Conabio, encargada de investigar y decidir sobre biodiversidad, es desmantelada por la 4T
Marco Antonio Martínez
La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), encargada de “generar la inteligencia que necesita el país para fundamentar políticas públicas y decisiones de la sociedad sobre biodiversidad”, ha sido desmantelada durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La Conabio, compuesta por varias secretarías, fue creada en 1992, como un órgano desconcentrado con autonomía de gestión y presupuesto, pero esa situación ha comenzado a cambiar, ya que en este sexenio comenzó a recibir menos dinero del gobierno federal.
En agosto de 2022 también se produjo la salida de la Conabio de quien fue su fundador y había sido su secretario ejecutivo por casi 30 años, José Sarukhán, luego de tener diferencias con la titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, María Luisa Albores.
Fue sustituido por Daniel Quezada Daniel, con quien comenzaron a ser despedidas personas con un perfil especializado que habían trabajado durante años en la comisión y llegaron otras sin experiencia o sin conocimientos en biodiversidad, afirmó a La Silla Rota, Ivette Mota, ex subdirectora de Promoción del Conocimiento y Uso de la Biodiversidad.
La Conabio recibió otro golpe cuando en marzo de este año la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria publicó un decreto que informó que desaparecerá y pasará a ser una unidad coordinadora, parte de la Semarnat.
Para los expertos que durante años laboraron en la Conabio, el golpe final llegó el pasado viernes 28 de junio, cuando 22 personas con experiencia demostrada en su ámbito de competencia fueron cesadas y otras 20 fueron suspendidas temporalmente, sumando así la salida, desde la llegada de Quezada Daniel, de alrededor de 40 profesionales con una trayectoria y experiencia de entre 5 y 25 años dentro de la institución, continuó Mota.
Este golpe a la estructura técnica de la Conabio afecta directamente la gestión de información sobre especies prioritarias y exóticas invasoras, la Estrategia Nacional para la Conservación y Uso Sustentable de Polinizadores, y el cumplimiento de compromisos internacionales adquiridos por México, lamentó Mota, a quien también le pidieron la renuncia el 28 de junio.
Ante los despidos, los trabajadores afectados hicieron una carta que divulgaron el 3 de julio pasado para dar a conocer la situación.
“El desmantelamiento de las áreas tenía un trasfondo: reducir sustancialmente las plazas de la Conabio, para posteriormente seleccionar algunas de ellas y formar parte de la Unidad Coordinadora Científica y Técnica para el Conocimiento, Conservación y Uso Sustentable de la Biodiversidad, que sustituirá a la comisión, que vive sus últimos días como organismo descentralizado”.
La Conabio está integrada por 10 secretarías, pero está a cargo de la Semarnat. La comisión desempeña sus funciones mediante un grupo operativo encabezado por Daniel Quezada Daniel, como Secretario Ejecutivo.
Le piden dejar la Conabio
La doctora en Biología Molecular, Francisca Acevedo, es una de las personas a quien le pidieron su renuncia a partir de la llegada de Quezada Daniel. La investigadora entró a trabajar a la Conabio en noviembre de 2002. Durante ese tiempo estuvo encargada del tema de la bioseguridad de los organismos genéticamente modificados.
Con más de 20 años en la Conabio, hace un año dos meses y medio dejó de trabajar ahí, cuando ocupaba el cargo de coordinadora de Agrobiodiversidad y Recursos Biológicos.
“Se me solicitó dejar la Conabio el último día de abril de 2023 por quien está comisionado como secretario ejecutivo (Daniel Quezada Daniel) actualmente”, dijo en entrevista con La Silla Rota.
La sorpresa fue que su lugar fue ocupado por Daniela Palomino Miranda, quien carecía de experiencia en agrobiodiversidad, y de quien se enteraron compañeros de Acevedo al verla en una videoconferencia, aunque nunca la vieron en las oficinas. Así se puede ver en un pantallazo de dicha conferencia.
Mota recordó que ella conoció a Palomino en una reunión virtual, pero hasta su salida nunca la había visto en la institución.
A partir de la llegada de Daniel Quezada Daniel -quien es doctor en Estudios Urbanos- como titular de la Conabio, comenzaron a operarse cambios y el caso de Francisca Acevedo no es el único de personal especializado que ha salido y ha sido sustituido por gente no especializada, afirmó Mota.
Por su parte, Francisca Acevedo consideró que los cambios recientes son preocupantes.
“Los mire uno por donde los mire. Se han perdido grandes capacidades y la amenaza subsiste a que se pierda la esencia misma de la institución, incluyendo su independencia y neutralidad sobre los diversos temas que la comisión maneja por el bien de la diversidad biológica de México. Sin estos, quien toma decisiones no contará con la mejor y más actual información posible”.
– ¿Si desaparece la Conabio, o se vuelve solo un ente administrativo sin características técnicas ni especializadas, qué áreas de la biodiversidad están en riesgo?
-Yo preveo que todas. Se pierde la oportunidad de contar con información, elementos y opiniones objetivas e independientes para la mejor toma de decisiones.
La Semarnat fue consultada por La Silla Rota sobre esta situación. En una tarjeta informativa, respondió que “tiene conocimiento de la circunstancia, lo está atendiendo de manera directa. Estamos en contacto con las personas que se encuentran en esta situación, se dará atención a esta problemática y se brindarán alternativas de solución”.
Opera con un fideicomiso
En el caso de la Conabio, los recursos que ejerce para llevar a cabo su labor provienen en gran parte del gobierno federal pero también de entes privados o incluso de otros países, reunidos en el fideicomiso Fondo para la Biodiversidad, que hasta 2021 tenía un activo de 764 millones 796,872 pesos.
La Conabio aún siguió recibiendo apoyo económico de la Semarnat en los primeros tres años de esta administración, aunque en menores montos que en la anterior.
Mientras en 2018 recibió 357 millones 486,900 pesos, en 2019 fueron 69 millones 669,711, en 2020 subió a 102 millones 33,461 y en 2021 volvió a bajar, con 84 millones 861,797 pesos, de acuerdo con el Informe de Nacional Financiera Fideicomiso Fondo para la Biodiversidad, publicado en 2022.
Con información de La Silla Rota