Sinaloa: García Harfuch “tumbó” al General Gerardo Mérida
Álvaro Aragón Ayala
Todo era cuestión de tiempo. Desde el día de la toma de posesión de Omar García Harfusch como titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana pronosticamos la salida, casi inmediata, del General Retirado Gerardo Mérida Sánchez como secretario de Seguridad Pública de Sinaloa bajo la premisa de que no pertenecía al equipo de Harfuch, ni de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ni del General Ricardo Trevilla Trejo, actual titular de la Secretaría de la Defensa Nacional.
El vaticinio fue que Mérida Sánchez se iría entre el mes de enero y febrero del 2025. Expresanos que Omar García venía a trabajar con secretarios de Seguridad Pública estatal de su equipo, avalados por él y por la presidenta Claudia Sheinbaum. Las circunstancias adelantaron la fecha de la renuncia-destitución-. El General presentó su dimisión el viernes y hoy sábado 21 de diciembre la dio a conocer el vocero de seguridad y secretario general de Gobierno, Feliciano Castro Meléndrez. Mérida tomó posesión del cargo al que hoy renuncia en septiembre del 2023.
El 2 de octubre ratificamos que todos los secretarios de Seguridad Pública de los 32 estados que se van a quedar y los que vendrán, deberán tener la aprobación del gabinete federal, sin importar el partido al que pertenezcan los gobernantes en turno y que para “certificar” a Mérida Sánchez tendría que pasar por el cedazo de una profunda investigación federal.
En aquellos días, Omar García Harfuch tenía contemplado una reunión especial con el ex titular de seguridad pública estatal de Sinaloa, Cristóbal Castañeda Camarillo, a la sazón secretario de Seguridad en el Estado de México, quien aún guarda muchos secretos sobre el cómo y porque creció la delincuencia en Sinaloa. Fue precisamente Mérida Sánchez quien sustituyó a Castañeda en la entidad.
El primer mensaje/lectura de que el gobierno federal quería la renuncia de Mérida Sánchez la envió el propio Harfuch en su primera instancia en Sinaloa, pues no lo invitó a sumarse a las labores de inteligencia ni de ubicación de objetivos criminales ni a participar en los operativos de persecución ni disuasión delictiva. El 6 de septiembre el propio General confirmó que el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, no solicitó el apoyo de las “fuerzas estatales” para “coordinar” las tareas contra el crimen y que únicamente le había solicitado “información específica”.
Ese día, el 6 de noviembre, se registró en Culiacán un atentado contra un grupo de agentes de la Policía Estatal Preventiva, corporación operada por Gerardo Mérida Sánchez, levantando una serie de interrogantes en torno al porqué estan matando policías municipales, ministeriales y estatales si mantienen un papel marginal en los operativos de seguridad. Son la Guardia Nacional, la SEDENA y la Marina quienes, mediante labores de inteligencia, las que ubican a los objetivos prioritarios para procesar acciones y detenciones claves.
La “renuncia” con olor a despido de Gerardo Mérida la aceleró el asesinato un agente federal de investigaciones en el atentado que ocurrió en Culiacán a mediados de la semana que hoy termina. En las primeras investigaciones salió a relucir que el comando armado que mató al agente federal poseía información sobre el equipo de investigación de Harfusch y en que y a los lugares que se movilizaba.