Rezago histórico ignorado. Justicia desplazada
Alfonso Carlos Ontiveros Salas
El crimen es fantasma, duende o sombra surgida de las tinieblas. El gobierno no ha tenido la inteligencia para encontrar el antídoto o el agua vendita para desterrar a los demonios que lo causan.
Sinaloa se ha convertido en un terreno fértil para la comisión de delitos. Mas de un mes y no hay visos para detener a los que delinquen porque algunos pueden estar protegidos desde el gobierno.
La cifra de muertes en tan poco tiempo ha rebasado en mucho, las que ocurrieron en los primeros ocho meses del año. Parece que el fenómeno delictivo durará un buen rato más porque la irritación motivada por la traición y el homicidio del pasado veinticinco de julio es la causa de todo lo que ocurre.
Los hechos han conmocionado a la sociedad sinaloenses y a los grupos con poder político. El malestar de los políticos minoritarios casi no lo dejan ver porque algunos medios de comunicación masiva y las redes sociales están controladas por el gobierno.
Desaparecidos también son bastantes, todos los días a partir del nueve de septiembre pasado ningún joven parece que puede estar tranquilo. Los levantan en la calle, en sus casas o en el trabajo. El gobierno está totalmente rebasado.
La milicia se trajo a raudales, pero no ha funcionado. Los hechos delictivos siguen en la agenda diaria de los delincuentes y la presencia militar no los inhibe. Con presencia militar y desfilando no será la solución que exigen desesperadamente los sinaloenses. El comercio se tambalea y los negocios empiezan a cerrar.
¿Qué pensarán los que mandan en el gobierno federal? ¿Qué Sinaloa está de plácemes o en un lecho de rosas? La gente sale a sus trabajos o los jóvenes a la escuela, pero nadie está tranquilo con los deberes que tienen que cumplir. Transitar por calles y caminos es un riesgo de sufrir atentados, los agarres entre los grupos en combate no respetan si hay personas o están solos.
El gobierno se ha perdido en dimes y diretes. Ha sembrado discordia y confrontado a periodistas. La confrontación mediática no le abona ningún beneficio al sistema de gobierno que está en funciones. Un Estado convulsionado por la violencia es un gobierno debilitado o una autoridad fallida ¿Qué hay sospechas de colusión con la delincuencia organizada? investiguen, castiguen y remuevan.
El problema es grave. La policía de Culiacán ha sido retirada de las calles por posibles nexos con miembros de la delincuencia organizada. Lo cierto es que no han destituido a nadie, pero si desarmaron a los policías ¿Si, en verdad, hay sospechas de colusión con criminales porque los mantienen como activos?
No basta que la Presidenta se sume a la defensa del mando político estatal. Lo que debe hacerse es responder si a la sociedad sinaloense se le debe mantener encerrada en sus casas y con el temor a cuestas de salir a la calle. Balaceras, homicidios, levantones y robos de carros es un mal que tiene con los pelos de punta a todos ¿Por cuánto tiempo?
Urge desmilitarizar y formar nuevos policías. Es un imperativo que la policía sea civil y que al soldado se le regrese a los cuarteles. Vestir al soldado como policía es un engaño vil y una deshonra a su misión. Disciplina que bien que la tengan, pero ¿hasta cuando soportarán que se les deshonre?
La Fiscalía General de la República sigue debiendo información para esclarecer el homicidio del Mtro. Héctor Melesio Cuén Ojeda. Casi dos meses y los culpables siguen libres ¿Se resolverá o quedará en la impunidad?
De cada cien delitos que se cometen, se resuelve uno. Quizá, por ese microporcentaje, exista una lejana posibilidad de que se aclare. Se exige justicia y castigo a sus autores. Los sistemas policiales y de procuración de justicia son los que primero debieron reformarse y no el sistema judicial. Las causas están en quien investiga y detiene y no el que revisa y juzga. Al pueblo sabio y bueno no se le engaña.