¿El aumento en la tasa de interés realmente contiene la inflación?

Salvador Rivas Aceves

El día de ayer se dio a conocer la decisión de Banco de México de subir la tasa de interés de referencia en cincuenta puntos base, lo que la coloca en 11%. De acuerdo con el reporte, el banco central mexicano tiene fuertes preocupaciones por el aumento de precios principalmente en los alimentos. Un ejemplo claro, al día de hoy, lo encontramos en el precio del huevo el cual subió un 39% durante la primera semana del mes de febrero, respecto al mismo periodo en el 2022 según datos del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados de la Secretaría de Economía.

Sin embargo, nos podemos preguntar por qué a pesar de los continuos incrementos en la tasa de interés, los precios de los bienes y servicios no ceden en su ritmo de crecimiento. La respuesta evidente es que la demanda del mercado interno no está reaccionando antes dichos incrementos de la tasa de interés, de manera convencional debería restringirse.

El hecho de que la demanda no se contraiga obedece principalmente a que los agentes económicos, en especial los hogares, tienen la suficiente capacidad adquisitiva para demandar los bienes y servicios necesarios para satisfacer sus necesidades. No importa si es mediante el salario o instrumentos crediticios como las tarjetas, los hogares no están disminuyendo su demanda.

Pero desde mi perspectiva, la causa de la inflación no se encuentra en el lado de la demanda del mercado, sino en el lado de la oferta. La pandemia se llevó consigo una gran cantidad de empresas que producían bienes finales, pero sobre todo bienes intermedios; incluido el sector de los alimentos. Con la quiebra de estas empresas, la cadena de suministro de bienes intermedios y, por ende, la producción de bienes finales se alentó de manera considerable. Lo anterior genera escasez en el mercado que, ante la creciente demanda, desata las presiones inflacionarias.

Los incrementos en la tasa de interés, realmente están ocasionando que los costos de los créditos se eleven, al interior de los cuales están también los créditos productivos. En consecuencia, la inversión se contrae lo que exacerba la contracción en la oferta existente. Por lo tanto, se puede entender que la inflación actual no es un problema de demanda, sino un problema de oferta; el tratamiento que se le está dando es precisamente considerando el primero. La política monetaria convencional no es eficiente ante un problema del mercado que no es convencional.

Considero que la única forma de aliviar las presiones inflacionarias es inundando el mercado interno con bienes y servicios, en otras palabras, impulsando el crecimiento de las empresas existentes, pero sobre todo creando nuevas empresas, particularmente en los sectores con mayor demanda de bienes intermedios, el de alimentos siendo el más urgente.

¿Cómo crear nuevas empresas? Específicamente evitando que la inversión sea costosa, es decir, disminuyendo la tasa de interés. Pero además debe ir acompañada de una política fiscal que incentive la producción en el mercado mexicano. Estamos ante una gran oportunidad en términos económicos porque si se detona la creación de nuevas empresas para evitar las presiones inflacionarias, al mismo tiempo estaríamos generando empleo y mayor crecimiento económico.

*El autor es secretario de Investigación Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Panamericana.

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