Alianza opositora: ¿podrá levantar la cabeza?

Enrique Quintana

Una de las principales noticias políticas de esta semana es el relanzamiento de la Alianza Opositora.

Para este año, se confirma que las candidaturas de Manolo Jiménez para Coahuila y de Alejandra del Moral para el Estado de México, no serán solo priistas, sino que tendrán también el respaldo del PAN y del PRD.

Y para el 2024, la noticia más importante es que sí habrá alianza en las candidaturas tanto a la Presidencia de la República como a la Jefatura del Gobierno de la CDMX y que será el PAN quien encabece y defina el proceso para nombrar a los abanderados de la Alianza.

Se trata del paso más importante que se haya dado hasta ahora y tiene diferentes implicaciones.

Veamoslas con detalle.

1- Coahuila tiene amplias posibilidades de ser ganada por la Alianza.

La más reciente encuesta de El Financiero da una ventaja de cuatro puntos a la Alianza opositora frente a Morena. Sin embargo, lo más probable es que esa diferencia se amplíe tras las divisiones que han surgido al interior del partido en el gobierno, luego de que Ricardo Mejía fuera postulado por el PT y que el PVEM lleve también un candidato propio. Así que considere que Manolo Jiménez casi seguramente se convertirá en el próximo gobernador de Coahuila.

2- En el Estado de México se va a perfilar una elección cerrada.

En los escenarios sin candidatos, solo mencionando los nombres de los partidos en contienda, la Alianza Opositora ya sale ligeramente adelante de Morena. Pero cuando se mencionan los nombres de Delfina Gómez y Alejandra del Moral, la morenista lleva una amplia ventaja debido a que su nombre es más conocido.

Ya fue candidata una vez y estuvo como titular de la SEP, por lo que ha tenido un escaparate mayor. Es previsible que, en las campañas, la ventaja del conocimiento se diluya y se puedan comparar de modo más preciso propuestas y personalidades.

El resultado de la elección en la entidad con el padrón electoral más grande del país será sumamente influyente en el camino a las elecciones federales del 2024, por lo que tanto el PRI como el PAN, que tienen estructura y maquinaria política en la entidad, van a emplearse a fondo para enfrentar a Morena, por lo que el resultado es todavía, a mi parecer, de pronóstico reservado.

3- En la Ciudad de México es de esperarse una elección muy competida, pero con buenas posibilidades de ser ganada por los opositores.

Considerando los diputados federales elegidos en el 2021, la Alianza obtuvo más votos que los alcanzados por los candidatos respaldados por Morena y sus aliados.

Si la candidatura de la Alianza a la Jefatura de Gobierno tiene fuerza, podría derrotar a Morena en el 2024 en la capital, lo que sería un factor de balance de poder si es que Morena ganara las elecciones federales.

4- La gran interrogante está en la candidatura de la Alianza para la presidencia en el 2024.

Es muy notorio que las “corcholatas”, es decir, los prospectos de Morena son más conocidos y tienen mayores simpatías que los nombres que se han mencionado de entre los opositores. Un gran reto para el PAN -como partido responsable de este proceso según se informó- es establecer una ruta que permita construir una candidatura en la que no haya fisuras. Esa puede ser la gran diferencia respecto a Morena, en donde se ve muy complicado que pueda transitar por todo este proceso sin divisiones internas.

La gran desventaja de la Alianza es que entre todos los aspirantes no se ve con claridad un nombre que logre generar un nivel de simpatía para pensar en que claramente es la mejor opción para enfrentar a Morena.

Sería de esperarse que la Alianza no pierda su momentum y que en un plazo breve el PAN dé a conocer los mecanismos para la designación del candidato y los tiempos en los que habrá de definirlo.

Obviamente que la condición es que sea un candidato que pueda ser aceptable para el PRI y para el PRD, y solo para la base panista.

Veremos si la oposición tiene el talento necesario para ser competitiva de nueva cuenta.

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