintura habla y habla de quien quiere. Nadie lo toma en serio, en verdad (excepto el eje Maduro-Ortega- Díaz Canel).
Lo escuchan, sonríen y cuando lo consideran necesario allanan una embajada para sacar a un bandido procesado, sin ninguna consecuencia real. Todo se va en pataletas verbales, como cuando los mexicanos invadieron la embajada de Honduras en tiempos no tan lejanos, con el auxilio del entonces jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, canciller, años más tarde.
El relato de esa violación a los convenios de Viena sobre relaciones diplomáticas, bajo cuya sombrilla Alicia Bárcenas y su equipo lloran, como Hernán Cortés su noche triste, lo ha presentado públicamente el embajador Agustín Gutiérrez Canet en sus colaboraciones periodísticas y no es este el espacio para repetir su relato, baste con citar esto, nada más:
“…Ni Pinochet se atrevió a eso”, dijo AMLO sobre la irrupción a la embajada de México en Ecuador, cuando hace 15 años el primer canciller de su administración, como jefe de gobierno de la Ciudad de México, se atrevió a invadir el recinto diplomático de un país extranjero, quizá motivado por razones personales.
“Tras reunirse con la embajadora Rosalinda Bueso, despedida por el nuevo gobierno golpista, Ebrard ordenó el asalto a la misión diplomática de Honduras –la noche del 21 de julio de 2009, en Alfonso Reyes 220, colonia Hipódromo–, hecho que entonces pasó desapercibido, pero ahora se confirma por antiguas fuentes diplomáticas de México y Honduras.
Luego se casó con ella.
Pero hay otros atrevimientos poco diplomáticos, por decir lo menos. Y de todos ellos uno sobresale por su inocuidad disfrazada de patriotismo. NO alcanza ni parea patrioterismo.
A raíz del informe estadunidense sobre los Derechos Humanos en México y su feble condición, el presidente se ha enfurecido hasta el extremo:
“Es una manía del gobierno de Estados Unidos de entrometerse en la política interna de otros países desde hace cuando menos dos siglos. Y no sólo es opinar o dar cartas de buena conducta como si ellos fuesen los jueces, el gobierno del mundo, sino intervenir militarmente a países con gobiernos no sometidos a los intereses del gobierno de Estados Unidos, eso es la historia…
“…En efecto, qué tienen ellos que meterse en el asunto de las diferencias que tenemos con el Poder Judicial. ¿Quiénes son ellos para intervenir? ¿Cuál es el fundamento legal? ¿Quién les autoriza a intervenir? Están violando flagrantemente el derecho internacional, la independencia, la soberanía de los pueblos.
“Y ayer hablaba yo de cómo nosotros somos respetuosos. Imagínense que les declaremos que violan los derechos humanos y los derechos políticos y las libertades, y que ya la Estatua de la Libertad es como un símbolo vacío, porque tienen a un candidato —como lo dije ayer— de juzgado en juzgado.
“¿O cómo van a hablar de derechos humanos, si ellos destinan miles de millones de dólares a la guerra para la muerte de inocentes en todos los países del mundo donde hay confrontación? Pero nosotros no nos metemos en eso… esta política prepotente, injerencista, que es lo que todavía se refleja con esos fallos que emiten contra los países, como el que dieron a conocer antier, y se meten en los asuntos internos.
“…Pero así son y no debemos nosotros sorprendernos, extrañarnos, así ha sido históricamente. Y eso también, con todo respeto, indica de que están estancados, anquilosados, en decadencia, porque tienen que renovarse”.
Estancamiento, anquilosamiento, decadencia… intervencionismo, violación del Derecho Internacional…
Sin embargo, detrás de estas palabras no hay compromiso real.
Me recuerda la historia de un amigo mío, comunista hasta la médula, quien, sorprendido de la enormidad de Nueva York y la pujanza de esa ciudad maravillosa, se detuvo en una de las grandes avenidas y ojos arriba, me dijo convencido:
–Mira estos pinches gringos no saben que están en franca decadencia. La dialéctica de la historia los ha condenado…
Sin embargo, mientras las palabras presidenciales se diluían en el viento, sucede con todas las palabras, la prensa daba a conocer estas dos otras relacionadas con los decadentes americanos.
“(2.4.24) Con 79 votos a favor, 10 en contra y una abstención, el pleno del Senado concedió la autorización al presidente Andrés Manuel López Obrador para permitir que personal militar de los Estados Unidos ingrese a Santa Gertrudis, Chihuahua.
Y más:
“(23.4.2024) El Senado de la República autorizó el ingreso a territorio nacional de 436 militares de Estados Unidos (216 de ellos armados), quienes participarán en cinco misiones distintas a fin de capacitar a tropas mexicanas.
“Durante la sesión de este martes, el pleno de la Cámara Alta avaló, sin mayor discusión, un conjunto de dictámenes para autorizar el ingreso de los militares estadounidenses a nuestro país. Esta acción fue criticada por el senador del PRD, Emilio Álvarez Icaza, quien consideró que se está cometiendo un error histórico, político y jurídico, ya que, dijo, la entrada de fuerzas armadas extranjeras no está contemplada en el marco legal vigente.
“En un primer dictamen, la Cámara Alta autorizó el ingreso de 220 elementos militares sin armamento, quienes participarán en el Ejercicio Binacional “Fuerzas Amigas 2024”, en Ciudad Juárez, Chihuahua, del 24 al 28 de junio.
“De igual forma, se aprobó el ingreso de 16 militares, que asistirán con armamento y municiones a la actividad denominada “Mejorar la capacidad contra armas de destrucción masiva”, en Temamatla, Estado de México, del 20 de junio al 10 de agosto”.
Como es visible, una cosa es el rugido y otra la mordida del león, sobre todo cuando se habla de los Estados Unidos:
“¿…cómo van a hablar de derechos humanos, si ellos destinan miles de millones de dólares a la guerra para la muerte de inocentes en todos los países del mundo donde hay confrontación?”
Pues con ese ejército y ese país pactamos adiestramiento y colaboración (no comercio)…
Y no solo en la tierra, también en el cielo:
“…vamos a tener una reunión, viene el director de la NASA a las 10:30 horas viene el director, el subdirector, viene una comisión de la NASA y nos va a acompañar Ken Salazar, el embajador de los Estados Unidos en México. Mañana les damos detalles. Va a estar también la secretaria de relaciones exteriores. Vamos a hablar de todo lo que tiene que ver con nuestro espacio aéreo, la cooperación tecnológica. Es una buena reunión”, indicó el presidente poco antes de dar por concluida la conferencia matutina”.
Con información de Crónica