¿Prensa vendida?

Juan Manuel Partida Valdez

Buen número de llamadas y mensajes recibí nuevamente el día de ayer con dudas muy serias de si en Sinaloa tenemos una prensa vendida.

Es común ver en las redes sociales comentarios ciudadanos contra un periodismo que se acusa carece de valor frente a las corrupciones y abusos de poder por parte de nuestros gobiernos.

Se nos reprocha que muchos medios de comunicación callan ante hechos que de manera normal fueran la noticia principal.

Los comentarios de ayer fueron de colegas periodistas, y surgen tras conocer contratos millonarios entre el gobierno estatal y el periódico Noroeste.

De entrada, hay que subrayar que no existe en ello ninguna ilegalidad.

Los medios viven de la publicidad y de los convenios de difusión informativa.

Hay sin embargo sobre estos contratos una serie de dilemas que motivan la reflexión.

Partamos de que Noroeste se ha erigido de manera permanente como un faro de moralidad.

Presumieron incluso hace más de veinte años un código de ética en el que destacaban la honestidad, la no publicación de gacetillas (notas pagadas que aparecen como información “normal”), y una línea editorial que no se vende ante nadie.

Un periodismo independiente al servicio de la sociedad, y no de los grupos de poder.

Pero, lástima Margarito, una cosa es la que se dice y otra muy distinta la que se hace.

Una prueba irrefutable de esta doble moral nos la dio Jesús Escalante, en una entrevista que en ese mismo medio le hicieron y publicaron el 24 de junio de 1996, página 14 de la sección B.

Fue una confesión contundente de actos de corrupción periodística.

Siendo director de este diario en Culiacán, Jesús Escalante recibió un maletín lleno de dinero enviado por el gobierno de Sinaloa como segunda parte del pago de un convenio por “servicios” informativos.

Fue ésa una entrevista que Escalante exigió en su salida a manera de deslinde personal, y dejó en ello evidencia clara contra un medio que se presume honesto y ejemplar.

Con la puntualización de que el hecho quedó señalado, con el borrón y cuenta nueva.

Se clavaron también ese maletín lleno de dinero corrupto, que por lo menos era el segundo.

Pero, bueno, esto es cosa pasada.

La cito como derecho de réplica contra quienes se la pasan tachando de inmorales a otros medios de comunicación y periodistas.

Hoy vemos que ese mismo medio de comunicación cobró al gobierno de Sinaloa por lo menos 18 millones de pesos desde el año pasado a la fecha por publicidad y difusiones informativas.

Tenemos en nuestras manos la relación de pagos y copias de los convenios.

Reiteremos que nada ilegal existe en esto.

El dilema está en torno a las condiciones no escritas.

Particularmente por la sospecha de que se consiguió un medio servil a las órdenes del gobernador Rubén Rocha Moya.

Un periódico que se destaca de manera vigorosa y hasta como parte activa en la persecución contra la UAS y contra Héctor Melesio Cuén Ojeda.

Vemos algo similar con el columnista Alejandro Sicairos Rivas, quien con su Revista Espejo publica “investigaciones” conjuntas con Noroeste.

Sicairos también se proclama honestísimo, pero está señalado de que a cambio de beneficios económicos personales y familiares ha vendido, otra vez, su pluma al mejor postor.

¿Es casualidad que periodistas de dos medios diferentes hagan la misma “investigación”?

Dijeran los criminosos que Noroeste y Espejo prefirieron repartirse las sospechas y las culpas.

Y el dinero, por supuesto.

Lo admitamos o no, la percepción social es creciente contra los periodistas y medios de comunicación.

Buena parte del pueblo nos señala como prensa vendida y sin compromiso con la verdad y con la justicia.

Quien esto escribe ha expresado por ello reflexiones autocríticas, y subrayado la necesidad de que hagamos un mejor esfuerzo para cumplir también con nuestra función de servir a la sociedad.

Para bien de nosotros mismos, de Sinaloa y de México.

DIRIGENTE ESTATAL PRIÍSTA POR CONSULTA A LA BASE

Una buena noticia para los priístas es que la próxima dirigencia estatal de su partido se elegirá mediante consulta a la base.

Decisión unánime del consejo político tricolor, que se hará del conocimiento de la dirigencia nacional.

Los militantes decidirán con su voto, y quienes contiendan deben respetar la voluntad que se exprese en la contienda interna.

Es éste un método mucho mejor que el dedazo, que amenazaba desbandadas.

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