Manuel Luque, el mensajero fúnebre de Rocha
Álvaro Aragón Ayala
Bajo la tutela y consigna de Rubén Rocha Moya, a quien sirve como mercenario y mensajero, Manuel Luque Rojas, diputado de Morena, reforzó la campaña de odio que el gobernador desarrolla por todos los medios a su alcance contra el dirigente del Partido Sinaloense, Héctor Melesio Cuén Ojeda, sobre quien el legislador local pronunció un discurso fúnebre, con destino manifiesto, que revela los proyectos criminales del mandatario estatal rumbo a las elecciones del 2024.
En el debate sobre la iniciativa de la Revocación de Mandato enviada por el gobernador al Congreso Local para colocarla encima de la iniciativa original del PAS, Luque Rojas, en posición de secuaz, mandó una señal surgida del despacho de Rubén Rocha, alertando a Cuén Ojeda sobre un posible atentado criminal en su contra. El PAS no ha tenido más que un dirigente desde que se fundó “y no va a tener otro hasta que se muera, que espero sea en estas elecciones que vienen”, espetó el diputado de Morena.
El hipotético dislate discursivo de Luque Rojas, con estatus de una filtración o consigna del Tercer Piso, es, ciertamente, atribuido a Rubén Rocha debido a que el diputado de Morena es uno de cancerberos del gobernador en el Congreso. Es el mandatario estatal quien le mueve la lengua, el que orienta sus intervenciones para que actúe como “porro legislativo” lanzando insultos, difamaciones y calumnias contra el PAS y Cuén y los funcionarios de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
El diputado Manuel Luque Rojas, en su calidad de presidente de la Comisión de Educación del Congreso Local, participó junto con Feliciano Castro Meléndrez, presidente de la Junta de Coordinación Política, como mandadero del gobernador en la elaboración y aprobación de la Ley de Educación Superior del Estado que atenta contra la autonomía universitaria y que es violatoria a la Constitución y a la Ley General de Educación Superior.
La ley de marras fue rechazada por la comunidad universitaria y los funcionarios de la UAS lo que provocó el coraje del gobernador Rubén Rocha que ordenó al diputado Luque Rojas y a Feliciano Castro a que utilizaran la tribuna legislativa como un Tribunal de la Inquisición contra la UAS y sus autoridades y el dirigente del PAS, Héctor Melesio Cuén, por sus afinidades con la Casa Rosalina.
El “hasta que se muera, que espero sea en estas elecciones” lanzado contra Héctor Melesio Cuén es achacado con cerreza a Rubén Rocha Moya por la felicidad y la agilidad que le imprime el diputado Luque Rojas al cumplimiento de las consignas de Rubén Rocha Moya que ve en el dirigente del PAS un obstáculo real para lograr sus propósitos de empoderar a Enrique Inzunza Cázarez en el Senado de la República y proyectar un Maximato en Sinaloa.
Manuel Luque está engarzado en relaciones intrincadas, obscuras, en función de sus intereses privados y los del gobernador, cuya agenda legislativa y gubernamental no responde al bienestar general de la sociedad sinaloense. En aras de mezquinos propósitos Rubén Rocha no duda en favorecer la existencia de mercenarios de la política en el Congreso Local y otras esferas del poder público para filtrar consignas o enviar mensajes fúnebres.