México, jugador estratégico del comercio internacional
Martín Pustilnick
Estamos cerrando un 2024 que, sin duda, tuvo varios acontecimientos que posiblemente influyeron en los negocios: las tensiones geopolíticas mundiales y las amenazas de guerra internacional, la desaceleración económica global, las presiones por el cambio de poder en México y en Estados Unidos, la relación comercial con nuestros vecinos del norte.
Aún con ello, el año demostró que México es un jugador confiable y estratégico en el comercio internacional, clave para América Latina y especialmente para Estados Unidos, principal socio comercial, por encima de Canadá y China. Como referencia, México y Estados Unidos tienen una alta interdependencia económica: el comercio total entre ambos países superó los 798,000 millones de dólares el año pasado, +2.5% más que en 2022.
Debido a esto, me gustaría ayudar a esclarecer algunas dudas que se han generado por ciertas declaraciones del presidente electo Donald Trump alrededor de la imposición de nuevos aranceles bastante elevados, extendiendo sus promesas de campaña y acentuando su discurso de proteccionismo comercial.
Consideremos primero que aún no son medidas en firme; una alternativa sensata es escuchar con cautela este tipo de mensajes y titulares, que llegan con un tinte sensacionalista, de aquí a que inicie su gestión el próximo 20 de enero. Sí, concuerdo que el efecto Trump en México se ha sentido desde el pasado 6 de noviembre, pero posiblemente continuará amedrentándonos.
A esto, la respuesta de la presidenta Sheinbaum fue serena y sustentada, dando espacio para que el nuevo mandatario de Estados Unidos pueda reconsiderar algunas de sus intimidaciones y, en lo posible, evitar una guerra comercial en América del Norte.
Además, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) establece reglas claras sobre el comercio entre los tres países y mitiga las posibilidades de cambios arbitrarios que Trump exija, como dicho aumento en las tarifas. Aún cuando en diferentes ocasiones ha cuestionado el tratado, la posibilidad de modificaciones extemporáneas es bastante baja. La revisión del T-MEC por los tres países está prevista para 2026, de acuerdo a sus propias especificaciones, pero ante ello México ya se está preparando para la renegociación.
También vale recordar que la economía mexicana ya ha soportado políticas proteccionistas en el pasado. Dichas presiones generaron alianzas estratégicas e integraciones intersectoriales que han resultado en una mayor demanda de los productos elaborados en el país, significando un motor de crecimiento. Considero que existen oportunidades importantes alrededor del trabajo colaborativo entre las empresas y los clúster industriales, pudiendo ser la clave para eludir en lo posible, la volatilidad que traerá 2025.
Y por último, México tiene el potencial de desarrollar su comercio exterior con otros países y diversificar sus exportaciones, con miras a aminorar la dependencia comercial con Estados Unidos.
México tiene vigentes 12 Tratados de Libre Comercio firmados con 46 países, ha negociado 32 Acuerdos para la promoción y protección recíproca de las inversiones con 33 países y ha firmado 9 Acuerdos de Alcance Limitado en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI); además, es miembro del Tratado de Asociación Transpacífico.
Creo que, a pesar de los retos que pudieran venir en el siguiente año, de frente a un 2025 con oportunidades, el comercio internacional para México seguirá ofreciendo desarrollo significativo para quienes se atrevan a innovar y aprovecharlo.
Y en el ocaso del 2024, reflexiono sobre el papel fundamental que los empresarios desempeñan en el desarrollo económico de México y en su conexión con el mundo. En el trimestre abril-junio de 2024, las exportaciones de bienes y servicios aportaron el 34.2% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que equivale a más de 11,589 millones de pesos. Este logro sería imposible sin quienes transforman desafíos en negocio.
Así, este tipo de resultados pueden ser la base para reducir los temores sobre el año venidero y moderar la especulación del mercado, pues el vínculo económico posiblemente estará por encima de las decisiones políticas del momento.
Con información de Expansión Política