Sinaloa: fin al diferendo UAS-Gobierno estatal. Julio Berdegué y el mentiroso de Gerardo Mérida

Álvaro Aragón Ayala

JUEGO POLÍTICO: En la gira por Mazatlán de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo lo más destacado en lo estatal fue la expresión “no los vamos a dejar solos” refiriéndose a los sinaloenses rehenes de la escalada violenta/sangrienta que arrasa el estado; lo rescatable en política fue la participación del secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué Sacristán con la lectura de que está metido en el juego sucesorio 2027.

Ahí, en la conferencia que ofreció la presidenta, Berdegué expresó que se tecnificarán 52 mil hectáreas de los Distritos de Riego, el número 10  Humaya-Culiacán y el 75 del Valle de El Fuerte. El 10, incluye los municipios de Culiacán, Navolato, Mocorito, Angostura y Salvador Alvarado. El Distrito 75 comprende Ahome, Guasave, El Fuerte y Sinaloa Municipio. Se trata, pues, de una magnífica plataforma para hacer trabajo político.

LOS DESPIDOS: Julio Berdegué emprendió la restructuración de la Secretaría de Agricultura con los despidos y los relevos en todas las delegaciones del país. Ya fueron dados de baja de la nómina la mayoría de los delegados de esta dependencia. En algunos casos la exigencia de los cesados es que se les liquide conforme a la ley. Entrando enero se sabrá quien se hará cargo de la delegación Sinaloa de la SADER. Las destituciones son necesarias. A la dependencia se le imprime una nueva dinámica de trabajo.

PRIVADOS DE LA LIBERTAD: En su ejercicio como secretario de Seguridad Pública, el General Retirado, Gerardo Mérida Sánchez, actuó como cómplice de los grupos delictivos, en grado de encubrimiento, negando los asesinatos colaterales y los “levantones”. Lo hizo de manera perversa y calculada. Si se niega un crimen o una privación ilegal de la libertad se borran las evidencias para que la Fiscalía General de Justicia abra carpetas de investigación. Hay homicidios horrendos de ciudadanos o ciudadanas pacíficas que estaban dedicados a un trabajo lícito y que fueron revictimizados (as) ya que los homicidios se justificaron por ser “delincuentes”, lo que está muy alejando de la realidad. El “secuestro” de internos de los centros de rehabilitación de drogadictos fue presentado ante la sociedad por el mentiroso de Gerardo Mérida con un simple “se fueron solos”, aceptaron unirse -dijo- a los grupos delictivos, generando la inconformidad de las familias contra el gobierno.

EL REENCUENTRO: Hasta donde se sabe, las autoridades de la Universidad Autónoma de Sinaloa y del gobierno del Estado continúan en la mesa del diálogo para terminar con sus diferendos, con testigos de calidad de la secretaría de Gobernación, atendiendo las instrucciones de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo que ordenó poner fin al problema. El Rector Jesús Madueña Molina y el gobernador Rubén Rocha Moya mandaron lecturas del reencuentro. De que los desacuerdos quedarán sepultados y que se avecinan nuevos tiempos.

Sin embargo, la terminación del conflicto está cayendo como balde de agua fría en aquellos que fertilizaban los campos de batalla jurídica, periodística y política. Quienes vivían – ¿aún sobreviven? – del diferendo UAS-Gobierno y que le aventuraron, frotándose las manos, a que el diferendo fuera eterno atizan para que las llamas no se extingan y se avivan. Fuerzas externas y refractarias a la Cuarta Transformación, intentaban usar a la Universidad como arma para derrocar a Rubén Rocha. Las autoridades universitarias rechazaron que se les ubicara en esa posición y dejaron en claro que la función de la Casa Rosalina no es tumbar gobernadores. Que la responsabilidad es la formación de profesionistas de primer nivel.

Para hacerlo aparecer como persecutor y represor, hubo quienes -todavía los hay- que le abonaron al conflicto sembrando la “cultura de la judicialización” contaminando la agenda de democratización de los procesos de selección de autoridades de la UAS abrazada por el gobernador. Es, entonces, sabia, inteligente y tomada muy a tiempo la decisión de Rubén Rocha de dejar atrás los problemas y sentarse con las autoridades de la Casa Rosalina para darle una salida viable, justa, al diferendo. Si todo sale como lo han programado, el gobernador y la UAS y el pueblo de Sinaloa saldrán ganando.

Rubén Rocha ganaría ya que pasaría a la historia como el gobernador que no violó la autonomia, pero sí tuvo desencuentros con la UAS por empujar, desde el exterior, un proceso de democratización interna de la Universidad, y se quitaría, como ya lo hace, la etiqueta de enemigo de la institución. Gana el mandatario porque conquistaría un aliado importante para fortalecer la gobernabilidad de Sinaloa. Gana el Rector, Jesús Madueña Molina y la Universidad porque queda a salvo la autonomía de la máxima casa de estudios. La lucha librada no fue en vano: la Ley Educación Superior del Estado es inaplicable a la Universidad en su régimen de gobierno autónomo. Pasa la reforma a la Ley Orgánica, pero no atenta contra la autonomia de UAS, pues ni el Congreso Local, ni la SEP ni el gobierno del Estado se inmiscuirán en las elecciones de las autoridades universitarias.

Sería pues, nada más, un cambio del proceso de elección de autoridades, ya que pasaría del modelo democrático representativo al sistema de democracia directa. La Universidad normará los procesos electivos y continuará, en apego a su autonomía, administrando su patrimonio y presupuesto, determinando sus planes y programas;  educando, investigando y difundiendo la cultura bajo el marco del respeto a la libertad de cátedra e investigación y de libre examen y discusión de las ideas y fijando los términos de ingreso, promoción y permanencia de su personal académico y administrativo.

Gana al pueblo de Sinaloa ya que el gobernador se comprometió a apoyar a la Casa Rosalina sin vulnerar la estructura de la Universidad Científica que permite la formación de profesionistas de excelencia, altamente competitivos. Está garantizada la educación de los estudiantes y la estabilidad universitaria; gana el Rector porque fortaleció su figura como líder incuestionable de la Universidad que no les quedó mal a los padres de familia, a la comunidad universitaria, en la lucha por la defensa de la autonomía. Todos ganan…

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