Notimex en tiempos de Sodoma y Gomorra

Jorge Bravo

“Si no se ataca al Presidente, entonces no hay problemas y se puede informar de todas las deficiencias del sistema”, fue la respuesta a “¿existe censura o autocensura en las agencias noticiosas nacionales?” que, en su momento, formuló el estudioso Karin Bohmann en su libro clásico “Medios de comunicación y sistemas informativos en México” de 1994.

El presidente López Obrador confirmó la liquidación de Notimex. Como en los tiempos de la destrucción bíblica de Sodoma y Gomorra, llegó la hora de la eliminación de la agencia de noticias del Estado mexicano de manos de la Cuarta Transformación.

La extinción de Notimex demuestra el desinterés y lo prescindibles que son los medios públicos en México durante la 4T. Evidencia que no existe una política de comunicación a través de los medios públicos, además de considerarlos un instrumento para amplificar las versiones y programas del presidente AMLO y su gobierno.

Cuando AMLO señala que Notimex dejó de ser una agencia necesaria porque ahora existen las conferencias de prensa matutinas, el Ejecutivo Federal confiesa una visión tergiversada de un medio público del Estado para el ejercicio del derecho a la información, versus una estrategia temporal de comunicación política para establecer la agenda y desacreditar a los opositores al gobierno.

Notimex transitó de ser fundada en 1968 para difundir información sobre los Juegos Olímpicos; ser una agencia de vanguardia, referencia y contrapeso entre los países no alineados del Tercer Mundo, con periodistas profesionales, corresponsales internacionales y en los estados de la República; ser un medio oficialista bajo la égida de la Secretaría de Gobernación; evolucionar en 2016 a ser un organismo público descentralizado de la Administración Pública Federal no sectorizado; hasta degenerar en su última etapa como una agencia propagandista y facciosa, con más de tres años en huelga que la tornó irrelevante y sustituible.

Como estudiante de comunicación, tanto profesores como lecturas formaron en mí una mala imagen de Notimex. Los medios de comunicación que no contaban con corresponsales para informar con contenidos propios, reproducían las notas de Notimex, tiñendo de oficialismo las planas de la prensa escrita, principalmente, pero también los noticieros de radio y televisión.

Como respuesta a ese oficialismo que trasmitía Notimex en los momentos cumbre del priísmo y el presidencialismo en México, la revista Proceso creó la agencia Comunicación e Información (Cisa-Proceso), antecesora de Apro, para generar información propia sin el tamiz gobiernista de los cables de Notimex.

Además de la huelga eterna, lo último que se recuerda de Notimex es la ominosa dirección de Sanjuana Martínez. El estudio de Signa Lab del Iteso, “Ataques selectivos: estrategias de desprestigio y descalificación. El caso de experiodistas de Notimex”, documentó “ataques coordinados a periodistas” realizados por “personas que operan de manera intencional y coordinada” contra informadores que trabajaron en la agencia de noticias y que “mostraron inconformidad por la actuación de las autoridades de Notimex”.

Notimex es una empresa del Estado y como tal vendía servicios informativos. En marzo de 2019 (cuando Sanjuana asumió la dirección) la agencia tenía 449 clientes; en diciembre del mismo año bajó a 412: en nueve meses Notimex perdió 37 clientes, por lo general gobiernos y medios de comunicación nacionales e internacionales que utilizan textos, fotos o videos que produce la agencia. En 2019 la empresa proyectó vender 42 millones de pesos; sólo vendió 29.5 millones, la cifra más baja en los últimos años.

A pesar de estar en huelga, Notimex conservó su presupuesto público todos esos años, que en 2023 fue de 237.6 millones de pesos.

El presupuesto de Notimex

En el periodismo, las agencias de noticias juegan un papel relevante en la cobertura de eventos y noticias a nivel global. Sin embargo, como bien señala el investigador Raúl Trejo Delarbre en una declaración a Latinus, las agencias informativas de Estado son menos necesarias ahora que en el siglo 20, porque “hoy tenemos Internet, información globalizada que es muy plural”.

Notimex fue considerada en su mejor momento como la agencia de noticias estatal encargada de proporcionar información confiable a los medios de comunicación y al público en general. Sin embargo, en los últimos años Notimex se vio envuelta en controversias y perdió gran parte de su relevancia como medio público en México.

Durante décadas cumplió con la misión de proporcionar noticias sobre política, economía, cultura, deportes y otros temas de interés para los medios de comunicación mexicanos y para el resto de las agencias internacionales. Pero en su última etapa, Notimex enfrentó problemas que pusieron en entredicho su credibilidad y relevancia como agencia de noticias pública regida bajo los principios de veracidad, imparcialidad, objetividad, pluralidad, equidad y responsabilidad.

Uno de los escándalos que enfrentó Notimex fue la politización y falta de independencia editorial con la 4T. Durante la administración de Sanjuana Martínez se reportaron casos de censura, despidos injustificados y falta de transparencia en la toma de decisiones editoriales.

Periodistas y empleados denunciaron prácticas autoritarias y violaciones a la libertad de expresión. La politización llevó a una pérdida de confianza en la imparcialidad y objetividad de las noticias generadas por Notimex, lo que impactó negativamente en su reputación como agencia de noticias confiable. Varios medios de comunicación cancelaron contratos con Notimex.

Otro desafío fue la falta de inversión en tecnología y modernización. En un mundo cada vez más digital, las agencias de noticias deben adaptarse a los cambios tecnológicos y a las nuevas formas de producción y consumo de noticias. Notimex se quedó rezagada, sin capacidad para competir con otras agencias de noticias en la era digital.

Notimex también enfrentó problemas financieros y de gestión. Se reportó un déficit presupuestal con consecuencias en recortes de personal y falta de recursos para la cobertura de noticias. La mala gestión impactó en la calidad y diversidad de las noticias generadas por Notimex, así como en su capacidad para cubrir temas relevantes y de interés general por una dirección editorial instrumental, propagandista y facciosa. La falta de una gestión eficiente y transparente desató críticas y cuestionamientos sobre el manejo de los recursos públicos de Notimex, además de pérdida de ingresos por la escasa venta de servicios informativos.

Al estallar la huelga, Notimex tenía aproximadamente 300 trabajadores. La liquidación de la agencia es triste por la pérdida de empleos, por el asesinato desde la dirección y el gobierno a un medio público, por el futuro profesional de docenas de periodistas en una coyuntura de recortes y despidos en los medios de comunicación, por el destino incierto del archivo documental y audiovisual de la agencia con 55 años de acervo. Pero lo más triste es reconocer que a Notimex, quizá, no se le va a extrañar.

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