El FBI va por hombre ligado a Norberto Rivera por posible lavado de dinero: Univisión
El Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos investiga por lavado de dinero al empresario mexicano Fernando Peyro, quien durante años fue hombre de confianza del cardenal emérito Norberto Rivera, exarzobispo de la Arquidiócesis Primada de México (1995-2017).
Peyro está en problemas, ya que la cadena tiene en su poder documentos y fuentes para confirmar la investigación en su contra. Así lo adelantó la cadena Univisión este sábado, en un avance de una investigación que Univisión Investiga publicará este domingo 14 de agosto.
Varias conversaciones telefónicas son parte de la investigación del FBI, cita Univisión de acuerdo con tres fuentes. Norberto Rivera, por su parte, respondió que “no tiene nada que ver con ese asunto”.
Univisión tiene en su poder una llamada de un informante federal del FBI que le propone a Peyro lavar dinero de una supuesta organización narco-guerrillera en Colombia. De acuerdo con Gerardo Reyes, uno de los autores de la investigación, el allegado a River le ofrece un “menú de opciones”. “¿Si lo sacamos por medio de la aseguradora?”, es el fragmento que se puede escuchar de la supuesta voz de Peyro.
En entrevista con Univisión, Peyro dijo sobre el supuesto trabajo con los colombianos: “Yo no tengo ese dinero”.
El cardenal Rivera, nacido en 1942, renunció a su cargo al frente de la Arquidiócesis de México en diciembre de 2017. Durante su gestión salieron a la luz los escándalos del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, acusado de pederastia.
Durante su mandato, fue acusado por activistas, organizaciones y sociedad civil por su presunta responsabilidad en el encubrimiento de al menos 15 sacerdotes que habrían abusado sexualmente de niños, por lo que en 2017, año de su retiro, exigieron que se presentara ante las autoridades.
A mediados de 2017, el activista y defensor de víctimas de pederastia clerical Alberto Athié, junto con otras personalidades, interpuso una denuncia ante la entonces Procuraduría General de la República (PGR), hoy Fiscalía General de la República (FGR), en contra de Rivera Carrera por supuesto encubrimiento de curas pederastas.
Tras darse a conocer la denuncia, el Arzobispo Primado de México aseguró que “yo no he protegido absolutamente a ningún pederasta, de hecho aquí en la Arquidiócesis al menos unos 15 sacerdotes han recibido no solamente el juicio, sino sentencias que afortunadamente no tenemos que dar nosotros. Aquí tenemos que hacer la investigación, se manda toda la documentación a la Doctrina de la Fe, en Roma, y el Santo Padre es quien ha tomado las decisiones en esos casos tan dolorosos, porque sí han sucedido aquí en México”.
“Ni el cardenal, ni la Arquidiócesis de México informaron en su momento respecto de estos casos”, insistieron en su momento el exsacerdote Alberto Athié y Jesús Romero Colín, víctima de pederastia por parte de un sacerdote cuando tenía 11 años; más de dos décadas después, aún espera una orden de aprehensión para su presunto agresor y que el expediente se integre sin defectos.
En una petición subida hoy a la plataforma Change.org, dirigida al Presidente Enrique Peña Nieto y al Procurador Raúl Cervantes Andrade, se expone que con su declaración “no queda duda de que el Cardenal Rivera Carrera tuvo conocimiento pleno, íntegro e indubitable de la existencia de esos presuntos delitos, los cuales no denunció ante el Ministerio Público a sabiendas de que ese era su deber primario conforme a lo establecido en los artículos 12 BIS de la Ley de Asociaciones Religiosas y 116 del entonces vigente Código Federal de Procedimientos Penales”.
Athié ha luchado y denunciado la pederastia en la Iglesia católica mexicana desde 1994, cuando una víctima del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel Degollado, le contó su historia.
En febrero de 2016, Athié dijo a SinEmbargo que México tiene a los pederastas más crueles e importantes de la Iglesia. Todos impunes y libres, “gracias a un mecanismo protector, diseñado desde la Santa Sede, que les permite encontrar en el clero, el lugar perfecto para violar niños”.
SinEmbargo