“…El acero (con arancel) aprestad y el bridón…”

Rafael Cardona
Pues ya estamos muy cerca, muy pronto colmaremos la plaza y en ella conoceremos los detalles de todos los planes preparados para enfrentar y vencer —faltaba más—al monstruo del norte, al pelos de elote, al extraño enemigo cuya actitud –a pesar del aplazamiento fugaz de los 26 días–, merecería nada más decirle en gigantesco coro:
“A magnolia arrefunta la bragueta/y el heliotropo cariacontecido/ pone en el nalgatorio envejecido/ pánfilos huracanes de violeta/. Rubiácea oriflamea la corcheta/de antiguo soliloquio emputecido/y ornitorrinco brinca el bramecido/coito sobre tristurna colchoneta. / Floripondio rumiante con agallas/bisagreando rupestre mordedura/elevada en helespóntica papaya;/y el clitórico muesco ruboroso/bañopringa convexa conjetura/ de este soneto magnomagnolioso”… y si todo eso no resulta suficientemente claro, si las palabras arriba dichas no le aclaran nuestro sentir al agresor violento cuya demencia pretende conquistar el mundo, le podremos entonces ofrecer esta pieza coral cuya poética heterodixa dice así:
“En la merosia trúmida y prilosa/fulge la prundabérica bardiña/ como una miesca trenca y carrillosa/ que se tracodestrompa en la cariña/. Mi cardiación estónida y emposa/brenda la tespicálida noriña/ tal una marimándima troncosa/ que despiala una hórrida rasquiña/.Se encorpidomba en la trastala zurda/ en ciento escatipómpilos pilotos/ una crudalia de cristanaburda/; y alzando el meropélico crocoto, se despiporra en una sutacurda/ una erosión de ancrépitos escrotos.”
Si todo esto no lo comprende el intransitable vecino, entonces le vamos a recetar algunas ideas tan necesarias como novedosas, cosas jamás advertidas y mucho menos dichas por esa parte tan maleable de nuestra sociedad conocida como el ectoplasmático empresariado; los inversionistas ramplones, los acomodaticios gestores de negocios con el gobierno, los novedosos capitanes de industria quienes ahora vienen a descubrir el mediterráneo de sus ambiciones y proponen la conquista del mercado interno, como si antes de todo esto no existiera ni fuera necesario, y alcanzan grados de elevado talento e imaginación cuando dicen, debemos abrir el comercio y la exportación a otros países, y dígame usted si no es para conmoverse ante la tierna inteligencia de doña Altagracia quien hasta con el signo del polvo eterno de la ceniza en la frente nos receta esta remedio a todos nuestros males, con lo cual queda entronizada de una vez y para siempre como la duquesa Altagracia (de menos) en la cortesanía del Palacio Nacional:
“Estamos comprometidos con el Plan México, con los sectores estratégicos, pero sobre todo con la necesidad y la conveniencia de que, ante cualquier dificultad, apostemos, por el País y por las empresas nacionales”.
Frente a esta muestra ejemplar de patriotismo empresarial, necesitamos el remache de otro representante del capital, el siempre oportuno (y oportunista) “quedabien sin mirar con quién”, Francisco Cervantes, cuyo sitio en el Consejo Coordinador Empresarial le ha servido para muchas cosas de cuya naturaleza no hablaremos por ahora, gracias a pronunciamientos de esta hondura y profundidad:
“…El Plan México es algo que es parte de la agenda bilateral (¿?), vamos a llamarle (vamos, pues), y que va a ayudar muchísimo para que las empresas mexicanas puedan subir el contenido nacional. Las medidas que ha implementado Donald Trump han estado violentando también el T-MEC” (¿de veras?).
Eso no lo dijo ni Balboa cuando avizoró el Océano Pacífico; Tampoco Rodrigo de Triana cuando atisbó las cosas insulares del Caribe. ¡Ole! por la perspicacia.
Y allí los vamos a ver, con el pecho inflamado de patriotismo cante y cante el glorioso himno nacional, como parte del acarreo morenista a una concentración sin sentido ni utilidad más allá del reforzamiento de la imagen presidencial (ni falta le hace), independientemente del futuro de la llamada telefónica del pasado jueves.
“Tamba tarimba, dijo el Inclanida/al clamidificar abecedario, y yo incluyendo en el turiferario/ voy tarimba que tamba por tu herida/, tu pendonismo heróico me prueba/ que en el chisgarabís de mi taqueba/ ¡se hunde una pundelónica bravura!, le habría dicho Primo Carnera *, por aquello del incienso y la procesión. Turiferario.
Pero debe haber espacio además para las cosas serias y muy seriamente debemos preguntarnos apriorísticamente: si tenemos planes (México; Hecho en México, etc) y estrategias de abecedario, “A”, “B”, “C” y “D”, cuyo contenido de contención de los malos efectos ante cualquier embestida económica del sepulturero del TEMEC, por qué necesitamos exponerlo y explicarlo en el agrupamiento de la plaza como se hacía cuando internamente se quería avanzar en posturas políticas no admitidas por el viejo régimen. La única explicación es escenográfica. El tumulto como prueba de certeza.
La presión social no es la presión internacional y eso lo sabemos, excepto si seguimos en el grave error de considerar una política exterior practicada en el interior, como dijo el provinciano y omnipresente señor de Macuspana (creador de la doctrina, el dogma, la liturgia y demás), antes de dirigirse a Trump, cara a cara con palabras de halago y gratitud porque no nos había faltado jamás al respeto y nos respetaba por libres, independientes y soberanos. ¡Lindo!, che.
Pero también han sido lindas y reconfortantes las palabra de nuestra presidenta tras la llamada telefónica del jueves.
“…Muchas gracias al presidente Donald Trump. Tuvimos una excelente y respetuosa llamada en la que coincidimos en que nuestro trabajo y colaboración han dado resultados sin precedentes…”
Suena tan hermoso como sonaba bello cuando en el pasado noviembre la doctora (doctora sólo hay una), nos dijo:
“…Tuvimos una llamada muy cordial con el presidente electo Donald Trump, en la que hablamos de la buena relación que habrá entre México y Estados Unidos”.
La diferencia entre los telefonemas (además de los impuestos y la reiterativa acusación de narco gobierno), es el nuevo aplazamiento arancelario por 26 días para los productos comprendidos en el Temec.
“Como lo menciona el presidente Trump, no se requerirá que México pague aranceles en todos aquellos productos dentro del TEMEC. Este acuerdo es hasta el 2 de abril, cuando Estados Unidos anunciará aranceles recíprocos para todos los países…”
Pues con eso ya tienen los esquilones del Santo Ángel Custodio, San Pedro y San Pablo, Santa María y otras de la añeja Catedral Metropolitana, en la Plaza Mayor (además de los lambiscones acampanados), para tañer de alegría en la fervorosa congregación de mexicanos al grito de guerra el cercano domingo cuando se logre además de la Unidad Nacional, la exhibición de una patria sólida contra una política estólida, “la estrepococcia de una burinesa/ con miríficos buergos de charanda…”
*Sonetorpídos. Dante Aligheri. Versión Castellana de Primo Carnera. Ediciones “El cabrito”. (México.1937)
Con información de La Crónica